Por favor, no tú

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Odiaba el beisbol, como todos los de mi generación por lo que se me hacía increíble que a nuestros hijos les gustará mucho, que les apasionará ese estúpido deporte.

-Como que tengo muchas ganas de que me atropelle un maldito carro. -Decía Kenny quien estaba a lado mío, junto con Butters.

-No, prometiste no suicidarte en sus partidos. -Dijo Marjorine amenazándolo con el dedo.

-Amor, esto es aburrido. -Respondio en un puchero el rubio. -Si era aburrido jugarlo, es más verlo.

Todos los que oímos concordamos, pero los pocos abuelos que quedaban estaban emocionados viendo a sus hijos.

-Stan, dile a tu papá que no vaya a hacer una escena con otro anciano, no me voy a volver a pelear con una hija otra vez. -Amenazó Cartman a su amigo el cual solo suspiro, Wendy no se metía en esas peleas, Erica era la que le hacía el favor.

Y si era hombre, él era el que debía entrar a defender a su papá.

-Créeme, lo último que necesito es que William lo vea otra vez haciendo el ridículo. -Dijo mientras tomaba su segunda cerveza, intentando concentrarse en el juego.

El juego siguió normal, si ganaban se irían a las finales, lo cual emocionaba a los niños, pero estresaba a sus papás.

-Dios que conformista es esto. -Dijo Mike quien estaba sentado con sus amigos cubriéndose del sol con una mega sombrilla negra.

-Te voy a empujar y meteré a Thomas a la sombrilla si te sigues quejando. -Contestó Henrietta el cual solo hizo reír a Thomas, que estaba del otro lado de Tweek.

-Estoy bien ¡Coño! Gracias. -Dijo Thomas mientras veía el partido, yo solo me limitaba a asentir.

Sin embargo, algo llamó mi atención, había llegado una camioneta de la NASA al estadio.

No, eso no era nada bueno.

Pete y Wendy la vieron conmigo, por lo que se pararon y cuando vieron que yo lo hice y me dirigí a ella, todos la vieron.

- ¿Qué sucede? -Dije acercándome a ellos, el juego ya iba a terminar por lo que también Kenny se acercó a ver qué pasaba.

-Sr. Tweek Tucker. -Mencionó el hombre vestido de oficial o militar de alto rango, yo solamente asentí, nervioso de lo que fuera a pasar. -Lamento mucho estar bajo estar circunstancias, pero el día de ayer perdimos contacto con la nave "Draco" y nuestras imágenes satelitales muestran que esta a punto de colisionar...

Wendy se llevó la mano a la cara tapándose la boca, Peter solo abrió los ojos de una forma que jamás había visto y Kenny, Kenny rápidamente me abrazo para que no fuera de rodillas a caerme.

No quería jalarme el pelo, no quería gritar, solo quería morirme en esos momentos, quería que fuera una maldita pesadilla.

- ¡No! -Gritó Kenny. -No puede estar muerto.

-No lo sabemos, en estos momentos para la NASA, Craig Tucker esta en calidad de desconocido.

Ya después de eso me desmayé, se sentía mil veces peor que aquella vez.

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3 años, habíamos durado 3 años juntos y 6 meses, era mucho tiempo, pensé que después de lo de su fiesta de cumpleaños de hace 4 meses nuestro lazo se había hecho aún más fuerte.

Pero ahora ahí estábamos, viendo cómo me terminaban de romper el corazón en esa maldita cafetería.

-Vaya, si que tienes espinas cabrón. -Dije limpiándome una lagrima rápidamente, mientras le sonreía con amargura.

-Tweek, sabes que me importas mucho y te quiero, pero también quiero conocer a más personas, explorar el mundo y, sobre todo, saber si soy gay.

Yo me reí amargamente, esa última no se la iba a comprar.

-Se que me estas dejando por alguien más, pero no te preocupes, quédate con tu perra. -El cambio su cara de tristeza a una un poco más enojada.

-No es una perra.

- ¡Ja! ¡Entonces si hay alguien más! Lo sabía, maldita sea Tucker, lo sabía. -Mis lágrimas se sintieron mas amargas, como si quemarán mi piel al bajar por ella. -Me estas dejando por alguien más...

-Tweek te estoy cortando para no herirte, peor sería si yo me metiera con alguien más y fingiera que todo esta bien con nosotros, no quiero perderte, eres más que mi novio, eres mi amigo, uno de mis mejores amigos. -Eso me dolió, estaba degradándome a una simple amistad.

Nos quedamos en silencio un rato, ambos llorando un poco, sin hacerle caso a los espectadores que había.

- ¿Y ahora? -No sabía que más hacer, quería salir a llorar, llorar en los brazos que sea, pero que me dieran que todo iba a estar bien.

-Creo que lo mejor es que nos vayamos, pero de verdad Tweek, no quiero perderte, nuestra amistad, eres importante para mí y no quería lastimarte.

-Pues lo hiciste estúpido. -Dije parándome antes que él. -Me lastimaste y necesito tiempo antes de que pueda hablarte.

Sali corriendo, no vi a nadie hasta que llegue a un árbol, donde intente recuperar el aliento, donde intente volver a sentir que vivía, que mi corazón no estaba siendo cruelmente torturado, necesitaba un abrazo, no quería jalarme el pelo, quería que alguien lo hiciera.

- ¡Tweek! -Antes de contestar unos fuertes brazos me sujetaron, el cual yo respondí, esa persona no era del todo mi amigo, pero la apreciaba, apreciaba que en estos momentos estuviera ahí, abrazándome, dándome un poco de su amor para sanar mi alma. -De verdad lo siento, no lo mereces.

-Gracias Kenny. -Dije para soltarme a llorar y llorar, mientras que Barbara se unía al abrazo, después Butters y al final Pip, de hecho, así fue como si inicio la sociedad de rubios, para ser un apoyo a esas crisis que no podemos controlar.

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Cuando desperté estaba en mi habitación, de un lado de la cama estaba Kenny, mientras que del otro estaba Peter, todos mis demás amigos estaban parados viéndome, todos tenían los ojos llorosos y Clyde aún seguía llorando.

Lo sabía, quería morirme, no sé cuándo dormí, pero esto no era, ni por mucho, una buena señal.

- ¿No fue un sueño ve-verdad? -Ver como Erica solo se cubría su cara en la chaqueta de su esposo, Wendy y Clyde volvían a llorar siendo consolados por Token y Stan y ver que ni Pete ni Thomas podían sostenerme la mirada, lo sabía.

-Tweek, de verdad lo siento, pero... -Kenny le estaba costando mucho hablar, también estaba afectado. -No lo mereces, no fue un sueño.

Ahora si lloré en compañía de todos, me sentía como una vez Clyde se sintió, me sentía muerto en vida.

Mi esposo había fallecido.

Un viaje a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora