La vida en Borderland es desesperante para la mayoría de sus turistas, pero cuando la fé es sustituida por un amargo ansia de venganza, Borderland se convierte en el nuevo paraíso de los locos...
Pero, cuando esa ansia desaparece, y es sustituida nu...
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Seis meses antes...
Arashi no era una persona trabajadora, al contrario, le gustaba quedarse tumbado en la cama siendo cariñosamente abrazado por Satō, mientras miraba por la enorme ventana la ciudad que poco a poco estaba siendo iluminada por la luz del sol. A medida que el día se hacía presente, el sonido del timbre de la habitación comienza a sonar frenéticamente, sintió como el calor que antes tenía sobre su espalda se marchitaba rápidamente, mientras sentía como la cama se movía, se dio la vuelta sobre sí mismo, tapándose con las sabanas para guardar el calor que le habían robado cruelmente y miró la espalda de su novio con el ceño fruncido, el cual se dirigía a la puerta de la habitación y la abría con una sonrisa descuidada, que aunque no la viera, sabía que estaba ahí, y también sabía no era su culpa abandonarlo e ir a abrir, aun así estaba enfadado, y se lo haría notar cuando volviera....
Actualmente...
Abrió los ojos y miró al cielo nocturno, hoy acababa su visado, así que tenía que jugar. Subió las escaleras de aquel edificio blanco en forma de T y se acercó rápidamente a la mesa, la cual estaba fijada en el centro de la sala, agarró un teléfono al azar y sin prestar atención a mucho más lo guardó en el bolsillo de su chaqueta negra, mientras se apoyaba detrás de una columna sobre la pared interior, ahí esperaría a que el juego diera comienzo. A medida que pasaba el tiempo, llegaban más participantes, algunos parecían confundidos y preguntaban desesperadamente qué estaba pasando, mientras los demás permanecían callados e indiferentes, él no era una excepción, era una perdida de tiempo intentar ayudar, ya que o morirían pronto o aprendían jugando, hacer equipo no servía a menos que fuera un juego de tréboles, aunque teniendo en cuenta la forma del edificio, podría ser un juego de fuerza física, juego de picas. No le gustaban los juegos de picas, odiaba correr, tampoco le gustaban los de tréboles, la idea de depender de los demás para sobrevivir le ponía nervioso y no se concentraba, los que más le gustaban eran los juegos de diamantes, ya que eran los únicos en los que no dependías de nadie para poder pasártelos, además, tanto jugar a Little nighmers servía para algo útil después de todo.
La inscripción ya se había cerrado, miró hacia el techo buscando los altavoces del lugar.
"Dificultad, cinco de picas".
Suspiró pesadamente mientras cerraba los ojos, tendría que correr después de todo.
"Juego, pilla pilla, nivel cinco, reglas, huir del cazador"
La duda comenzó a apoderarse de la sala, escuchó los murmullos asustados de la gente.
"objetivo, encontrar la zona segura oculta en uno de los apartamentos del edificio dentro del tiempo, se completará el juego al lograr el objetivo, tiempo del juego, veinte minutos"
