La vida en Borderland es desesperante para la mayoría de sus turistas, pero cuando la fé es sustituida por un amargo ansia de venganza, Borderland se convierte en el nuevo paraíso de los locos...
Pero, cuando esa ansia desaparece, y es sustituida nu...
"Soportaría una bala, una acuchillada y hasta un puñetazo, pero jamás en lo que me has convertido"
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- Arisu se meterá en el cuarto del Sombrerero, robará las cartas y las traerá sin ser descubierto -. Sentenció Chishiya, se encontraban todos en el cuarto del chico llamado Arisu, justo a su lado, Usagi se mantenía con un semblante de preocupación y los brazos cruzados, mientras que Kuina la imitaba al lado del albino. Su reunión había durado menos de lo que esperaban, ya que Arisu aceptaba las cosas que el albino le dictaba, convenciendo en el proceso a la chica castaña la cual no parecía muy convencida del plan.
-¿Y el código de la caja fuerte?-. Preguntó Arisu, Chishiya sacó de su bolsillo un walkie talkie y lo puso en la mesa.
- Te lo diré cuando estés ahí -. Arisu tomó el walkie talkie y lo miró por unos segundos, antes de volver a mirar al albino.
- Qué precavido...-. Chishiya sonrió para sus adentros, el pobre chico no sabía lo que le esperaba, aunque tenía que admitir que podría haber sido un buen aliado, quería conseguir esas cartas fuera cual fuera el sacrificio.
- Lo sé...-. Arisu le sonrió algo nervioso, sabían que lo que estaban a punto de hacer podría perjudicar sus vidas, pero Chishiya estaba seguro de su plan, quería salir de ese sitio cuanto antes, pero no sólo, quería salir de ahí con su pelirrojo.
Chishiya sabía que debía decírselo, pero no quería involucrarlo en el plan, no niega haber querido meterlo antes de conocer a Arisu y enamorarse del chico pelirrojo, pero ahora había cambiado, ya no se veía capaz de perjudicar al chico por esto, así que cuando Arashi le preguntó al salir de la sala de ejecutivos sobre el plan, Chishiya no tuvo más remedio que mentirle diciendo que todavía no estaba listo y que no se preocupara por ello, ya que todavía tenían tiempo de sobra. Extrañamente el más bajo se lo creyó, y Chishiya lo agradeció internamente, aunque se sintiera culpable por mentirle, era lo mejor para él, lo mejor para ambos.
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Corrió, corrió al escuchar los gritos desesperados de Usagi por el pasillo. Se quedó quieto cuando miró a la chica siendo llevada a la fuerza hacia la habitación del antiguo líder de aquella utopía. El pelirrojo se acercó apresurado hasta la habitación, quedándose anonadado al ver tal escena.
Arisu en el suelo mientras era golpeado por Niragi, Usagi forcejeando desesperadamente para ayudar a su amigo, mientras que Aguni y Chishiya miraban como el pobre chico estaba siendo golpeado.
-¿Qué diablos está pasando?...-. Los golpeado dejaron de escucharse, y todos en la habitación se giraron para mirar a Arashi, quien sostenía un arma entre sus manos en el marco de la puerta, Chishiya se maldijo internamente mientras lo miraba con ligera sorpresa. Niragi sonrió de manera prepotente mientras se acercaba al más bajo de forma amenazante.
- Arashi, al parecer el bastardo de Arisu es un sucio traidor -. Su cercanía era de escasos centímetros, el más bajo seguía con una mirada confusa y asustada, pero no retrocedió. Chishiya los miraba con algo de recelo mezclado con terror, estaban en un momento de pura tensión, rezando internamente por que no los relacionaran con aquel crimen. -¿Nos ayudarás a castigarlo? ¿O prefieres seguir con tu aburrida rutina?-. Niragi seguía sonriendo, el pelirrojo desvío la mirada hacia el albino, este parecía igual de aliviado que él, asintió levemente.
