La vida en Borderland es desesperante para la mayoría de sus turistas, pero cuando la fé es sustituida por un amargo ansia de venganza, Borderland se convierte en el nuevo paraíso de los locos...
Pero, cuando esa ansia desaparece, y es sustituida nu...
"Darse cuenta de que estás enamorado es fácil, lo difícil es controlarlo"
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Cinco meses antes...
Hace una par de semanas que quedaron atrapados en ese mundo extraño, no sabían cómo, lo único que podían hacer era jugar y sobrevivir juntos...
Actualmente...
Se encontraban dentro del terreno de juego, el cual consistía en un cuarto amplio, con juguetes, peluches, algunas sillas y cosas de niñas pequeñas, en el centro había una mesa blanca, la cual tenía algunas piezas de un puzzle sin resolver por encima, había una puesta al fondo la cual estaba abierta, por lo que tendrían que salir durante el juego para hacer algo, la pregunta sería el qué. Al entrar, escucharon como la puerta se cerraba detrás suya. Parecía que tendrían que encontrar las piezas que le faltaban al puzzle para algo.
"Dificultad, cuatro de diamantes"
Ambos sonrieron, era un número medio, por lo cual no les supondría mucho trabajo pasárselo.
"Juego, Puzzle, nivel cuatro, reglas, encontrar todas las piezas y completar el puzzle que hay en la mesa antes de que el tiempo acabe"
- Parece algo bastante fácil...-. el pelirrojo miró al albino, este parecía compartir su pensamiento.
"Objetivo, completar el puzzle, se completará el juego al lograr el objetivo, tiempo de juego, diez minutos"
El albino se acercó a la mesa del centro, observando las piezas del puzzle. - Diría que faltan unas cuarenta piezas...-.
"Que comience el juego"
Arashi se acercó al albino, el cual comenzó a armar el puzzle. - Ve a buscar las demás piezas, yo me encargaré de esto -. El pelirrojo comenzó a buscar las piezas, tal y como le pidió el chico. Una vez revisado casi por completo todo el cuarto, el pelirrojo decidió salir a buscar por el resto de los cuartos, llegando así con un puñado de piezas del puzzle en sus manos.
-¿Cuántas faltan?- preguntó el más bajo, mientras se acercaba al chico albino y le entregaba una de las piezas, este la cogió y la colocó en el puzzle, ya casi terminado. El más alto levantó la mano, mostrándole tres dedos. -¿Tres?- dijo el pelirrojo algo fastidiado, este miró el teléfono de su bolsillo. - Nos quedan menos de tres minutos...-. volvió a guardar el teléfono y miró a su la habitación, fijando se en una silla para niños, la cual agarró y con esta destrozó las estanterías.
- Vaya...no me gustaría ser esas estanterías...-. dijo divertido el albino, mirando como el pelirrojo se agachaba para agarrar dos piezas de puzzle que cayeron después de aquellos golpes. Chishiya fijó su mirada en la espalda baja del chico, aunque llevara una sudadera ancha, se podía diferenciar la silueta de su cuerpo, algo en lo que se concentró en visualizar.
