capitulo 3: Aquello que nos mataba.

42 5 0
                                    

Narra Jake

Por unos segundos me espanté, no entendía lo que pasaba, pensé que quizás le daba miedo quedarse sola o que talves tuvo alguna experiencia traumática con las puertas cerradas, fuere lo que fuese me detuve y abrí la puerta por completo.

Al entrar de nuevo en la habitación, noté como aquella chica estaba secándose el rostro con rapidez, estaba casi temblando, como si algo terrible fuese a pasar, pero, al parecer pudo contenerse, aunque era notorio que lo hacía con una gran dificultad.

Al verme, ella se pasó rápidamente la mano izquierda por el pelo, aquel, era un gesto que gritaba nerviosismo e inquietud con todas sus letras, a decir verdad, todo en Lara provocaba en mí una serie de inumerables preguntas, aquella chica parecía haber pasado por cosas muy oscuras y, quizás por el desastre en mi mente aquello me atraía grandemente.

Entonces, me acerqué a ella y me senté en un lado de la cama.

_____ Hey, está bien, la dejaré abierta, puedes estar tranquila, estaré en la habitación de al lado por si necesitas algo ¿ok?_____

Antes de responderme Lara se quedó mirándome como si quisiera hablar pero no pudiera, como sí se debatiera entre confiar o no en mí, y, también era obvio que estaba haciendo un esfuerzo sobre humano para no llorar, me miraba de aquella forma que no pude comprender hasta que la escuché hablar.

¿Cómo podría describir su voz?, Bueno, cuando la escuchaba hablar me daba la sensación de un clima gélido, frío, triste, y muy suave. Era como un invierno eterno, como la primera nevada del año, daba la sensación de que la primavera era algo desconocido, era difícil describir el sentimiento exacto que me provocaba su voz.

_____Esta bien, te lo explicaré, amm, estuve encerrada en una hermosa, pero detestable habitación llena de mis rosas favoritas, estuve allí por dos semanas y tres días, porque, confié en quien no debía. Él solía cerrar la puerta y dejarme allí sola en la oscuridad, también era un psicópata, le encantaba hacer juegos mentales, sádicos y perversos, se le daban tan bien que no parecía real, en uno de sus juegos casi me convencía de que me amaba y de que yo también a él, pero, por suerte mi mente resistió, ¿Qué más?, ¡a sí!, me salté la parte en la que por una semana tuve una soga sugetando mis brazos dolorosamente, y.... ______

La pobre chica no pudo contener sus lágrimas, en aquel momento su voz se quebró al instante, parecía como si fuese un cristal muy frágil y delicado roto en mil pedazos.

¿Qué debía hacer?, No tenía idea de como reparar algo roto, pero, ¿Por qué me sentía como si tuviera que hacerlo?, apenas la conocía, ¿Por qué parecía que iba por mi propia voluntad hacia otra fuente de oscuridad?¿Por qué?.

______Basta, no tienes porqué seguir explicandome algo que claramente te duele y que no estás preparada para hablar, está bien, mañana podemos salir en mi moto por las calles y buscar tu apartamento como locos, aunque, sinceramente creo que lo mejor sería ir a la policía para que busquen a ese, energúmeno, y que lo encierren de por vida______

Ella no respondió de inmediato, la vi sonreírme con dificultad, aquella no era una sonrisa sincera, tampoco sinónimo de felicidad, parecía más como un gesto forzado para aparentar fuerza y estabilidad.

_____Supongo que tienes razón. Se que seré entrometida pero, tú tampoco pareces estar nada bien___

Al escuchar sus palabras ví la oportunidad de sacar todo lo que estaba quemando mi ser frente a mí, todo lo que me estaba consumiendo el alma, necesitaba expresarme y pensé: ¿Quién mejor que una desconocida para escuchar mis lamentos?.

Me veía tan patético pero, allí estaba yo, desahogandome con la individua aquella, la cual, también parecía estar desmoronandose lentamente.

Antes de hablarle de todo lo que me estaba consumiendo, la miré fijamente y dudé por unos segundos pero, realmente, si no hablaba en aquel momento, estaba seguro de que mis sentimientos terminarían asfixiándome, ya no sentía aire en mis pulmones.

Hope in the Dark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora