VI

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El rizado ya llevaba cinco semanas de embarazo, todo iba viento en popa. Tenía un muy lindo novio que lo cuidaba las veinticuatro horas del día y que cumplía todos sus caprichos y, por ende, todos sus antojos.

Además de su novio, su mamá le consentía, Gemma lo consentía, Lottie, Jay, Niall, Liam, Zayn también lo consentían. Tenía a más de media docena de personas cumpliendo todo lo que pedía.

Eso estaba logrando que se pusiera aún más mimoso y consentido de lo que ya lo tenía su novio antes del bebé.

Hablando del bebé, ¡ya se había echo su primera ecografía!. Louis le decía “pequeño garbanzo”; él creía que parecía una lenteja... O un marciano, en realidad.

Antes de que su bebito todo lindo naciera, tenía un montón de personas esperando su llegada. En especial Louis.

— ¿En qué piensa mi bebé? —la voz de su novio lo sacó de sus pensamientos.

Sonrió— En nuestro bebito.

El de orbes azules abrazó a su novio por la cintura, pegando la espalda del rizado a su espalda. Besó su nunca con cariño.

— ¿Hazz? —le llamó haciendo que el ruloso se volteara.

— ¿Sí, mi amor? —se besaron lentamente. Cuando se separaron, juntaron sus frentes.

— Será niño...

— ¡Louis!

Y así el castaño ojiazul salió corriendo del cuarto mientras reía descontrolado intentando escapar del rizado.

Aunque esperaban con ansias a su pequeño retoño, tenían una mini pelea sobre si iba a ser niño o niña.

Louis pensaba que iba a ser un pequeño rizado con ojos verdes y hoyuelos hermosos.

Harry decía que iba a ser una hermosa niña de pelo castaño y lacio, con deslumbrantes ojos azules.

Niall y Gemma los molestaban diciendo que iban a ser una pareja de mellizos.

Sí.

El bebé desde ya era muy querido.

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