Era mi segundo día de mi clase y estaba nerviosa. No quería volver a ver a Jackson.
Hela salió de su habitación, ya lista para irnos.
—¿Nos vamos?—preguntó.
Asentí con la cabeza, cogí mis cosas y nos fuimos.
Hela me miraba de soslayo de vez en cuando, yo estaba tensa, demasiado.
Cuando estuvimos a punto de llegar a la universidad, se detuvo haciendo que yo imite su movimiento.—¿Que pasa?— pregunté.
Me miró muy fijamente, cuando hacía eso, casi siempre era para ver si podía saber que me pasaba, pero nunca lo conseguía. Se me daba bastante bien no demostrar mis sentimientos.
—Lo mismo me pregunto yo—respondió—, te noto tensa.
Eso ya no se me daba muy bien ocultarlo.
—No quiero ver a Jackson—admití.
Suspiró y me sostuvo por los hombros.
—Yo tambien estaria así si fuera tu—dijo con una sonrisa—, y encima tenerlo sentado a tu lado.
—Ja ja—dije con sarcasmo.
Se rió y me abrazó.
—¿Porque no lo ignoras y ya? Ni que fuera tan importante, aunque bueno está.
—Por esa misma razón, me cuesta bastante y lo logro por segundos.
Hela se separó de mi, cogió mi mano y empezó a correr hacia la universidad.
—¿Porque hiciste eso?—jadeé.
Hela río y señaló un reloj que había en la recepción. Vi la hora y de di cuenta que llegábamos diez minutos tarde. Está vez fue mi turno de coger su mano y correr hacia clase.
Cuando estuvimos delante de clase, nos miramos y dí tres golpes secos.
—¿Se puede pasar?—asomé la cabeza y miré al profesor Davies.
Este me miró y asintió con la cabeza. Nerviosas pasamos y nos sentamos cada uno en nuestro sitio.
Jackson sonreía cuando tome asiento.
—¿Que te hace tanta gracia?—pregunté molesta.
—¿Has visto como estas?—dijo conteniendo la risa.
Yo fruncí el ceño,cogí mi teléfono, abrí la cámara y me miré. Tenía sudor en la frente, las mejillas rojas y los pelos alborotados.
Apagué el teléfono y lo mire
—¿Es que nunca has visto a nadie sudando o qué?—dije bruscamente.
A él le sorprendió mi tono. Se quedó callado unos segundos y luego frunció el ceño.
—Solo era una broma, no hacía falta que te pongas así, amargada—dijo.
Rodé los ojos y me centre en la clase. Pase cuatro horas seguidas sentada en una silla dura con un chico insoportable.
—Bueno, aquí termina la clase de hoy. Ahora tienen deporte así que deben irse al gimnasio—informó el señor Davies.
Solté un bufido, odiaba los deportes, el único que podía llegar a soportar era el patinaje, pero los demás los detestaba. Tuve una mala experiencia a los siete años.
Fui con Hela en todo el trayecto de clase al gimnasio. Le estuve hablando de lo molesto que era sentarse con Jackson.
—No será para tanto, tú eres muy dramática y el se ve un chico tranquilo—dijo.
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Por y para siempre
Teen FictionSarah es una chica atractiva, divertida y muy persuasiva. Tiene problemas y decide cambiar de ambiente para estudiar lo que siempre quiso. Jackson es arrogante, atractivo y manipulador. Su objetivo siempre fue cambiar de ciudad para superar su pasad...