Capítulo 10

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Minhyun miró su plato de cereales sin comer mientras se frotaba las doloridas sienes. Estaba cansado, enojado y más que un poco preocupado acerca de Henry. Yunho y Minhyun habían estado sentados la mayor parte de la noche anterior, tratando de averiguar la mejor manera de manejar la obstinada negativa de Henry a seguir las reglas. También habían estado buscando respuestas para su reacción.

Una parte del enojo de Minhyun sólo quería tirar al vándalo en la cárcel. Tal vez unos pocos meses en una jaula lo harían más cooperativo. La única razón por la que se abstuvo de hacer esa sugerencia, era el hecho de que en realidad le importaba el mocoso. Henry podía no ser el más abierto y comprensivo, pero a Minhyun todavía le gustaría ayudarlo a crecer como hombre.

Ten entró y tomó la silla frente a él. El joven Jaguar tenía un gran gesto en su cara, sus labios apretados.

—¿Yunho habló contigo acerca de Henry? —Minhyun conjeturó.

—Sí —respondió Ten con un profundo suspiro.

—¿Sabías lo que estaba haciendo?

Ten sacudió la cabeza. —Henry nunca me dijo una palabra acerca de ello.

—No te sientas tan mal. Parece que los secretos y mentiras son lo que mejor sabe hacer —dijo Minhyun amargamente.

—De eso se trata. Henry es el último de quien me esperaba ese tipo de cosas.

Minhyun no se molestó en ocultar su incredulidad. —¿Por qué no? Admitió que es un ladrón y un hacker, además de que pasa su tiempo libre jugando con venenos. No es exactamente un modelo de ciudadano.

Ten miró a Minhyun unos momentos, casi como si lo viera por primera vez. —¿No lo entiendes en absoluto, verdad?

—No, yo no, y eso es porque nunca me ha dado la oportunidad.

—Henry es diferente a ti, a mí y a cualquier otra persona, probablemente a toda la coalición. No sólo porque es un genio o porque prefiere pasar su tiempo con las arañas. Vive para las normas y los reglamentos.

Minhyun gruñó. —¿Estás bromeando? Desde que llegó aquí, todo lo que ha hecho es romper las normas y los reglamentos.

—No, no lo hace. Cuando Yunho le quitó su portátil, Henry sencillamente estuvo de acuerdo. Y eso además era muy importante para él. Para Henry, su equipo es su vida, su manera de sobrevivir en el mundo. Sería lo mismo si a Yunho o ti os quitaran vuestras armas.

—Henry no estuvo de acuerdo con ello, ¿recuerdas? —señaló Minhyun.

—Entonces debe haber tenido una buena razón. Te estoy diciendo, Minhyun, que desobedecer una orden no es algo que Henry haga. Recuerdo que una vez estuvo cuarenta y ocho horas sin comer ni dormir porque Edward le prohibió hacer nada de eso hasta que terminara un determinado proyecto. Incluso cuando traté de que tomara un poco de agua, Henry no lo aceptó. Desde que era un niño, Henry ha sido condicionado para obedecer siempre, para no cuestionar nunca una orden, si quería algo, tenía que ganárselo con su buen comportamiento.

El estómago de Minhyun hizo un giro lento cuando el inicio de la culpabilidad lo golpeó. —Es por eso por lo que no aceptaba la ropa.

Ten asintió con la cabeza. —Edward le ha torcido tanto la mente, que Henry no cree que se merezca nada bueno. Cuando llegó aquí y le diste una habitación para él solo y le compraste todo lo que pudiera necesitar, eso lo abrumó. No podía entender por qué hacías eso por él, sin dar él algo a cambio. Eso lo confunde como el infierno, y no podía hacerle frente. Eso es probablemente por lo que Henry se iba por las noches y se escondía en la iglesia.

Serie de los CP 07 - Una Distracción TentadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora