Capítulo 11

102 15 1
                                    

Dos horas. Ese es el tiempo que tardaron en averiguar dónde estaba Henry, y cada uno de los ciento veinte minutos se sintió como una tortura para Minhyun. Todo lo que quería era encontrar a Henry, sostenerlo entre sus brazos fortísimamente, y decirle que todo estaba bien y, sobre todo, decirle por fin que estaba orgulloso de tenerlo como hermano. Pero sin embargo, para poder hacerlo, Minhyun tenía que encontrar al mocoso de una sola pieza.

A medida que se acercaban lentamente a la decrépita casa que parecía sacada de un episodio de los Hoarders , Minhyun aguzó la vista para detectar cualquier signo de vida. Todo lo que vio fueron montones de antiguas maquinarias agrícolas, fuera un camión oxidado, montones de basura y un granero derruido. El interior de la hundida casa morada y azul, aparecía oscuro y vacío.

—¿Estás seguro de que está aquí? —le susurró a Xiumin.

Xiumin levantó la cara hacia el viento, la luz de la luna brillaba misteriosamente en su fija mirada fría.

—Sí, puedo olerlo, y eso no es todo. Está herido.

El pecho de Minhyun se llenó de miedo. —¿Cómo sabes eso?

—Porque también puedo oler su sangre.

Un gruñido bajo sonó detrás de ellos. Minhyun miró hacia atrás, no lo sorprendió que el ruido viniera de Zhoumi. A pesar de lo que afirmaba Henry, a cada momento se hacía más evidente que a Zhoumi le importaba mucho el hombre más joven. Nadie perdía así el control solo por un rollo de una noche.

—Además, mi contacto dijo que estaría aquí —dijo Xiumin como si eso lo arreglara todo. Minhyun estaba a punto de discutir ese punto, cuando vio un leve destello de luz procedente del interior de la casa.

Zhoumi maldijo entre dientes mientras se mecía nerviosamente en sus pies. —¿Cuánto tiempo piensan tus felinos quedarse aquí fuera?

—Sé paciente. No podemos simplemente irrumpir sin tener un plan —razonó Minhyun.

—Mientras tanto Henry está ahí herido —sostuvo

Zhoumi.

El comportamiento sorprendió a Minhyun. En las pocas misiones de combate en las que había coincidido con Zhoumi, el Halcón había sido siempre el chico tranquilo y sereno. Entonces Minhyun se dio cuenta de que si fuera Minki el que estuviera allí, probablemente ya estaría trabajando en algo.

—Esto es una mierda —espetó Xiumin mientras se enderezaba. Miró a Zhoumi—. ¿Vienes?

Zhoumi hizo un gesto brusco y los dos comenzaron a marchar hasta la puerta de entrada, ni siquiera se preocuparon por algo tan tonto como ponerse a cubierto. Minhyun soltó una maldición, los demás en la misión hicieron lo mismo.

—¿Todos los amantes pierden su mente? —preguntó Amber.

—En primer lugar, no creo que Xiumin tenga una — dijo Minhyun antes de levantarse y lanzarse en su persecución.

Así, cuando llegaron al último escalón, Xiumin gritó: —Hey, Chacal, jodido grasiento. ¿Qué te dije acerca de cabrearme?

Minhyun y los demás se apresuraron a ponerse al lado de Xiumin cuando este le dio una patada a la puerta principal. Un grito inhumano de miedo sonó desde el interior, el sonido trajo una sonrisa siniestra a la cara de Xiumin.

Guardó su pistola y sacó dos cuchillos largos en su lugar. —Oh, realmente, realmente me has enojado, así que creo que voy a hacer de esto algo personal.

Zhoumi lo siguió, sólo para detenerse en seco en la puerta. Se tambaleó un poco en sus pies mientras gritaba el nombre de Henry en varias ocasiones. Minhyun dejó escapar un grito de dolor mientras corría escaleras arriba.

Serie de los CP 07 - Una Distracción TentadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora