Despertar

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Samantha entro en un estado de depresión y tristeza terrible, ya no hablaba en clase, a sus amigas apenas y les dirigía la palabra, por la tarde ayudaba a Joana y Vanesa a preparar sus pasteles y postres, pero lo hacia todo en silencio como si su voz y su alegría, toda su energía se hubieran ido.

Una semana antes de graduarse vio un auto desconocido en la puerta de la casa de Paula, entro sin fuerzas a casa de Joana y la vio sonriendo y conversando con un hombre moreno de 50 años, alto, cabello oscuro, era atractivo aunque no el tipo que le llamaría la atención a ella, en cambio si lo hizo su trae con un hermoso tono gris Oxford.

Samantha: buenas tardes (interrogo a Joana con la mirada)

Joana: ¡ven mi niña! (extendió sus brazos y la sentó junto a ella protegiéndola en todo momento con un dulce y cálido abrazo) el caballero se llama Román Santino... tu padre.

Román: Hola, perdón por aparecer así en tu vida, hace un mes me contacto Julio, me dio a conocer que me estabas buscando, trate de hablar con Paula pero no pude, fue dificil para mi venir, tuve que romper muchas cosas pero el hecho de que me buscaras me movio... (sus ojos se llenaron de lagrimas) yo siempre quise conocerte... pero... son tantas cosas.

Joana: los dejare solos un momento, voy a preparar la comida. (Román comenzó a hablar)

Román: Soy el heredero de una familia de mucha tradición, tenemos riquezas pero los privilegios vienen con responsabilidades

Samantha: (furiosa) y preferiste los privilegios que a mi

Román: (sin afectación y recobrando la compostura) Amaba tanto a Paula que renuncie a todo por ella, deje mi casa, mi carrera, a mis padres, todo, pero ella no quería ser esposa ni madre, su vida fue difícil, estábamos conviviendo con algunos problemas, pero todo iba marchando, entonces quedo embarazada y se volvió loca, no quería al bebe y yo no sabia que hacer, es cuando fui a pedirle dinero a mi madre para el aborto, pero mis padres tenían otros planes, le ofrecieron una enorme cantidad de dinero por tenerte, las creencias religiosas, me negué pero Paula acepto, por el momento no tuve más remedio que permitirlo, tal vez al nacer los sentimientos de Paula cambiarían, los de mi padre si cambiaron y acepto mi relación con Paula, incluso yo te registre con mis apellidos, pero Paula se descontrolo aun más, me exigía cosas que no podía cumplir y finalmente me echo de la casa, quise llevarte conmigo pero ella se negó, al principio me permitió verte, (sonriendo con nostalgia) siempre linda con tus vestidos de princesa, sonriendo tan coqueta, mi padre te adoraba, pero tras su muerte en aquel accidente tuve que hacerme cargo de la familia, cumplir con mis responsabilidades, casarme con la persona "correcta", me fui a vivir al extranjero para concluir mi maestría, yo te llamaba y todo marchaba bien, cuando tenias como 4 años volví, pero Paula no me dejo verte, me dijo que ahora tenias un padre, que se había casado y que no quería confundirte, yo quería estar contigo pero no quería dañarte, me envió fotos y videos tuyos llamándolo: papa, y pensé que lo mejor era dejarlas ser felices, le envió una pensión mensual a Paula y cada vez que necesitas algo ella me lo pide como cuando necesitaste la apendicitis de emergencia o el viaje de tus XV años, te veías hermosa con el vestido.

Samantha: eres buen mentiroso, casi te creo, pero yo vi mi acta de nacimiento y no apareces por ningún lado, aun tengo mi apéndice y mis XV los pase sola en casa.

Román: como es posible? Yo mismo te registre, tengo los documentos de cada pago que le he echo a Paula y me envió el recibo del hospital y las fotografías de tus XV años

Samantha: (salió un momento y le arrojo en la cara el acta de nacimiento que tenia) dime que soy mentirosa, cada año mi madre me hace tomarme fotografías de estudio y en mis XV años no fue la excepción, el vestido me lo rentaron en ese lugar, después de las fotografías ella se fue de viaje con su novio en turno, pero eso si, dejo suficiente dinero para comer y nunca me ha faltado nada esencial.

Román: (furioso) maldita perra. (abre una mochila que llevaba y que hasta entonces había permanecido semi oculta a un lado del sillón saco una laptop y la prendió, Samantha se acerco para mirar lo que hacia, se la entrego y pudo ver un acta de nacimiento tal como él decía, fotografías de ella, análisis clínicos, hojas de hospitalización, comprobantes de transferencias y una carpeta llamada: cartas, en ella había muchos documentos con fechas como titulo, abrió uno que decía:

06 enero 2000: este es el primer año lejos de mi princesa, te que habrán comprado los reyes magos, aun eres muy pequeña no creo que sepas que se celebra hoy, pero quisiera verte, aun amo a tu madre, quiero estar con ustedes, pero la vida....

19 de abril 2001: Lidia es una mujer maravillosa, no puede creer que aun extraño a Paula, pero no puedo detenerme tengo que cumplir con mis responsabilidades, esta boda salvara a mi familia de la ruina, quisiera poder contarle sobre ti, quisiera que te conociera, que me ayudara a verte, te extraño mi princesita...

18 de septiembre 2005: feliz cumpleaños mi amor, ya estas cada vez mas grande, espero que disfrutes tu cumpleaños, te compre un rosal, no puedo dártelo pero lo voy a plantar en un lugar muy especial en el jardín, aquí platicaremos siempre...

Cuando Samantha cerro la computadora llorando volteo a ver a su padre quien también lloraba, ella nunca había visto a un hombre llorar, se abrazaron y por primera vez sintió el abrazo de un padre, ese sentimiento de protección que tanta falta le hacia, entre esos brazos volvió a ser un bebe y se entrego al sentimiento por primera vez en su vida.

Samantha siempre pensó que Paula era una madre egoísta y que solo se concentraba en ella misma, por eso acepto dejarla ser feliz, nunca le riño por su falta de atención, aprendió a cuidar de ella misma y no guardaba ningún rencor, pero este era el momento de cambiar todas las fantasías de su infancia de que al crecer ellas se entenderían y seria una verdadera madre, las fantasías de autosuficiencia, de fuerza, los últimos acontecimientos le habían abierto los ojos y había comprendido que aun era muy joven, muy ingenua y que necesitaba en este momento un faro que iluminara su vida.

Tras la graduación Samantha se mudo con su padre y toda esta historia de fantasías de niña termino.

Nos vemos en el próximo libro: realidades para saber como le fue en su nueva vida.



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