I'll protect you - 5×8

Workout

- ¿Cómo me cortaras el cuello con esa estatura, linda?- habló Cinco mientras esquivaba uno de los muchos ataques de la octava de la familia la cual lo amenazaba con una navaja.

...

Había pasado exactamente una semana desde el regreso de número 5, al saberlo el único que no saltó de sorpresa fue Reginald, no esperaba nada de todos modos así que regresó a su rutina de siempre como si nada hubiera pasado, como si nunca se hubiera ido.
Se encontraba en entrenamiento, pensando que algo que siempre compartió con número 8  desde pequeños era la rivalidad y el gusto por competir, para su buena suerte le tocó luchar con ella esta vez.

- ¡Calla Five!-
dijo ella indignada. No le agradaban para nada las burlas sobre su estatura, nunca le agradaron, el chico sabía eso perfectamente y se burlaba aún más solo para molestarla.
Las mejillas de la chica se pusieron rojas, en su parte por enojo y en su mayoría por la vergüenza y el calor por el esfuerzo que implicaba hacer ese tipo de actividad, no tenía buena resistencia física

- Vamos manzanita, sigo siendo mejor en lucha que tú-

Ocho sintió su cara arder, los juegos por parte de Cinco hacían que se pusiera más colorada.
En un intento de no mostrar debilidad siguió intentando acertar sus ataques claro con intensión de no hacerle más que algún rasguño.

Su opuesto solo reía

- ambos sabemos que no das todo de ti-

- no me gusta herir a la gente... menos a ti-
"Por mamá Grace, Ocho ¿no puedes disimular un poco tu enamoramiento?" Se dijo a sí misma en un pensamiento, mientras paraba para descansar un poco.

- tu corazón es una parte tuya que amo, pero puede llevarte a la ruina, hay personas que no son como tú linda, no sentirían una pizca de remordimiento por hacerte cualquier cosa-

- me lo ha dicho padre muchas veces, pero siguen siendo personas -

Número 5 sonrió, su chica era tan bondadosa, tan tierna...

- oh, tranquila cariño, si no puedes ten por seguro que haré lo que necesites para que no te ensucies las manos-

-Bien señor sangre fría ¿y si necesito matar a algun grupo de gente?- habló divertida

- te regalaría alguno de sus corazones recién arrancados cuando el trabajo esté terminado- dijo el chico tan confiado que causó escalofríos.

- aunque, ¿me besarías si estuviera bañado en sangre?-

- te besaría hasta si tuvieras veneno en la boca-

Habían olvidado que sus hermanos estaban cerca, Klaus habló
-el extraño fuego entre ustedes no se ha apagado, aunque me sentiría más seguro que siguiera ardiendo en un psiquiatrico-

-si sigues hablando sobre nosotros Número 4, ese fuego arderá de manera literal en tu cuerpo-

Al oír a su hermano de ojos verdes los demás se limitaron a suspirar o hacerse los sordos, dudaban que eso fuera una broma.

Ocho halló oportunidad y le dió unos cuantos golpes a su opuesto sonriendo triunfante al verlo perder el equilibrio, no habia olvidado la pelea. Pero si su poder, que si lo lastimaba podía convertirse en algo o alguien que pudiera curarlo.

Si, el poder de número 8 era cambiar de forma, este venía con la suerte de adquirir alguna habilidad de la forma en la que estuviera; también podía simplemente cambiar una parte de su cuerpo y si la persona original tenía algo especial, agregarlo a su ADN

-Oh, así que empezamos a jugar-

-Espero que estés listo para perder anciano-

solo eran 3 años los que se llevaban debido al viaje en el tiempo de número 5 pero Ocho no vio mejor burla

-Respeta a tus mayores jovencita-

Oh pero al chico le encantaba seguirle la corriente

-no es como que puedas decir nada, tu pareces una bebé con esa estatura-
esto provocó otro sonrojo y un ruido de fastidio en número 8

-¡Ey! ¡tu creciste de 1.64  a casi 1.80 metros!-

- y tu sigues igual de enana-

Cinco estaba encantado con su pequeño juego de burlas y con ver las reacciones de su chica,  inconscientemente sonrió de lado, ella era simplemente perfecta.

Ambos sonrieron cinicamente y la chica sacó una navaja con un destello en sus ojos mientras el se ponía en posición de pelea.