I'll protect you - 5×8

It's not your fault

Ella lloró.

Le pegó a las paredes, gritó y siguió con el horrible sentimiento en el pecho, el vacío, el duelo, la preocupación, sintió el dolor de querer a alguien, la desconfianza de esa persona hacia ella la cual ella no sabía como cambiar, la traición, el abandono, el rechazo.

Y no, no era por una relación amorosa, no era por ninguno de sus hermanos o su padre, no...

Era por su mejor amiga.

¿Quién lo habría dicho?

Como puede llegar a arder el corazón.
Se sentía como si la estuvieran mutilando viva.
Y todo llevaba a al gigantesco mar de la confusión en el cual ella navegaba a cada segundo que pasaba sin un mapa ni una salida.

...

El nudo en la garganta era inevitable, Ocho entró en negación absoluta.

No podía creerlo, ella no.

¿Por qué?

Eventualmente todos notaron que algo le pasaba pero ella se negaba a hablar de sus sentimientos. Su padre la metió en el sótano varios días al entrar en la fase de ira pero eso solo hizo que la chica aprendiera a guardar mejor sus emociones después de parecer haberse vuelto loca, ser indiferente con todo aunque estuviera más que destrozada por dentro.

Número 5 la obligó a hablar a su manera y cuando ella se lo dijo, no pudo evitar sentir ira, tristeza e impotencia.

Regañó a número 8 mientras la consolaba, se dió cuenta que justificaba acciones incorrectas, ponía a su "mejor amiga" por encima de ella, que se culpaba a sí misma, se preocupaba más por como se sentiría la otra que por todo lo que estaba pasando ella y se sentía horrible por la inseguridad y la duda, no quería hacerla sentir más mal pero necesitaba escuchar ciertas cosas.

-no puedo odiarla, Cinco, nunca podré hacerlo- dijo la octava con ligeros hipidos por el llanto previo

-¿por qué no?-

-tal vez ella no se dio cuenta d...-

-silencio, no la excuses más- interrumpió más molesto el de ojos verdes

-no podemos descartar la probabilidad, yo no soy un mounstro como para no tomarla en cuenta-

-pero no te estas tomando en cuenta a ti, ¿no entiendes?-

-pero-

-número 8 aunque lo haya hecho "sin querer" lo hizo, te lastimó, debería estar arrepentida por el resto de su vida y después de que la perdonaras volvió a esconderte cosas-

-no la pintes como la mala... no lo es... es buena... todos cometemos...-

-¿errores? No hables más-

La octava miró hacia bajo y no habló por el resto de la plática, oía atentamente, pero nada la hacía cambiar de opinión, su mejor amiga no era malvada.
Pasó un tiempo, la cambia formas tenía la esperanza que cuando las lágrimas se acabaran habría una mejora, pero cada vez que oía algo de ella, veía algo que le hacía recordarla o cuando hablaba de ella lagrimas volvían a aparecer, tuvo miedo de que estas fueran infinitas, que la ahogaran, y en su momento pensó que sería mejor, pero una parte de ella, aún deseaba que todo volviera a ser como antes, que su mejor amiga solo le hubiera hecho una mala broma o que todo fuera una confusión.
Quería una reconciliación, un mensaje de buenos días, hasta un "te odio" o un "no me hables más" hubiera sido mejor que el silencio, era terrible, se sentía como ley del hielo, como si sus dudas nunca llegarían a resolverse.

Le escribió una vez, dos veces, y siempre salía más confundida.

La otra persona aseguraba ser aún su mejor amiga, pero no mostraba mucho interés, Ocho siempre escribía primero e intentaba no ser fastidiosa pero la otra solo contestaba fría y concisamente, evadía temas y parecía no querer agregar nada más.

Se sintió peor

Pero aún justificaba a su amiga, su querer era demasiado, se odiaba por eso, pero más se odiaba por querer olvidarla o cortar contacto, todos tenían problemas, tal vez ella solo estaba pasando por uno muy grande y no quería que alguien se preocupara.

Eventualmente se enteraron número 4, 6 y 7... todos se sentían muy mal por su hermana pero no podían animarla, eso la carcomía por dentro.

-va a pasar- habló Cinco entrando a la habitación de la muchacha al verla volviendo a llorar en su cama -Ocho... no deberías preocuparte por ella, si yo fuera tu la odiaría, ¿ por qué tu no?-

-...-

-tienes un corazón grande, ¿lo sabes?-

-y lo odio-

- sino lo superas, no podrás confiar en nadie jamás, vivirás con eso-

-estoy dispuesta-

- ¿por qué sientes tan desagradable una parte de ti que yo amo?-

-pueden lastimarme fácilmente cuando dejo fluir mis sentimientos, es un error, una debilidad, un defecto-

-no lo es, yo quisiera...-

-Cinco, basta, por favor, me cansé de llorar-

El chico se sentó a la orilla de la cama sin saber que hacer y la abrazó, ella luchó para que la soltara, lo golpeó, le mordió pero el no la soltó, por el contrario la acercó más a él.

-todo va a mejorar-

-no lo...-

-todo va a mejorar, no es tu culpa-

-lo se-

-no es tu culpa-

-lo se, ¡sueltame o te entierro la daga que me diste!-

-número 8 escúchame, no... es... tu... culpa...-

Y así como así ella se derrumbó de nuevo.