The artist III

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-tengo una pregunta sobre tu gama de colores- habló Cinco

Oh, ¡cierto!
Se dio una palmada mental al recordar que recurría mucho al verde y al negro por motivos... personales.

-¿tanto de gusto, mon mystérieux artiste?-

Sonrojada miró hacia abajo, olvidaba que le había dicho que esos dos colores en especial le recordaban a el.

-mirame- dijo el chico con voz entre calmada y divertida mientras tomaba su barbilla con una de sus manos haciéndola alzar el rostro.

Ocho cerró los ojos con vergüenza.

-¿por qué cerraste los ojos mm?-  Habló el mientras con su mano libre tomaba su cintura y se acercaba cada vez más.

Como podría mirarlo
¡Era muy intimidante!
Además con su respiración tan  cerca su estómago revoloteaba de nervios mientras el parecía tan despreocupado.
Su presencia era como la de una pantera.
No.
Como la de un león.

Abrió sus ojos ante la idea, pero se arrepintió de inmediato, esos ojos verdes.

Había tenido la idea perfecta para una pintura, pero en muy mal momento.

Sentía sus mejillas ardiendo al mirarlo directamente a los ojos y su cuerpo parecia no reaccionar ante las órdenes que mandaba su cerebro el cual tampoco funcionaba muy bien.
Había hecho corto circuito.
¿Cómo llegaron a eso?
¿Cómo salía de ahí?
¿Quería salir de ahí?
¿Cuál había sido la pregunta principal?
¿por qué el sólo se le quedaba mirando?
¿Tenía que hablar?
¡¿Se la iba a comer?!

En ese momento si sintió tener a un león del doble de su tamaño enfrente de ella.

La campana sonó y por instinto volteó a la puerta, la hora libre había terminado.

Cuando regresó su mirada el ya se había teletransportado.

Al fin respiró y se dejó caer en el suelo con el corazón a punto de salir de su pecho y las mejillas haciendo competencia al carmesí.

¿Qué hubiera pasado si la campana no sonaba?

I'll protect you - 5×8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora