2 |Los Tonos de los Pensamientos|

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Okey, pero los tonos de marrón son demasiado lindos.

Sienna tenía nombre de un tono de color marrón, que se coloriza entre el ocre amarillento y el ocre rojizo.

Simplemente maravilloso.

—Solo te pregunté si te gusta el helado de chocolate —Russell abrió la puerta de la tienda para salir. Sienna fue la primera en salir, yo la seguí y por último él.

Ah.

—¿Sabías que eres de color Caramelo tipo 24 de HEX #AE?

Russell pestañeó varias veces y frunció el ceño. Me pareció muy divertida su expresión. Sienna se echó a reír de la expresión de Russell y la miré con el ceño fruncido.

—Tú eres color Habano tipo 28 de HEX #84 —junté mis manos detrás de mi espalda baja.

Sienna dejó de reír y me dedicó una mirada de confusión. Me encogí de brazos, divertida. Tres seres del género masculino salieron de la tienda con cara de molestia, pero la cara de molestia era normal en Nils.

Tenía mirada penetrante.

—Russell, ¿tú eres idiota? —Nils rompió en silencio, pero pareciera que el acontecimiento que provocó Russell le rompió el termómetro de la paciencia.

—A veces sí, a veces no —Russell sonrió.

Nils apretó sus labios y juntó las cejas. Si la mirada penetrante de Nils matará al pobre de Russell le hubiéramos tomado el cafecito al día siguiente.

—No vuelvo a invitarte un helado —sentenció Nils, apuntándolo con su dedo—: aparte de que llegas tarde, tiras el helado al piso.

Nils se sostuvo la mirada, Russell solo rió y se acercó a él para darle unas palmadas en el hombro, Nils lo estaba matando con la mirada.

—Nils, solo fue un accidente, Nils —Russell no paraba de reír, mientras más se intensificaba la mirada de Nils.

—No me hables, chico, no me hables —Nils se apartó de Russell y tomó camino cruzando la calle.

Nils podía ser muy delicado y dramático a veces. Russell lo quiso seguir pero se detuvo antes de cruzar la calle.

—¡Pero Nils, no te vayas!

El rubio siguió su camino hasta desaparecer al cruzar por un edificio. Todos nos quedamos viéndonos las caras hasta que Fabián habló, acercándose a Russell.

Todos decíamos que ellos se gustaban, pero ni decían nada.

—Vamos, Rurrell —Fabián pasó su brazo por los hombros de Russell—, una vuelta por la plaza no mata a nadie.

Russell asintió. Amir se les unió, pasando su brazo por los hombros de los otros dos.

—Chaito, Sienna —Russell movió su mano hacia Sienna—. Chau, Sky —movió su mano hacia mí.

Sienna se despidió con un Chau en general y yo con un saludo militar. Los tres se fueron abrazados por la acera.

Ellos eran como mejores amigos, o algo así; Fabián y Amir siempre han sido muy unidos y desde que llegó Russell, Fabián lo adoptó y se unió a ellos. Son los compadres.

Y mientras veía como la silueta molesta de Nils desaparecía, no me detuve a pensar. ¡¿Por qué no lo pensé?! Se veía como una estupidez.

Una linda estupidez.

—¿Sabes que solo será como nueve meses de relación? —señaló Sienna ante mi repentino silencio— Y si es que lográs que esté contigo porque Nils es más duro que el cerebro de Fabián en cualquier clase.

Solo Seis Meses © (0.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora