Epílogo

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El día pasó con muchos mensajes de Russell. Me enviaba canciones de The Weeknd y foto con partes de letras de sus canciones.

Lo ignoré hasta que Sienna me preguntó y lloré en su hombro todo lo que pude mientras ella lo insultaba de todas las formas posibles.

—Me siento la estúpida más grande —sollocé—, otra vez...

—No, Sky... —Sienna acarició mi cabello.

—No iré a la casa de Nils a hacer el proyecto, lo siento.

—No te preocupes, lo entiendo —Sienna seguía acariciando mi cabello.

—¡Les daré todos los materiales y haré la exposición!

—Sí, Sky, sí, no te preocupes —Sienna me abrazó fuerte—. Volvimos a donde empezamos, con helados.

Pedí cuatro helados, solo para mí. Apagué mi celular, no estaba lista para nada ni para llegar a mi casa, pero tuve que hacerlo.

Y me llevé la sorpresa de que alguien me esperaba en el sofá. Mi mamá estaba recibiendo tratamiento mientras veía televisión. Cuando la vi, quise llorar más y la abracé sin lastimarla.

—Mami... te quiero mucho.

—Yo también te quiero, retoño. Estoy aquí, estoy aquí, no llores.

Mamá me abrazó con más fuerzas. Más tarde estuve viendo televisión con ella, olvidé todo lo que había pasado. Después de comer, me arreglé para dormir y miré en el espejo, el collar que Russell me había regalado.

Hice lo que toda persona madura haría; me lo quité y lo tiré por la ventana, esperando que cualquiera lo consiguiera y fuera feliz.

Escuché música de The Weeknd, Stargirl Interlude.

I had a vision. A vision of my nails in the kitchen —miraba el techo—. Scratching counter tops, I was screaming. My back arched like a cat. My position couldn't stop, you were hitting it —tomé una almohada y cubrí mi abdomen—. And I shouldn't cry, but I love it, star boy... And I shouldn't cry, but I love it, star boy.... And I shouldn't cry, but I love it, star boy... And I shouldn't cry, but I love it, star boy...

Y no pude pensar otra cosa, mi celular sonó y miré la pantalla.

Russell Volkov
Llamada entrante...

—I just want to see you shine 'cause I know you are a star, girl.

Me perdí mucho tiempo a mí misma, escuchando esa canción una y otra vez.

Ir al instituto y sentir que tenía una capa de invisibilidad cada que lo veía, era duro. El día de entrega de el proyecto solo lo dejé ahí y me anoté en la lista, lo vi adornar el pasillo y la mesa, pero cuando pude me fui.

Todos los días recibía frases de las canciones de The Weeknd, y los leía en la barra de notificaciones. Nunca abría los mensajes.

Viví en un círculo vicio un por un mes hasta que un día me desperté y no pensaba eso. Miré a mi alrededor y vi a mi papá y a mi mamá con una bandeja de comida y sonrisas.

—No te preocupes, Cielito, estás bien —recibí un beso en la cabeza de papá.

Me sentía diferente, como si hubiera descansado. Estaba bien porque sabía perfectamente lo que quería hacer a partir de ese día, y claro, los chicos no estaban ahí.

Solo Seis Meses que se sintieron menos tiempo.

Solo Seis Meses © (0.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora