Capítulo 4

1.2K 133 27
                                    

James no podía evitar sentir que todo el mundo le miraba mientras bajaba a desayunar el lunes por la mañana. No había visto a Snape en absoluto el domingo, ni siquiera en la sección restringida donde se suponía que ambos usaban sus pases para investigar para sus ensayos de Defensa Contra las Artes Oscuras. No había visto a Snape desde su altercado en el cobertizo para botes el sábado por la noche y, para ser sincero, ahora se encontraba estirando la cabeza para mirar a su alrededor por si podía espiar al slytherin dirigiéndose al desayuno. Hoy tenían doble clase de Pociones, así que al menos Snape no podría evitarlo el slytherin nunca se perdería una lección de Pociones.

Una punzada de inquietud le recorrió la espina dorsal mientras bajaba las escaleras móviles. La gente le miraba, susurrando a sus amigos. Frunció el ceño y miró a Sirius, Remus y Peter. -Sé que estuve encerrado en la biblioteca casi todo el domingo, pero ¿me he perdido algo?-, preguntó.

Sirius se encogió de hombros. Él también había estado castigado y Remus y Peter (por alguna razón) tampoco parecían saber la respuesta. Sin embargo, cuando los cuatro entraron en el Gran Comedor, toda la sala se quedó en silencio. Todas las cabezas se volvieron hacia ellos. James se detuvo en el arco, mirándoles confuso. Entonces se dio cuenta de que todo el mundo no solo le miraba a él, sino también a Snape, que estaba sentado en la mesa de Slytherin con la cabeza gacha sobre sus gachas.

Malditas pelotas de Merlín. Lo sabían. En ese momento, James vio que Snape levantaba la cabeza y sus ojos se encontraron.

Snape miró a James con unos ojos que decían "sí, todos lo saben" antes de volver a hurgarse en sus gachas sin mucho interés en comérselas con tantos sí que se le quedaban mirando como esperando a que explotara o algo así.

-Vale, ¿qué está pasando? ¿Por qué todo el mundo está mirando?- Sirius gritó por el pasillo queriendo saber a qué se debían esas miradas y poniéndose al día de los cotilleos que, al parecer, circulaban por Hogwarts. Pero la mayoría parecían demasiado indecisos como para querer comer algo. Pero la mayoría parecían demasiado indecisos para contarle de qué se trataba el rumor, pero otros parecían a punto de estallar si no preguntaban si el rumor era cierto o no.

-¡Bueno!-, volvió a ladrar.

-¡Tú!- espetó Peter, rodeando a un Gryffindor de tercer año que estaba sentado cerca de la puerta. El chico moreno se estremeció al oír su tono y los miró con ojos grandes y temerosos.

-Todo el mundo habla de que Potter y Snape han mantenido una sórdida relación secreta y ahora Snape está embarazado de Potter-. Hablaba en voz baja, entre la ansiedad y el interés. Sus grandes ojos se dirigieron rápidamente a James. -¿Es cierto?-.

James tragó saliva, muy consciente de que todos los ojos de la sala estaban clavados en él. Apretando los dientes, los ignoró a todos, incluso a Sirius, y pasó por delante de ellos para tomar su asiento habitual en la mesa de Gryffindor. Sirius se sentó de golpe a su lado, seguido rápidamente por los otros dos merodeadores. Hizo todo lo posible por evitar sus miradas mientras, al otro lado de la habitación, Lily Evans se deslizaba hasta el banco de slytherin sin ser vista gracias a que la atención de todos se desviaba hacia James Potter.

Había un espacio libre a cada lado de Severus que nadie más parecía ansioso por ocupar.

-¿Sev?- susurró, nadie se había fijado en ella aún pero pronto lo harían. -¿Estás bien?-.

-Sí, estoy bien Lily- dijo él con una pequeña sonrisa volviéndose hacia ella y viendo su expresión preocupada antes de tocarle la mano intentando tranquilizarla y no queriendo ver la cara de preocupación de ella.

-Pero sabes que no deberías estar por aquí, ya sabes que los demás Slytherin no se llevan bien con los Griffindor aunque yo sea la excepción- dijo con una ligera risa mientras le acariciaba la mano con el pulgar sintiéndose muy relajado y tranquilo en su presencia como siempre hacía con Lily Evans.

POTIONS AND PROBLEMS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora