Capítulo 9 Parte I

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Al final, los tres se dirigieron al despacho de Dumbledore antes de que empezaran las clases. El cansancio de James fue desterrado por la determinación y una poción Pepper-Up, caminó por el lado izquierdo de Severus (Lily por el opuesto) y su mano se acercó a la de Severus mientras se movían. Ahora eran pareja, ¿no? ¿Le dejaría Severus cogerle la mano donde alguien pudiera verle?.

Miró a Severus con el rabillo del ojo mientras cerraba los dedos alrededor de los de Severus lentamente.

Severus bajó la mirada hacia la mano que James le tendía, pero no intentó apartarla de su mano, sino que volvió a mirar al frente y dio un pequeño apretón a la mano de James, haciéndole saber que no le molestaba la acción.

-¿Qué crees que dirá Dumbledore? Quiero decir... yo estoy a salvo en el colegio y todo eso, pero este es nuestro último curso y no hay nada que él pueda hacer una vez que salgamos del colegio-, dijo en voz baja a la pareja mientras caminaban por el pasillo.

James miró completamente a Severus mientras esperaban a que la gárgola que custodiaba el Despacho de Dumbledore les dejara pasar. Después de que Lily le diera la contraseña, ya había empezado a rodar y dejar al descubierto la escalera de caracol.

-La influencia de Dumbledore se extiende mucho más allá de Hogwarts, sobre todo en lo que se refiere a Tom Riddle. Todo el mundo sabe que el único hombre al que siempre ha temido es Dumbledore. Estará planeando algo, estará vigilando los movimientos de Riddle. Si alguien puede ayudarnos, es él-.

Lily asintió con la cabeza, mirando entre James y Severus pensativamente antes de guiarles escaleras arriba, ahora descubiertas. La puerta se abrió antes de que pudieran llamar y entraron para encontrar a Dumbledore sorbiendo una taza de té, observándolos a todos con una sonrisa soleada. -Buenos días- dijo alegremente.

-Buenos días profesor espero que no le molestemos- dijo Severus al entrar en la habitación con Lily y James pero adivinó que Dumbledore debía llevar despierto un buen rato ya que estaba sentado en sus robs y bebiendo té. -Vinimos a hablarle de algo... algo importante si tiene tiempo de escuchar-.

-Realmente es importante director se trata de Severus y el bebé- agregó Lily.

Dumbledore asintió con complicidad, levantando la varita de la mesa y encantando la tetera para que se contonease por el desordenado escritorio, sirviendo té en tres tazas que ya estaban esperando. -Por supuesto, por supuesto, por favor, tomen asiento-. También había tres sillas esperando. Cuando levantó su taza, James se dio cuenta de que el té era exactamente de su gusto, fuerte, con leche y azúcar; los conocimientos de aquel hombre eran realmente espeluznantes a veces...

-¿Se refiere, por supuesto, a nuestro estimado señor Riddle?- murmuró Dumbledore. -Sí, me temo que desde su visita a mi despacho también he estado pensando en él-. Los miró a cada uno por turno antes de centrarse en Severus. -Severus, muchacho, ¿podrías confirmarme qué quería exactamente el señor Riddle de ti cuando insistió en una reunión privada? ¿Qué te pidió exactamente?-.

James y Lily miraron a Severus, expectantes.

-Bueno... quería saber por qué no había acudido a las reuniones y decidió achacarlo a que estaba embarazado y me costaba salir del castillo- dijo mientras jugaba con los dedos en su regazo sin querer mirar a nadie. -Y... y también quería saber del bebé... dijo que estaba interesado en ella y que tenía muchas ganas de tenerla a su lado algún día. Pero yo le dije que no y que ella iba a ir con Potter y que no me pertenecería después del nacimiento... pero él- Severus se quedó en silencio mientras miraba a James antes de apartar rápidamente la mirada de él otra vez sin querer encontrarse con sus ojos. -Pero insistió y... y sabe cosas que me guarda rencor... cosas que no deberían salir a la luz... así que le dije que haría lo que quisiera siempre y cuando dejara en paz al bebé y a James... pero no creo que eso sea suficiente para él señor-.

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