Capítulo 11 parte II

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Por fin era su último examen. Examen de Teoría de Pociones. Un examen más hasta la libertad, como le había dicho a Severus esa mañana. Estaban en fila fuera del Gran Comedor, esperando a que se abrieran las puertas para entrar en fila a su última sesión de tortura. -Todo saldrá bien-, dijo, frotando suavemente el brazo de Severus, que estaba entre sus amigos. Esa mañana, su madre se había llevado al pequeño Draco para que pudieran hacer el examen todos juntos, así que allí estaban todos, tranquilos y lidiando con el estrés a su manera.

Severus estaba mortalmente pálido y James estaba tan ocupado intentando que dijera algo que se olvidó de preocuparse por su propio resultado. -Vamos, eres el mejor en pociones de todos los tiempos, no te preocupes-. Miró a su alrededor, viendo que Evans estaba igual de pálida, Remus estaba metido hasta la nariz en un libro, al igual que Narcissa y Sirius estaba sentado a su lado, balanceando las piernas como si no pudiera importarle. Peter aún no había asomado la cara desde su regreso al colegio... esperaba que siguiera así.

-Toma-, le dijo James en voz baja a Severus, seguro de que todos estaban suficientemente distraídos. Se acercó a Severus y se metió una mano en el bolsillo de la túnica. -Tengo esto para ti, quería dártelo cuando naciera Hayley pero... ¿quizá te traiga suerte?-. Sacó una bolsita de terciopelo negro y se la puso a Severus en la mano.

Severus observó con la respiración contenida cómo aquellos ojos oscuros lo miraban fijamente, atónitos ante la ofrenda, antes de bajar la vista hacia donde unos dedos largos tiraban de la bolsa para abrirla. Una brillante y fina cadena de plata cayó en la mano de Severus. Era larga, brillaba como las escamas de un dragón y del extremo colgaba un grueso colgante.

Severus miró el colgante durante un largo rato, sin saber qué debía decir o si podía siquiera articular palabra. El colgante al final de la cadena era pequeño y plateado como la cadena, pero en el centro había una gema con colores que se movían y parecían bailar juntos uno rojo, uno verde y uno pequeño rosa.

Severus sonrió pensando que era como su pequeña familia. El rojo de Gryffindor de James, su verde de Slytherin y la pequeña luz rosa de Hayley. -James... esto es... es hermoso, pero realmente no tenías que ir a comprarme algo- dijo mientras miraba a James antes de volver a mirar el collar. -Debe haberte costado una fortuna-.

James sonrió con torpeza infantil y deleite. -¿Pero te gusta? Yo... Me lo hice hacer. Mamá tiene uno así para mí y para papá. Es una especie de tradición, pero a mamá le encanta el suyo y...- Levantó la mano y apoyó el colgante en la palma, mientras Severus sujetaba la cadena. -Las gemas brillan para representarnos a todos. Brillan cuando somos felices-. Sonrió al ver las tres luces brillando intensamente. -¿Está... está bien?-.

Severus miró a James durante un largo rato antes de hablar. -Yo... sí, me gusta mucho- dijo dedicándole a James una cálida sonrisa. -Este... este es el regalo más maravilloso que nadie me ha hecho nunca... me gusta de verdad, muchas gracias James- dijo sintiéndose todo cálido por dentro mientras miraba a James y al colgante antes de bajarlo a la mano de James y darse la vuelta y levantarle el pelo. -¿Me lo pondrías?-.

James sonrió. Severus siempre era muy consciente de lo que los demás podían pensar de ellos juntos, pero ahora mismo no parecía importarle. James se lo colocó rápidamente. El broche brillaba con intensidad. -No se puede romper ni arrancar a la fuerza. Sólo tú puedes quitártelo- dijo James en voz baja cuando Severus se volvió hacia él. Miró hacia abajo, donde el colgante descansaba sobre el esternón de su novio. -¿Crees que te traerá suerte?-, dijo en voz baja, sintiéndose de pronto extrañamente empalagoso. Levantó la mirada para encontrarse con aquellos ojos oscuros.

-Bueno, supongo que tendremos que esperar y ver si me trae suerte- sonrió mientras tocaba el colgante en su pecho y la luz verde parecía brillar un poco más que antes. -¿Crees que cuando termine este examen podríamos volver a tu casa? Me encantaría volver y relajarme en el jardín... y quizá también dormir un poco. Últimamente estoy muy cansado, Hayley no para de moverse en el lugar equivocado y me dificulta ponerme cómodo y dormir un poco-.

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