Capítulo 10 parte II

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James gruñó de frustración y entró dando un portazo en el dormitorio de Severus. Severus le estaba esperando, por supuesto, sentado a la mesa leyendo, ya con las maletas hechas. James no se había dado cuenta de que la reunión, la sesión de "práctica" con el director, iba a durar tanto. Tenía los nervios fritos y la cabeza le latía por haber estado expuesto a tanta magia en bruto. Pero lo que alimentaba su mal humor era que toda esta práctica lo traía de vuelta al hecho de que tuvo que matar inadvertidamente al Director. Todo eso le hizo recordar cosas que había hecho, cosas que preferiría haber olvidado...

-Lo siento-, murmuró al ver lo alarmado que parecía Severus, sentándose frente a él y apoyando la frente en sus brazos cruzados. -Es que... Desearía que esto terminara, toda esta mierda de Voldemort. Sólo quiero que se vaya. Envió a un bastardo por Narcissa Black esta mañana cuando entró en Hogsmeade, por suerte Sirius, Moony y Lily estaban con ella. Los aurores se llevaron al "mortífago", pero yo...-. Se golpeó la cabeza contra los brazos. -No soporto esta espera. No soporto la idea de que tú puedas ser el siguiente-.

Severus miró a James sintiéndose mal por no poder hacer nada para ayudarle. Estiró una mano y acarició el pelo de James antes de levantar la cabeza para acariciarle la mejilla. -Sé que esto es duro para ti, James, pero el director debe tener una razón para hacerte esperar... No voy a dejar el castillo pronto, excepto para ir a casa de tus padres, te prometo que me quedaré aquí a salvo- sonrió, inclinándose hacia delante y besándole ligeramente los labios. -¿Por qué no pides a los elfos que te traigan algo dulce y te relajas un rato en el sofá? Incluso te acompaño si quieres, me apetece mucho un pastel de chocolate y descansar de la lectura- sonrió sin dejar de acariciar la mejilla de James con el pulgar.

James levantó la cabeza y cerró los ojos, concentrándose en el cálido y tranquilizador contacto de la mano de Severus. Levantó su propia mano para agarrarla brevemente, exhalando lentamente. -No-, dijo al fin, sintiéndose más tranquilo. -Vamos a casa de mamá y papá, ya te he hecho esperar bastante-. Miró el reloj de la pared del fondo. -Mamá dijo que era mejor no llegar más tarde de las dos. Ahora son las dos y cuarto-. Se puso en pie y suspiró de nuevo, exhalando lo mejor que pudo las malas emociones y enterrando el resto. Fue más fácil cuando Severus le dedicó aquella sonrisa curiosa, inciertamente emocionada.

-Tiene preparada una sorpresa-, musitó James, ofreciéndole primero el bote de polvo floo. Dumbledore, al menos, había conectado su habitación al floo por la tarde para ahorrarle a Severus el viaje hasta su despacho con su barriguita de siete meses. -He jurado guardar el secreto- añadió cuando Severus lo miró con impaciencia.

-No sé si debería preocuparme o no ahora que dices eso- dijo poniéndose delante de James y cogiendo una mano llena de polvos floo. -Pero no puedo creer que me hayas ocultado algo, James Potter, y yo que pensaba que me lo habías contado todo-, le dijo sonriendo mientras se acercaba a la chimenea y no podía evitar preguntarse qué le estaría esperando al otro lado cuando llamara a la casa de los Potter. -...no es nada que vaya a hacer que me asuste y me haga daño en el brazo ¿verdad?- preguntó mirando a James.

James ladeó la cabeza y se rió. -Lleva meses planeándolo. Ella y papá están muy emocionados. Vamos- le instó. Cuando Severus desapareció por el floo, James esperó unos segundos antes de seguirle. Se tropezó con el salón de sus padres y vio a su madre envolviendo a Severus en un fuerte abrazo y dando un paso atrás para admirarle la barriga. Su padre, todo un caballero, se mantuvo alejado del espacio personal de Severus, pero le dio una palmada cariñosa en el hombro.

-Me alegro mucho de volver a verlos, espero que les vaya bien a los dos- dijo dedicándoles una sonrisa. -Y espero que hayas recibido la primera foto de tu nieta. Sé que cuando te la envié hubo una gran tormenta de nieve, así que no estoy seguro de que te llegara... y ya sé que me llegó una carta- dijo mirando a la pareja y luego alrededor de la habitación, nada parecía diferente por lo que él podía ver, todo parecía igual que antes en su última visita en Navidad.

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