✧ ; 3 - Clímax

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Las palabras del arconte provocaron que el menor ladeara su rostro dándole a entender que no había comprendido el asunto. Realmente no sabía mucho acerca del sexo, por lo que tampoco sabía si había algo más que hacer o no. Miró al rostro adverso y un escalofrío recorrió su cuerpo antes de que sus labios volvieran a tocar los propios.

—Debes decirme si quieres que pare en algún momento— susurró Zhongli, completamente agitado en ese punto y más aún porque en esa posición ambos miembros rozaban y era algo realmente excitante.

—T-te lo diré...—gimió contra sus labios y movió sus caderas para sentir más la erección adversa. Siempre le dejaban embobado sus besos, hasta el punto de no ser capaz de reaccionar después, por lo que simplemente le besó de nuevo y deslizó sus manos por su cabello para deleitarse con la suavidad del mismo. Le encantaba el cuerpo de Zhongli y como le estaba tratando a pesar de todo. Aquello no parecía tan malo como al principio, al menos ahora no le daba la sensación de estar siendo usado por él. —M-me duele un poco abajo... ¿Es normal?— Nunca se había endurecido de esa forma su miembro, así que no sabía que hacer, tan solo buscaba el contacto adverso de un modo u otro para aliviar los breves pinchazos.

La inocencia y falta de experiencia del joven fatui estaba lejos de los conocimientos que tenía el longevo arconte. Por supuesto, en todos sus años, él había tenido múltiples encuentros de ese estilo, pero estaba seguro de que iba a disfrutar mucho con aquel chico a pesar de sus pocos conocimientos en la materia. Sería un placer enseñarle.

—Es perfectamente normal... Solo necesitas un poco de atención para aliviarte— comentó antes de agarrar no solo el miembro del menor, sino el suyo propio y masturbarlos juntos, para que así las sensaciones fueran mayores para ambos. —Sentirás un cosquilleo, probablemente al principio la sensación te resulte extraña, pero no la retengas... confía en mí— sabía de sobra que podía ser confuso sin haber tenido experiencia previa, al igual que sabía que, por ser su primera vez, iba a acabar muy pronto.

Sin embargo, Zhongli ya estaba contando con ese hecho, y solo esperaba que el chico estuviera dispuesto a recibir múltiples estimulaciones esa noche, porque después de tanto tiempo sin contacto físico, se sentía bastante ansioso.

El pelirrojo nunca se había sentido de aquella forma y, cuando el contrario agarró su miembro, no pudo evitar fundirse en un mar de gemidos y sonidos obscenos. Cerró los ojos para que la situación fuese aún más intensa y se aferró al cuerpo del arconte como si su vida dependiera de ello.

—E-esto es demasiado... M-me gusta mucho... —Tal y como dijo Zhongli, sintió el cosquilleo en su bajo vientre segundos antes de eyacular entre ambos cuerpos, abundantemente, mientras se abrazaba más al contrario. Se podría volver adicto a algo así, era similar a lo que sentía cuando mataba, cuando se enfrentaba a un reto difícil. —Zhongli... Me siento como si hubiera acabado de luchar...— Estaba algo cansado después de aquel pico de placer tan repentino, pero igualmente quería seguir probando cosas.

Una sonrisa de satisfacción se dibujó en los labios del arconte cuando sintió su mano manchada de aquel fluido caliente. Se sentía bien sabiendo que le había descubierto algo así, algo muy distinto a todo lo que probablemente hubiera sentido hasta ese momento, y sus palabras solo lo confirmaron.

—Me parece curioso que lo compares con algo así... Pero creo que te entiendo. También soy un guerrero y comprendo el éxtasis y la adrenalina de una batalla. Sin embargo, te aseguro que esto es mucho mejor.

Zhongli pasó la lengua por sus labios antes de llevar su mano, aún manchada, a la entrada del menor. Con cuidado introdujo un par de dedos en la misma, aunque esta vez no se quedó ahí, sino que comenzó a flexionarlos con lentitud para estimularle. Sabía que debía estar demasiado sensible por el reciente orgasmo, pero poco le importaba, pues ni mucho menos tenía pensado terminar ahí.

La otra cara de Genshin ImpactDonde viven las historias. Descúbrelo ahora