Rosas blancas

2K 281 36
                                    

Para Harry es todo una aventura es estar en aquel lugar, de verdad estaba cansado porque de verdad estaba de arriba abajo en el lugar, y sobre todo no soportaba aquel omega que era el favorito del sultán, siempre tenia que llegar para humillarlo o incluso hacerlo de menos porque no es originario del Estambul, y que de verdad no estaba aguantándolo, pero ya la habían advertido que no podía hacerle nada porque bueno podría traerle graves consecuencias.

—No deberías estar aquí — y ahí estaba otra vez ese maldito omega jodiendole la existencia, vamos que no tenía otra actividad que hacer, no se supone que debería estar cuidando del hijo del sultán, que no debería estar pasando este tipo de contratiempos.

—Y Usted debería estar cuidando del hijo del sultán — hay un punto donde Harry no se va a quedar callado, estaba harto que ese omega lo esté humillando completamente.

—No deberías hablarme así igualado — gruño el omega, pero antes de que pueda decir algo, llego la madre sultana.

—Dayra, vete al harem — ordeno, y bueno aquel omega no puso ninguna objeción, si la madre sultana ordenaba el obedecía, todos en aquel lugar le tenían miedo aquel omega, el omega que dio a luz al heredero de uno de los imperios más grandes, pero había algo en ese omega que le decía que su rebeldía causaría muchos problemas, buenos y malos.

—Si mi Hijo se entera puede cortarte la cabeza — la madre sultana quería imponer un poco de miedo a ver si así el omega deja de ser tan rebelde.

—Que lo haga, la verdad me haría un enorme favor — Harry estaba por irse, cuando la madre sultana lo sostuvo del brazo.

—Quiero que recojas las flores blancas del jardín — hablo la madre sultana — y luego las dejes en mi aposentos — y con eso se retiró, Harry gruño, vamos que no había otra persona que se pueda hacer cargo de eso, todo lo tenía que estar haciendo el.

Fue hasta donde se encontraban los instrumentos de jardinería, tomo unas tijeras, y una canasta y salió hasta el gran jardín, y fue directo a las flores que había pedido la madre sultana.

Eran unas rosas blancas que lo tenía entendido las flores habían sido cuidadas por ella cuando aún vivía el sultán, él fue el omega favorito por mucho tiempo, pero no fue el único, el sultán juraba estar enamorado de aquel omega, pero por tradición el alfa sultán no podía casarse con un solo omega, además aquellos solo tenían la oportunidad de tener un solo hijo, y bueno gracias a Ala, tuvo la buena suerte de ser el elegido para tener al heredero, y bueno su hijo sobrevivió y llego al poder sin importar que pase.

Harry lo veía como un omega fuerte, pues no cualquiera aguanta todo ese tipo de situaciones, no cualquiera tomo la decisión de jugar el todo por el todo por su hijo.

Louis estaba en el balcón de sus aposentos con una gran vista al jardín, justo de frente aquellas bellas rosas que su madre cuidaba con tanto amor y cariño, ese siempre su gran entretenimiento claro aparte de cuidarlo, y de que sobreviva.

Harry estaba en el jardín cumpliendo con la orden de la sultana, que no se fijó que unos ojos de color azul como el mar lo estaba observando, el sultán lo observaba desde aquel balcón que le daba una perfecta vista del mar, y los jardines pero nada se comparaba con aquel omega que se encontraba ahí, se rio un poco de como batallaba con las flores, de verdad que el omega parecía que no nació para eso, su lobo estaba dormido, así que no lo escuchaba estarle reclamando.

Una sonrisa se pintó en sus labios, ante la imagen de aquel omega, estaba por bajar para saludar aquel omega, pero algo lo detuvo la llegada de Dayra, suspiro vamos ya estaba harto de ese omega solo esperaba que dé a luz a su hijo y ya no tener que convivir tanto con él.

El sultánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora