Mehmet

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Louis estaba afuera de la habitación donde se encontraba su omega, estaba demasiado nervioso, sabía lo peligroso que era que los omegas hombres den a luz, especialmente cuando tenían que hacer cortes precisos para poder sacar al cachorro, estaba demasiado nervioso, y con eso estaba llenando todo el lugar, no quería que nadie se le acercara, solo quería saber que su omega estaba bien, al igual que su hijo.

—Majestad— dijo una voz que conocía perfectamente, vamos que no se cansaba te buscar migajas de un amor —Le traje un té.

—Dayra ahórrate  todo este teatrito— dijo Louis sin prestarle mucho atención al omega—  Vete
Dayra no dijo nada, y solo se quedó ahí parado, no quería moverse de ahí, su omega le rogaba que cuide al alfa, y que quite ese horrible olor

—Que no escuchaste— dijo el alfa empujando al omega, no quería que ese esté ahí  —Vete
Dayra fue sacado de aquel lugar, no podía creer como el alfa que tanto ama lo saco de ahí, podía jurar que el alfa no estuvo así cuando nació Mustafá

—Vamos— dijo una de las betas que estaba ayudando en el parto—  tomen al cachorro y límpienlo.

Harry estaba todo sudado, y un poco demasiado cansado, sus sentidos se pusieron alerta cuando se llevaron a su pequeño cachorro—Denme a mi cachorrito

—Lo haremos majestad solo tenemos que limpiarlo— La beta hizo lo que dijo, y aviso al sultán que podía entrar a ver a su esposo e hijo.

Louis entro suavemente y se encontró con su omega, lo noto cansado, pero no dudo en acercase hasta él.

—Mi amor— dijo el alfa besando la cabecita de su omega —Lo has hecho muy bien, estoy orgulloso de ti.

—¿No me vas a quitar a mi cachorrito cierto?— pregunto Harry con un puchero en sus labios.
Louis sintió por medio del lazo todo el miedo que sentía, y el sultán se sintió culpable por eso, no quería que su Omega sienta miedo.

—No podría quitártelo.
Harry quito el puchero que tenía en sus labios y le dio una sonrisa cansada.

—Majestad— la beta llegó y le entregó un pequeño bultito envuelto en una manta azul, casi como el color de sus ojos, Louis lo tomo en sus brazos y lo observó era muy pequeño, sus piecitos, las manitas, digno de ser alabado.

—Mehmet ese será su nombre— dijo el alfa, ahora pasándole el bultito a su Omega.

—¿Qué significa alfa?— pregunto con curiosidad el Omega.

—Digno de ser alabado— dijo el alfa admirando la forma tan delicada en la que sostenía a Mehmet

—Es un nombre precioso.

Mustafá no entendía como su mami ahora no estaba con él, estaba tan acostumbrado a la presencia de su mami, y a su olor.
Dayra aprovecho que todos estaba demasiado ocupados con ese Omega como para dars dee cuenta que se acercó un poco a su hijo.

—Hijo mío— dijo Dayra con la intención de abrazarlo, Mustafá comenzó a llorar al sentir ese olor desconocido..—Shh,no llores.

—Dayra— la voz de sultán se escuchó en el lugar.—Ni se te ocurra, guardias— Los nombrados entraron a la habitación, no sabían en qué momento había entrado el omega, pero con una señal del sultán lo sacaron.

El sultánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora