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Cuando Tord salió casi despavorido de la habitación, se apoyó en la pared más cercana llevándose las manos a sus ardientes mejillas teñidas de un fuerte trono carmín que atacó su rostro luego de haberle besado la frente a Matt mientras dormía.

¿Por qué lo había hecho? No tenía la más mínima idea, pero le había gustado. ¿Estaba mal que le hubiera gustado hacer aquello? No es como que fuera algo malo, pero no bastaron unos momentos para que los pensamientos comenzaran a atacar sin piedad la mente del nórdico.

Estuvo así un rato, cuestionando si en realidad estaba bien lo que estaba haciendo, lo que estaba sintiendo. Veía los pros y los contras en todo, algo muy típico en él, cualquiera que lo conociera bien sabía que solía ser muy controlador para ciertas cosas y que si o sí todo tenía que ser como él lo planeaba. Si, el hecho de que pasó lo que pasó no significaba que fuera exactamente una "buena persona" hacía todo lo posible por ayudar pero no significaba que su actitud fuera precisamente buena. Matt sabía eso, y lo había acepyado aún con sus desperfectos y le ayudaba a trabajar con ello.

Estuvo al menos unos 5 minutos parado, apoyado a la pared y determinó que prefería dejar que el tiempo fluyera y determinara lo que pasaría entre ambos. 

. . . 

A la mañana siguiente, como era de costumbre, Matt preparaba el desayuno en la cálida cocina del acogedor hogar, la diferencia ahora era que era fin de semana, la niña no tendría que ir a clases, por lo tanto no había razón para despertarla tan temprano. La figura que daba a mostrar Matt mientras que cocinaba a la luz del ventanal de la cocina y su calida sonrisa llegaban a erizar los cabellos de Tord, ciertamente se veía precioso a sus ojos. Timidamente se acercó a la barra de la cocina con cuidado de no scar de su pequeño trance al de cabellos naranjas.

Matt tampoco era tan distraído, sabía que Tord había entrado, sentía su cálida miarada encima de él todo el rato, como si de estudiar sus movimientos se tratase. Matt mantenía una sonrisa en el rostro, le gustaba que Tord lo mirara tan intensamente, pero algo se sentía muy diferente en él, más no sabía qué era.

Un excelente aroma inundó la nariz del nórdico en cuando un increíble desayuno fue servido frente a él, miraba impresionado el plato, ese día Matt si que se había lucido con el desayuno, ¿Una ocasión especial quizás? No sabía. Pero, realmente sí sabía, ese fin de semana irían sus padres a su querida morada a visitar a la pequeña niña y conocerla. Tenía que estar del mejor humor posible y la casa en buenas condiciones.

— Vaya que esto se ve delicioso eh, felicitaciones al chef. — Rió por lo bajito Tord quien había tomado unos vasos y servido jugo para ambos.

— Es lo mínimo que puedo hacer, ahora vamos, hay que limpiar la casa para tus padres y acomodar la habitación para ellos. —

Tord asintió con energía. Les esperaba una larga mañana pero valía totalmente la pena.

. . .

Un muy largo rato más tarde, ambos chicos se sentaron en el sofá a descansar, admirando lo limpia que había quedado la casa y con ello la otra habitación que prepararon para las visitas. Tord revisó la hora desde su móvil aún faltaban 3 horas para que estos llegaran por lo tanto les daba tiempo para arreglarse y comprar algunas cosas para pasar la noche con sus familiares.

— Hay que despertar ya a Ingrid. — Dijo Matt mientras se levantaba de su cómodo asiento junto al nórdico para ir por la niña.

Para su sorpresa, la habitación estaba limpia y fresca, la niña seguía dormida por lo que supuso que fue Tord quien la había limpiado con anterioridad, cargó a la pequeña en sus brazos con delicadeza, la cual mencionada pasó sus brazos alrededor del cuello del de cabellos naranjas y reposó su cabecita sobre el hombro de este.

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⏰ Última actualización: Jan 25, 2023 ⏰

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Custodia || MattordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora