~Capítulo 4

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Yoongi caminaba con su bastón tratando de no tropezar con la escalera

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Yoongi caminaba con su bastón tratando de no tropezar con la escalera. Bajó a pasos lentos contando cada una de ellas para no caer y es que desde que su chico no estaba ahí para él sentía que se había quedado ciego por segunda vez. 

Jimin era como la luz que solía guiarlo, su sol de cada mañana y ahora no estaba, tenía casi una semana de preguntar por él y nadie le daba una explicación de lo que había pasado o el por qué su novio había desaparecido así de un día para otro. ¿No se suponía que se iban a casar? ¿Qué todo estaba bien?

Jamás había sentido tanta angustia en su ser pero el no saber nada de Jimin lo volvía loco, lo carcomía por dentro. Era algo inimaginable lo que sentía y solo se había sentido así cuando perdió dos cosas importantes en su vida, a su padre y la vista.

Ahora sentía otra vez que vivía en aquel agujero oscuro del cual no encontraba una salida. ¿Seria posible que Jimin no lo amara en realidad? O ¿Quizá le dio miedo la idea de casarse con él? Porque si asi era, Yoongi podía esperar a que él estuviese listo. Solo quería a su Jiminie a su pollito a su lado.

Los días no eran amarillos sin Jimin ahí, "amarillo" era la manera en que Yoongi describía la calidez con la que vivía sus días al lado de su chico pues así sentía e imaginaba que era el día siempre que Jimin hacia acto de presencia. Un lindo color amarillo brillante como la puesta del sol, que le transmitía felicidad, alegría y emoción.

Ahora solo era gris.

Pasó noches de angustia llorando por él y llamándolo en silencio.  Sentía que volvía a retroceder en el tiempo y sumirse de nuevo en aquella depresión. 

     —¡Hijo! ¡Cielo lindo! ¿Necesitas ayuda?

     —No madre, solo vine a preguntar a Nana si no ha sabido nada de Jimin. Me preocupa madre. ¿Tú lo has encontrado? Por favor dime que si madre, di que si.  —Suplicó Yoongi con un nudo que apretaba su garganta y le impedía respirar bien.

     —No hijo no he podido encontrar al pequeño jimin lo siento mi querido Yoongi.

El joven asintió apretando aquel bastón en su mano.

     —¿Y la operación cuando es? ¿Pudiste encontrar un donante? necesito ver,  tengo que buscarlo yo mismo, algo tuvo que pasarle una persona no puede desaparecer así.

Yoongi estaba decidido a encontrar a su novio, había pasado años en busca de un donante de córnea pues la verdad era que encontrar uno era bastante complicado. Solo de personas fallecidas de manera natural podían ser donantes pues sus córneas estarían sanas y saludables y habia más probabilidades de que el organismo de Yoongi no las rechazara. Además de que solo en Suecia había un buen médico capaz de realizar esa operación con un éxito total del 100% y conseguir una cita allá era complicado.

     —Te tengo buenas noticias hijo,  mañana mismo te revisarán y harán varios exámenes para poder iniciar con la   operación, si todo sale bien  viajaremos a Suecia pasado mañana.

     —¿Eso quiere decir que ya hay un donante madre? —Preguntó esperanzado. Ver era lo que más quería en ese momento para salir él mismo en busca de su adorable chico.

     —Así es,  hay un donante y ahora mismo me reuniré con el doctor que me hará la hoja que el médico cirujano necesita alla en Suecia para saber que estas bien de salud para poder realizar la operación ¿Te das cuenta cielo? En una semana estarás viendo de nuevo.

Yoongi asintió, estaba feliz pero su felicidad era totalmente opacada por el dolor que su corazón sentía, había esperado tanto por eso pero sin Jimin a su lado no era lo mismo.

     —Si madre, iré al jardín.

A paso lento moviendo el bastón de aquí para allá salió en dirección al jardín a sentarse bajo aquel árbol que era siempre el testigo de lo feliz que él y Jimin siempre habían sido.

La mujer observó a su hijo, ella sabia perfectamente lo que tenía Yoongi pero no le importaba. Solo deseaba recuperar a su hijo y devolverle la vista  y por fin acabar con aquella espina que le atravesaba el corazón, el remordimiento que no la dejaba vivir en paz. Aquella culpa del fatídico accidente del cual Yoongi se culpaba pero que en realidad la culpa total era de ella, solo de ella.

Salió de la Mansión en su lujoso auto para dirigirse hasta el hospital donde miraban a Yoongi sus citas regulares, debía tener esa hoja de permiso para la operación pero antes debía hacer una parada extra.

La casita humilde que se divisaba frente a ella la conocía muy bien,  ahí había ido ella a traer a la señora Park Janeul para que trabajara para ella hacia unos veinte años y también ahí conoció a Jimin. Cuando la señora Park abandonó la Mansión sólo Jimin se quedó para hacerle compañía a Yoongi,  ese era el trato.

Se bajó del auto y después de pedirle al chofer que la esperara toco la puerta, no tardaron en abrir y el joven que lo hizo se sorprendió de verla ahí. Quizá ella se había arrepentido e iba a buscarle para pedirle que vuelva, el corazón de Jimin saltó feliz.

     —Señora Min Shinji... buenos días pase adelante.

Ella no devolvió el saludo y se limitó a ver la casa humilde con expresión de asco. Jimin no entendía por qué razón,  si su  casa no era fea era bonita a excepción de que no habían todos esos lujos como en la Mansión pero era linda y muy limpia.

     —Señora Min, es un gusto saber de usted.

La madre de Jimin una señora bastante callada y por sobre todo ambiciosa salió del interior de la casa al oír a Jimin hablar con alguien.

La madre de Yoongi llevaba dos pequeñas  maletas en sus manos y las dejó sobre la mesa.

     —Iré directo al grano, Yoongi por fin se va a realizar la operación córneas. Mañana viajaremos a Suecia  pues finalmente tenemos una cita.

La señora min abrió las dos maletas y en ella había dinero, mucho dinero  y a la madre de Jimin le brillaron los ojos, siempre fue una mujer muy avara y le gustaba el dinero fácil por eso acepto que Jimin su hijo se quedara en esa mansion cuando éste solo tenia 10 años.

     —Puedes tener este dinero Jimin es todo tuyo, suficiente para vivir bien el resto de tu vida, pero quiero algo a cambio.

Jimin arrugó la frente ¿El para que quería ese dinero? Negó

     —No me vendo señora yo no tengo precio, solo sea directa conmigo y dígame que busca de mí ¿que quiere?

La madre de Yoongi sonrió, una sonrisa muy similar a la de su hijo pero la sonrisa no le llegaba hasta los ojos pues carecía totalmente de dulzura

     —¿Amas a Yoongi? —Jimin asintió inmediatamente. —Entonces esto será fácil, solo quiero algo para mi hijo y ya que  lo amas tanto niño sé que no te vas a  negar.

     —Claro que lo amo. —La madre de Jimin solamente observaba aquella platica ajena a todo. —Haría lo que fuera por él. ¿Qué es lo que necesita de mi?

     —Tus córneas muchacho, llevo años esperando un donante que quizá jamás llegará,  es difícil encontrar uno pero tú,  tus ojos, tu vista es lo que mi Yoongi necesita para por fin ser feliz. ¿No quieres que sea feliz?

Esa pregunta para Jimin estaba de más, la felicidad para Yoongi era lo que más deseaba en el mundo.  ¿Pero su vista a cambiado de la felicidad de Yoongi? ¿Seria él capaz de hacer eso?

Tembló con miedo evidente, él solo quería ser feliz al lado de Yoongi. 

     —¿Si le doy mis córneas me permitirá volver con él?

    —Por supuesto,  eso a cambio de que le devuelvan la vista a mi hijo. 

Sonrió, finalmente podría volver a estar con Yoongi aunque no lo viera pero Yoongi si podría verlo a él.

~♡𝔏𝔬𝔰 𝔬𝔧𝔬𝔰 𝔡𝔢𝔩 𝔞𝔩𝔪𝔞♡~  𝖄𝖔𝖔𝖓𝖒𝖎𝖓 ℌ𝔦𝔰𝔱𝔬𝔯𝔦𝔞 𝔠𝔬𝔯𝔱𝔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora