~Capítulo 11

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La verdad

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La verdad... paradojicamente la buscamos con temor a encontrarla.

La verdad se dice que es liberadora, te corta los nudos de duda e intriga que te pueden mantener atado, sin embargo,  si la verdad es liberadora es depende del enfoque con el que lo estés percibiendo y eso mismo pensaba Yoongi mientras subía por los escalones de la elegante Mansión de Min Shinji la mujer que le dio la vida, su madre. ¿Cómo pudo convertirse en un ser tan inicuo? Quizá nunca fue un alma buena, quizá siempre fue un demonio y hasta ahora podía descubrir la verdad, levantando los resquicios de una vida pasada y encontrando en ellos cosas que jamás deseó saber pero era tarde, había descubierto una caja llena de porquería. Aquella verdad no le liberaba, le aprisionaba en el sentimiento del odio.

Demasiado tarde para ignorar todas esas cosas que de a poco fue descubriendo de ella, que era capaz de hacer cualquier cosa con tal de conseguir lo que ella quería para dominar la vida de su hijo.

Ahora mientras se topaba con ella al final de las escaleras solo podía ver a la verdadera persona bajo aquella máscara de madre abnegada. ¡Un monstruo!

Cuanto quería Yoongi irse sobre ella  y poder desquitar todo ese dolor que esa misma mujer le  causó a su niño hermoso, hacerla pagar por cada lágrima que Jimin soltó por su culpa, pero no era el momento no... debía ser paciente y esperar. Así que simplemente pasaba a un lado ignorando las insistentes preguntas que ella le hacía cuando llegaba a casa.

Casi siempre se topaba con ella y alguna chica que llevaba para emparejarlo pero como siempre él lograba zafarse de todo eso. No quería una novia ya tenía un novio y muy lindo, hermoso con una sonrisa adorable por la cual se derretía así que no necesitaba de una novia que su madre le buscase, tenía a Jimin y pronto se lo llevaría con él.

Tenía todo planeado pero debía hacerlo sin que ella supiera nada porque podía hacerle daño de nuevo.

Así que disimuló todo lo que pudo en su presencia por varias semanas, tragandose las ganas de gritarle y exigirle pagar, mordiéndose la lengua cuando le sonreía y le trataba con cariño usando siempre aquella máscara, si ella podía ser doble cara él también y todo sería por su amado chico y su seguridad.

Jimin recibía su visita todos los días al salir del trabajo porque sí,  lo habían contratado en la Empresa donde Namjoon laboraba y ahora estaba por cerrar un trato con un conocido de Namjoon que tenia una pequeña casita amueblada y cómoda que podía arrendar hasta que tuviera el dinero suficiente para comprar la suya propia porque no estaba dispuesto a usar ni un solo centavo de aquella mujer y si era necesario empezar de cero lo haría con tal de no deberle absolutamente nada.

Así que una vez hecho el trato con el arrendador comenzó los preparativos de su mudanza, primero se iría él de la Mansión y cuando ya estuviera totalmente instalado iría por Jimin, Jungkook amablemente se ofreció a dejar su trabajo en la casa de asilo para cuidar todo el día de Jimin mientras Yoongi trabajaba sin recibir un sueldo pero el pelinegro se negó rotundamente. Dijo que no iba a abusar  de nadie, así que por unas horas en la mañana Jungkook podía verlo antes de entrar a trabajar y le iba a pagar,  pero deberían contratar a un enfermero para que lo viera el resto del tiempo.

~♡𝔏𝔬𝔰 𝔬𝔧𝔬𝔰 𝔡𝔢𝔩 𝔞𝔩𝔪𝔞♡~  𝖄𝖔𝖔𝖓𝖒𝖎𝖓 ℌ𝔦𝔰𝔱𝔬𝔯𝔦𝔞 𝔠𝔬𝔯𝔱𝔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora