Capitulo tres

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Peiné mi cabello naturalmente rojo cobrizo, que ya se encontraba bastante largo, por suerte no estaba tan enredado y el cepillo pasaba fácilmente. Una vez mi peinado estaba listo, busqué la ropa que me pondría para ir a dar clases.

Cuando llegamos a Barcelona, tenía muy en claro que quería estudiar. Mis padres me ayudarian con el pago de la universidad, ya que luego de debatirlo, no querían que Pablo cubriera todos mis gastos.

Luego de unos meses, apliqué para una de las universidad y decidí estudiar periodismo, me llamaba bastante la atención y me gustaba mucho hablar, así que lo veía como algo fácil para mi. Siempre me he considerado muy extrovertida y risueña, lastima que últimamente muy rara vez sonreía, pero trataba de mantenerme positiva.

La puerta de la habitación fue abierta por el chico de ojos marrones que me robaba el aliento y el sueño últimamente.

–¿Ya te vas? –pregunto

Yo me limité a asentir, luego de anoche, no tenía muchas ganas de hablarme, me sentía muy decepcionada.

–Cuando regreses, necesito hablar contigo –dijo y sin más, salió de la habitación.

En ese momento sentí frío, nunca es nada bueno cuando te dicen "necesitamos hablar".

Respire profundamente, varias veces, para evitar llorar. Ya me había maquillado y no quería tener que volver a hacerlo.

Termine de escoger mi conjunto para el dia; como los pocos animos que tenia se habian esfumado, escogi algo bastante basico y casual para ir a dar clases: un jeans, una blusa negra, mis converse negras y un cardigan de color cafe.

Termine de escoger mi conjunto para el dia; como los pocos animos que tenia se habian esfumado, escogi algo bastante basico y casual para ir a dar clases: un jeans, una blusa negra, mis converse negras y un cardigan de color cafe

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Tomé mi bolso, me puse perfume y salí de la habitación. Camine hasta llegar a la sala de estar, donde se encontraba Pablo viendo televisión. Suspire y me acerqué, a pesar de todo, siempre caía ante sus pies.

–Nos vemos más tarde, cariño –me incliné para darle un beso de despedida, lo que simplemente fue un pico sin emoción de su parte –Te amo... –murmure mientras me alejaba

–¿A qué hora regresas? –pregunto, sin responder a mi muestra de cariño

Nuevamente, me aguante las ganas de llorar y trague saliva –Por lo general estoy de regreso a las cuatro

El asintió –Vale, te espero entonces

Yo asentí, aunque él no se encontraba mirándome. Sin más, tomé las llaves que se encontraban en una mesita que teníamos a un lado de la entrada, y salí.

Camine por los pasillos del edificio, hasta llegar al elevador. Estaba tan sumergida en mis pensamientos, que mi cuerpo se movía en modo automático.

No tenía muchas ganas de conducir, así que decidí que tomaría el transporte público hoy. Igual, iba temprano, así que no habría problema.

Llegué a la universidad una media hora después, en donde no podía dejar de pensar en lo que sea que Pablo quiera hablar conmigo; por alguna razón, tenía un mal presentimiento y no me gustaba para nada.

–Señorita Bella, ¿Está en la clase o en Júpiter? –preguntó la profesora

Yo me exalte ante la sorpresa, y la mire –Disculpe, ¿Que me decía? –pregunte

Ella entrecerró los ojos –Preguntaba, ¿qué tipos de entrevistas hay?

–Ahm, están las que son abiertas, cerradas, estructuradas o dirigidas –respondí

–Vale, asi es. Parece que no está tan en Júpiter como pensábamos –se escucharon algunas risas por partes de mis compañeros y yo sonreí incómoda, sin mostrar mis dientes.

La clase siguió su curso, y esta vez intenté prestar más atención, no quería que me llamaran la atención nuevamente.

Mis clases terminaron alrededor de las tres y media, sin embargo, tuve que quedarme junto a un compañero, ya que nos tocaba realizar una tarea juntos y teníamos una semana para hacerla

–Felix, ¿cierto? –pregunte cuando llegue a donde estaba mi compañero

Él asintió –Tú has de ser Bella –dijo con una sonrisa amigable

Yo imité su acción y asentí –La misma –ambos reímos un poco –¿Tienes alguna idea en mente sobre lo que podemos hacer? –pregunte

El nego y río –¿Te parece si vamos a la biblioteca y hacemos una lluvia de ideas?

Yo asentí –Vale, vamos

Caminamos hacia la biblioteca, mientras hablábamos de temas triviales como por qué quisimos estudiar periodismo y esas cosas.

En eso, se nos fue el tiempo. Casi no hablamos del proyecto, pero no me importo mucho porque tenía mucho sin poder hablar así con alguien.

Antes lo hacía con Pablo, pero bueno, ya se imaginan porque no podemos tener las conversaciones que solíamos tener.

Un mensaje en mi celular fue el que me hizo caer en cuenta, de que eran pasadas las cuatro y Pablo me estaba esperando en casa.

Le deje mi numero a Felix y me despedí rápido, para llegar a casa lo más pronto posible

–¿por qué tardaste tanto? Son las cinco –dijo Pablo cruzado de brazos

Fruncí el ceño –Se me hizo tarde, me quede viendo un proyecto...

El me interrumpió –Vale, lo que quería hablar contigo era...

–¿Qué onda contigo y esa actitud? –pregunte ya cansada de tener que lidiar con eso –¿Que te hice para que me trates así? –sentí mi voz quebrarse, pero no quería llorar frente a él.

–¿Qué onda contigo y esa actitud? –pregunte ya cansada de tener que lidiar con eso –¿Que te hice para que me trates así? –sentí mi voz quebrarse, pero no quería llorar frente a él

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¿qué le sucede?):

Love Me or Leave Me → Pablo Gavi ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora