Nueva York, Estados Unidos, 2022
—Deberías ir a descansar, hija.
Jihyo aprieta un poco más la mano de su madre, que reposa en la cama de su habitación con claros signos de cansancio. Niega despacio con la cabeza y le sonríe.
—Estoy bien. De todas formas, tengo que volver a la comisaría. Solo quería venir a ver cómo estabas.
—Ve con cuidado, por favor.
Jihyo besa la frente de su madre y sale de la habitación. Antes de abandonar el lugar, se dirige a la cocina, donde encuentra a la enfermera que se encarga de su madre. Ha estado cuidando de ella el último año y medio y se siente natural verla ahí.
No hubo día que Jihyo no visitó a su madre desde que esta salió del hospital. Por tanto, también veía a la joven enfermera moviéndose por todas partes como un golden retriever lleno de entusiasmo. Annabeth siempre estuvo al pendiente de ambas y eventualmente consiguió la amistad y confianza de la inspectora Park.
—¿Ya te vas? —Annabeth le sonríe mientras sirve un vaso de agua y un par de pastillas en una bandeja plateada.
—Sí, tengo pendientes en la comisaría y ya sabes cómo es mi jefe.
—¿Sabes? Siempre he pensado que es lindo que encuentres tiempo para tu madre. Ella lo aprecia mucho.
—Hago lo mejor que puedo.
—Lo hace muy bien, inspectora.
Jihyo le devuelve la sonrisa y se hace a un lado para que la enfermera pueda salir con la bandeja en mano. Sin embargo, Annabeth se detiene frente a ella. Es un par de centímetros más alta, aunque Jihyo está acostumbrada a levantar un poco la mirada. A veces piensa en lo milagroso que fue alcanzar el mínimo de estatura necesaria para entrar al cuerpo de la policía.
—La cita con el doctor McMillian es mañana, ¿nos acompañas?
—Lo intentaré —promete Jihyo con una mueca apenada.
—Está bien. No te presiones demasiado.
La miel en los ojos de Ann crea un agujero de incomodidad en su estómago. Jihyo no quiere pensar que algo ha estado cambiando en la enfermera últimamente. Su trato, su mirada, y hasta su voz se han vuelto más dulces y suaves. Si esas eran señales de algo más, Jihyo desea que desaparezcan o, al menos, estar totalmente equivocada. Aprecia a Ann, le está enormemente agradecida por su trabajo, pero no puede ofrecerle nada más que su amistad. Merece algo mejor porque no es culpa suya que ella esté estancada en un amor del pasado.
Han pasado años desde que su corazón quedó sellado. No se ha vuelto a sentir vivo o en paz, pero la vida continúa, así que ella también debe hacerlo a pesar de la sensación de vacío.
—Me tengo que ir. Me esperan en la comisaría.
Annabeth se despide con una sonrisa suave. Jihyo tan solo sacude la cabeza y sale del lugar. Regresa a su coche aparcado en la acera frente a la casa y mira su reloj mientras se pone el cinturón de seguridad. Tiene aproximadamente 10 minutos para llegar a la comisaría o el capitán hará puré con lo que quede de ella.
Elimina cualquier pensamiento extraño relacionado con la hermosa enfermera de pelo oscuro y ojos verdes y pisa el acelerador.
°•°•°•°•°
Las puertas del ascensor se abren y Jihyo se dirige inmediatamente a la oficina del capitán. Tropieza con algunos compañeros de trabajo que parecen apurados por salir de la comisaría.—¡Hey, Park!
Jihyo se detiene y mira hacia unas mesas a pocos metros de distancia, donde un par de mujeres le sonríe. Ellas son posiblemente las detectives más cuestionables de toda la comisaría, pero de algún modo le agradan. Levanta un brazo para saludarlas y decide acercarse un momento.
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Amar y proteger ➳ Sahyo
FanficSu ex novia está de vuelta y la inspectora de homicidios, Park Jihyo, tendrá que olvidar su pasado juntas y ser profesional. El problema es que Sana no parece entender el concepto y continúa acercándose demasiado. Alternativamente, donde Jihyo debe...