—Parece que Scott Harper ha estado faltando al trabajo desde el día del asesinato.
Jihyo escucha las noticias de Nayeon a través del móvil. Ella y Jeongyeon no han tenido suerte buscando al camarero con el anillo de la academia militar, y eso claramente tiene a Nayeon irritada.
—¿Ningún compañero de trabajo sabe nada de él? —Jihyo se deja caer en la gran cama de la habitación 43 del hotel Queen, escuchando el agua de la ducha como un sonido al fondo de su cabeza. Intenta no ser tan consciente de que su ex novia se está duchando a escasos metros de distancia y trata de atender a la voz exasperada de la detective Im, pero una parte de su mente parece estar puesta única y exclusivamente en Sana.
—No es un tipo muy sociable. Parece que no tiene muchos amigos, pero el dueño nos ha proporcionado algo de información.
—Parece ser que algo pasó con Harper el día del asesinato —interviene Jeongyeon, puesto que la llamada está en manos libres—. El encargado nos ha dicho que lo habría despedido por su retraso ese día, y créeme, ese imbécil no es ningún charlatán. Estaría a la altura de Gordon Ramsay.
—Sí, el idiota integral dijo que tuvo pena porque le pareció ver a Harper extraño, y cito, literalmente, 'como si hubiera visto un fantasma' —termina de explicar Nayeon.
—¿Nadie sabe qué le pasó?
—Me temo que no —responde Jeongyeon—. Pero al menos el imbécil del encargado nos ha dado su dirección. Nayeon va a ir a su casa para volver a interrogarlo. Yo regresaré a la comisaría a seguir revisando esos correos que nos ha enviado la asistente de Minatozaki. Quizás pueda encontrar alguna relación con algún militar estadounidense.
—Bien, mantenedme informada. —Jihyo cuelga la llamada justo cuando el agua de la ducha se corta.
La puerta del baño se desliza poco tiempo después y deja ver a Sana en un albornoz blanco, con su cabello anaranjado hacia un lado goteando por las puntas. Su aspecto sería capaz de quitar el aliento hasta al monje más espiritual, pero Jihyo solo reconoce ansiedad en sus propios latidos cuando observa fijamente a Sana. La vergüenza está fuera de la ecuación porque no hay nada en Sana que no haya visto antes, y aún más importante, todos sus pensamientos se enfocan en la sonrisa antinatural y los ojos tenues de la japonesa. Su fachada de tranquilidad es simplemente pésima.
—Estoy más cómoda así, pero si supone una distracción para ti, puedo ponerme algo de ropa.
Jihyo no responde de inmediato al intento de Sana de agregar humor al asunto cuando claramente está desconectada de sí misma. Se pone en pie y se lleva las manos a los bolsillos de sus pantalones, estudiando el lenguaje corporal de Sana.
—No te preocupes por mí. Solo finge que no estoy. —Le da la espalda y se ubica detrás de la mesa en una esquina de la habitación, la cual ya ha equipado con algo de material necesario para trabajar.
Necesita enfocarse. Puede que una parte de su interior esté enloqueciendo por culpa de Sana, pero debe erradicarla y volver al trabajo. Es una inspectora profesional y la mujer al otro lado de la habitación es una víctima a la que debe proteger. Intenta pensar eso fríamente durante largos minutos mientras trabaja en su portátil. Afortunadamente, eso la distrae lo suficiente del aire tenso que ocupa cada rincón de la habitación, e incluso logra olvidar un momento que es su ex novia, por la que quizás aún siente una ligera atracción, quien se mueve a su alrededor tarareando.
Sin embargo, vuelve a notar su presencia cuando la ve apoyarse en el borde de la mesa. Jihyo levanta la mirada y encuentra de nuevo esa sonrisa que extrañamente le molesta. No hay burla, sugestión ni excesiva dulzura, es simplemente Sana fingiendo que todo está bien. De algún modo le disgusta.
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Amar y proteger ➳ Sahyo
Fiksi PenggemarSu ex novia está de vuelta y la inspectora de homicidios, Park Jihyo, tendrá que olvidar su pasado juntas y ser profesional. El problema es que Sana no parece entender el concepto y continúa acercándose demasiado. Alternativamente, donde Jihyo debe...