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Flashback

Mamá y papá tienen razón, yo soy el hermano mayor, debí haber hecho más, debí haberlo dado todo por mi hermano, pero no lo hice, todo es mi culpa; es normal que no me permitan volver a casa, pero ¿Ahora donde dormiré? Quiero llorar, mamá tengo miedo, ya está oscureciendo ¿Qué hago? ¿Dónde duermo? No quiero hablar con nadie del pueblo, ¿qué tal si me pasa lo mismo que a Sayumi?

No, no, ya no pensaré más en ello, lo primero es ahora donde voy a dormir, en el pueblo no hay bancas, así que no puedo dormir en las calles, sin embargo, hay un gran campo floral cerca, no será del todo cómodo, pero huele como mamá ... Como quisiera estar en casa.

"Sayumi, lo siento Sayumi, te prometo que tu hermano se volverá fuerte y cobrará venganza ... Eso es lo que necesitamos, venganza, Sayumi, yo haré de todo para que ese hombre se arrepienta de haberte tocado si quiera un pelo, te lo juro", pensaba mientras me acurrucaba listo para dormir entre todas las bellas e incomodas flores.

Ya siendo la mañana siguiente me dirigí lo más rápido que pude hacía el pueblo, Sayumi tiene que saber que en verdad daría todo por él, por enmendar mi error; haría todo para que sepa que su hermano mayor siempre lo va a querer y proteger.

Alegre corriendo de camino a mi casa note algo muy fuera de lo común, un silencio abismal, matador, uno digno de un cementerio, pero no puede importarme menos ahora que tengo que hablar con Sayumi.

Corría y corría hasta que llegue a mi casa, pero la puerta estaba abierta, cosa que era muy rara, papá siempre se aseguraba de dejarla cerrada para que no entren los demonios. Sin embargo, cada que me acercaba me daba cuenta de lo evidente, no lo dejaron abierto, un demonio entro a la fuerza.

— ¡Sayumi! — Grité en el momento que me di cuenta.

¿¡Por qué!? No puede ser, Sayumi tiene que estar bien, mamá y papá de seguro lo han protegido con sus vidas, ellos eran de rangos muy altos, no hay demonio que resista ante ellos. No hay-

Con cuidado para no adentrarme me asomé, sin embargo, la escena que presenciaba era lo suficiente horrorosa como para querer arrancarme los ojos en ese momento. Mi madre, tan bella como siempre lo fue, estaba tumbada boca arriba, con la mandíbula totalmente abierta y cortada, sin lengua, sus piernas separadas de su cuerpo, dejando ver sus huesos y carne; por otro lado, mi padre acorralado en una esquina, con su catana atravesando su pecho y sus cuencas vacías, puesto que sus ojos estaban en las palmas de sus manos, las cuales dedos ya no tenían. Ambos estaban acompañados de sangre, demasiada sangre, sangre rojo oscuro, pero un rojo diferente a un rojo oscuro convencional, un rojo desesperanzador, un rojo horrible, uno de los rojos más miserables que he visto en mi vida.

— ¿Que? ... ¿M-Mamá? ¿Papá? — murmuré.

¿Por qué? ¿Qué? N-No puedo respirar ¿Q-Qué acaba de pasar?

Me acerco un poco a mamá, pero ella no responde ... Mamá ¿Qué pasó? ¿Por qué estas así? Si sangras mu-mucho, te vas a morir.

¿Morir?

Miré hacia atrás donde estaba mi padre, no se movía, al igual que mi mamá ¿Están muertos?

Mis manos, mis pies, las paredes, las puertas, todo está manchado de sangre.

Mamá y papá están muertos.

No, ellos no pueden morir ¡NO PUEDEN MORIR! Ellos no están muertos.

— ¡Papá! — Me abalance a él— ¡Papá lo siento, no va a volver a pasar, protegeré a Sayumi! ¡PERO NO PUEDES ESTAR MUERTO!

Mis ojos están húmedos ¿Por qué están húmedos? No siento mis manos ¿Son estas mis manos? ¿Por qué todo mi cuerpo se mueve tanto? ¿Por qué las palabras no salen de mi boca? Quiero gritar ¡QUIERO GRITAR! ¡NO PUEDO! no puedo, no puedo ...

Todo ... Todo es ¡Todo es sangre, todo es horrible!

Poco a poco me acercaba a la espada de mamá.

¡Todo es esto, no hay más que esto, TODO ES MUERTE!

La desenvaine y sin darme cuenta, ya apuntaba a mi cuello.

¡TODO ES-

— Bzzzz — escuché.

Sin quererlo ni darme cuenta el tenue sonido de una avispa me extrajo de mis pensamientos; la pequeña avispa, situada a pocos pasos de mi cercanía, era una de las sobrevivientes del criadero de mi padre, puesto que masacro a todas solo por su veneno, pero al parecer, ella sobrevivió.

— Bzzz? — le respondí yo.

Retire la espada de mi cuello y di un par de pasos para estar frente a la avispa, la cual termino posándose tranquilamente en mi mano.

— ¿Tú también perdiste a tu familia?

— Bzzzz.

— Supongo que ya somos dos.

— Bzzzz.

Miré a ambos lados, los cuerpos ... Sin vida de mis padres, pero no quiero estar acá más y solo presenciar sus cadáveres pudrirse.

— Ven te quiero mostrar las flores de mi madre.

Salimos al pequeño patio de detrás de mi casa, yo junto a la pequeñita avispa.

— Mira esas son las flores de mi casa, tenemos muchas y de diversos tipos, mi madre siempre las cuidaba ¿Que debería de hacer ahora con ellas? Mamá se molestaría mucho si sus flores terminan magulladas.

Charle un poco con la avispa, sin embargo, esta solo me decía "bzzzz", no es una muy buena conversadora, de eso no hay duda, pero es una gran compañía y ya teníamos algo en común.

— Me tengo que ir, no sé a dónde, pero sí sé a qué, supongo que este será el adiós pequeña avispa, gracias por encontrarte conmigo.

Me di la vuelta y di algunos pasos, pero la avispa me seguía.

— Bzzz

— ¿Quieres acompañarme?

— Bzzzz.

— Jeje, me encantaría, la verdad es que no te lo pregunte, porque presentía que solo me dirías "bzzzz", pero creo que sería una gran idea tener a una compañera, sin embargo, necesitas un nombre.

— Bzzzz.

— mmm ¿Ume dices?


Casi 2 años ¿Quién lo diría? Un gusto volver, pero dudo tener el siguiente cap para la semana que viene, solo prometo no desaparecer por tanto tiempo ^^ les quiero.

El muchacho de las avispas (Kimetsu no Yaiba X TÚ) Male readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora