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Sentí el viento por mis heridas y respire nuevamente, mis ojos se abrieron y el sol me cegó una ves más, tape mis ojos y me percate de la presencia de tres chicos más, con uniforme de cazadores de demonios.

— ¡Ya larguémonos Gompanchirou! — Grito un joven de cuerpo fornido con una ... ¿Cabeza de jabalí?

— Espera, Inosuke. Oh, despertó, despertó ¿Estas bien? —Me pregunto un chico con el cabello rizado y un brillo particular en los ojos, además de una intrigante cicatriz

— ¡Ah! Abejas ¡¡AH!! ¡¡Avispas!! ¡Tanjirou protégeme! — Dijo otro muchacho con una expresión de terror en el rostro, él tenía los cabello rubios y algo alborotados

—Hum, s-sí, estoy bien— Respondí al muchacho preocupado de la cicatriz

— Gracias al cielo, parecía que no ibas a despertar, tus heridas son muy profundas ¿Qué te paso?

— Para ser sincero, no me recuerdo mucho, solo recuerdo haber salido de mi casa por una misión y nada más— Dije mareado con una mano en mi cabeza alborotando mis cabellos

— Valla, que problema ... mmm ... ¿Quisieras acompañarnos? —Me pregunto el chico de verde con ojos amables.

Por su comportamiento baje la guardia, cosa que reconozco no suelo hacer. Su sonrisa era bastante dulce como para ser un cazador de demonios, mas al estrecharme su mano me dejaba en claro que esa dulzura y amabilidad que parecían corresponderle no eran razón para no luchar. Atrás de él un chico con mascara de jabalí gritaba como si fueran sus últimos momentos de vida, o, realmente, como un animal. Por otro lado, un muchacho igual, pero muy diferente a la vez, sus gritos no eran tan irracionales, parecía estar constantemente asustado, cosa rara si eres cazador de estúpidos demonios, no puedo creer que no esté muerto en este momento. Aunque, pensando en ellos dos, uno tiene lo que al otro le falta.

Me pare y sacudí mi uniforme por el polvo, tenía unas manchas de sangre, pero no podía quedarme ahí tirado esperando ayuda que no llegará. Mientras sacudía mi yukata me di cuenta de que mis abejas y avispas no estaban conmigo.

— ¡Ah! ¡TANJIROU PRTEGEME DE ESTA ABEJA! ¡¡Ahhh!!— Gritó el ahora más molesto chico de uniforme amarillo

— Zenitsu, no te van a hacer nada

— ¡Avisvispas, peleen conmigo!

— Mmm ... Estas abejas y avispas vienen conmigo, no hacen daño—Dije, pues a estas alturas parecen ser chicos realmente problemáticos, por su estupidez y su terror, solo uno era cuerdo.

El chico de amarillo me miro como si estuviera loco, parecía mirarme hasta de forma repugnante. Pero igualmente tampoco es como si me pudiera afectar la forma en la que un extraño me observa.

Todos ellos empezaron a discutir, pero no prestaba atención a eso, veía a mis abejas y avispas para asegurarme si le paso algo, ellas llegaron a ser mis únicas compañeras.

— Oye, chico— Me dijo el chico que vestía verdes, sonriendo— ¿Te gustaría venir con nosotros? — Me pregunto de forma cálida— ¿Qué te parece?

Estaba confundido, fueron buenos, mejor dicho, solo él fue bueno, pero realmente son extraños. Aunque es mejor viajar acompañado— Claro— Le respondí intentando ser lo menos cortante

— ¡Pero antes de unirte! ¡¡TIENES QUE PELEAR CONTRA MÍ!!— Grito el más extraño de los tres

— No, gracias— Le respondí sin mover ni un músculo e intentando ser cordial, cosa la cual en situaciones cómo está se me hace muy complicado.

_________

Por ahora no teníamos a donde ir, y yo estaba muy herido, lo suficiente cómo para perder energía con cada pequeño paso que daba, mis heridas me empezaron a arder más, mis abejas se dieron cuenta de eso y empezaron a zumbar más fuerte, cosa que hacen para pedir auxilio.

— Oye tus heridas están bien, se oyen mal— Dijo Zenitsu preocupado, deteniendo el paso, para dejarme descansar

— He estado oliendo algo extraño, parece que era eso, perdón por no haberlo notado antes— Se disculpo tiernamente el chico de rizos

— Tanjirou, dame la caja y cárgalo— Dijo Zenitsu con lo que parece ser una expresión feliz en su rostro

— Mmm ... Bueno— Dijo poco convenido, pero al final accedió

— Solo es un debilucho— Refunfuño él cabeza de animal, literalmente, cruzando los brazos

— Inozuke sé un poco más cordial— Le pidió Tanjirou tratando que use Inozuke la cabeza, pero creo que era obvia la respuesta. Sinceramente no soy muy bueno tratando con personas como él, tan testarudas, debería de hacer el intento al menos ... Pero no ahora

— No— Respondió con un tono molesto

Escuchando otra pelea de fondo con mis pesados ojos, me dormí en la espalda de Tanjirou, la cual era más cómoda de lo que pensé.


El muchacho de las avispas (Kimetsu no Yaiba X TÚ) Male readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora