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Al llegar todo fue muy calmado, al menos lo suficientemente calmado como para estar con ellos. Jugaban, corrían, gritaban, hacían estupideces, lo normal ahora.

Mis abejas y avispas estuvieron muy calmadas y algo distantes por el extremado miedo de Zenitsu hacia unas simples abejas y avispas.

Ya tarde pensamos en dormir, pero yo estaba ansioso de ver la cara del imbécil de Inozuke y el contenido de la caja, mas, no lo demostraba.

Inozuke se quitó su máscara lentamente para dormir y yo, obviamente pensé en molestarle por un horrible rostro, sin embargo, su rostro era todo lo contrario a lo que pensé, sus ojos verdes claro brillante, piel blanca y sin imperfecciones con un sutil rubor en las mejillas, su nariz pequeña y respingada, pero no tanto, agregando sus delicados labios como de muñeca color cereza natural. Sin darme cuenta me acerque bastante para verlo, y tome con mis mortales e imperfectas manos su delicado rostro.

— ¿¡Q-Que haces!?— Chillo el molesto, y ahora bello, Inozuke

— No lo puedo creer, eres hermoso— Le dije a dos centímetros de distancia

Él con justa razón se sonrojo, cosa que note.

— No ... te acerques tanto ...— Dijo casi susurrando, mirando hacia el suelo con las encantadoras esmeraldas que llevaba en sus ojos.

En ese momento me percate de tal situación extraña a la cual nos había enrollado, me ruborice y reaccione de la misma manera de él, con la diferencia de no tener ojos como los suyos.

Tanjirou y Zenitsu no nos tomaron mucha importancia. Zenitsu seguía muy cerca de la caja y Tanjirou estaba intentando separarlo al menos un poco.

Decidí alejarme de Inozuke para ver la caja, me sentía incomodo a su lado y sé que él también estaba incomodo acompañado de mi presencia.

Luego de alejar a Zenitsu de la caja Tanjirou decidió abrirla y para mi sorpresa, de la curiosa caja salió una muchacha de baja estatura, con un cabello largo y puntas rojos, un rostro delicado y encantador, además de llevar un tierno bambú en la boca. La muchachita, que parecía tener no más de 14 años, se acercó a mí con curiosidad.

— Oh, no te asustes ella es así con las personas nuevas— me dijo Tanjirou con una sonrisa tomando a Zenitsu como si fuera un delincuente

Ella me miro con pena, y yo no entendía por qué.

— ¿Por qué la llevas en tú caja? — Le pregunte a Tanjirou

— Es ... Es que, ella es mi hermana ... Se convirtió en demonio y estoy buscando volverla humana— Respondió con dolor en su rostro

Al escuchar sus palabras me sorprendí, él pudo salvar a su hermana ... Yo no. Mis lagrimas empezaron a salir no pude evitar recordar tales sucesos. Sin darme cuenta la abrase mientras lloraba. Y mee oculte en su cuello mientras me lamentaba mis acciones y recordaba lo cobarde que soy.

— P-Perdón hermano— Susurre, cosa que solo Nezuko escucho, o eso creo

Ella correspondió mi abrazo dándome palmadas en la cabeza intentando consolarme y aparecieron mis abejas allí, todas estaban a mí alrededor, Nezuko no se asustó, solo sonrío o, bueno, sus ojos hicieron como que sonreía.

Zenitsu parecía querer explotar, el muchacho al ser liberado de las manos de Tanjirou fue tras Nezuko, que huía a paso lento de su lento trote , aunque cada vez fue más rápido, por lo que Tanjirou se unió y también Inozuke, pero solo por molestar a Tanjirou seguramente.

No entendí absolutamente nada, y solo dormí, ya no tenía energías para gastar.

El muchacho de las avispas (Kimetsu no Yaiba X TÚ) Male readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora