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Esperé realmente mucho tiempo, hasta que vi a un muchacho muy pequeño frente a mí, era de tez muy blanca y tenía un rostro inexpresivo, pero hermoso, además de dejarme embelesado con su bella y larga cabellera negra con puntas celestes que lo hacía ver mucho mejor.

— ¿Eres tú ___ ___? — Dijo sin mirarme a los ojos, totalmente distraído del mundo

— Sí, soy yo

— Tch— Chasqueo casi gruñendo, pasando de estar distraído a totalmente molesto

Al parecer él iba a ser mi acompañante para esta misión. Como con los demás, no entendía su molestia, todas las personas que estoy conociendo se llevan mal conmigo sin razón aparente, esta misión va a ser pesada

Nos demoraríamos una semana en llegar a pie, y correr seria desgastante, por lo que suponía que el corrido a pie seria tranquilo o muy incómodo.

La luna callo y el hambre llego, y gracias al cielo estábamos cerca de un gran pueblo. Por lo que rápidamente buscamos un puesto de comida y fuimos directo al primero que encontramos.

Mientras nos acompañaba el bullicio y las tenues luces nos hacían compañía, el silencio no faltaba. Su mirada estaba perdida en la nada, tal como mis palabras y aunque me mataran las ansias de hablar con tan bello muchacho, sentía que no era buena idea.

Entre pensamiento y pensamiento, Muichirou termina su comida y yo sigo pensando sin darme cuenta de la lejanía en la que se encontraba.

Con rapidez terminé mi comida y lo seguí, él iba a un hotel que parecía realmente caro, lo que me hizo reflexionar en la cantidad de dinero que se le entrega a un pilar y a un simple cazador de demonios, probablemente ha de ser abismal. Yo ni siquiera podría soñar en estar en un hotel así.

Entramos y mientras a mí se me nota la fascinación por la elegancia de tan hermoso lugar, y Muichirou permanece totalmente serio. Se dirige a la recepción y pide dos cuartos uno al lado del otro, en vez de pedir un cuarto con 2 camas, cosa que me parecía un gasto de dinero y un insulto a mi pobreza.

Voy subiendo las lujosas escaleras, no soy alguien que demuestra con facilidad sus emociones, pero cuando veo algo muy bello es inevitable, está en mi naturaleza encantarme con cosas tan bellas. Al llegar a los cuartos, los cuales estaban uno al lado de otro, noto lo delgadas que son las paredes, me siento estafado ... Aunque ni siquiera fui yo quien pago esto, pero igualmente.

Me recuesto en mi cama y doy vueltas y vueltas y más vueltas, medito en el odio que estas nuevas personas me tienen ¿Soy tan raro? ¿De nuevo ser rechazado? Entre el dolor que me volvieron a causar mis recuerdos, dejo de moverme para escuchar que hacía a Muichirou, quien también daba vueltas, aunque para ser más específico lo que escucho es el roce entre las telas de forma muy brusca.

Me acerco a la pared para escuchar mejor en lo que me doy cuenta de la estafa, pues estas paredes son muy delgadas. Pero, se sienten acogedoras, se parecen a las paredes de mi antiguo hogar.

— Hey ... Muichirou— Dije para que el solamente me ignorara, pero sabía que sí me escuchaba— ¿Por qué todos me odian? ... ¿Tú sabes algo? — Escuche sus sabanas mover— Es ... triste ser rechazado por todos

— No lo entenderías

— ¿Qué no entendería?

— La historia en general ¿Qué no fuiste bien instruido?

— E-Es algo difícil de explicar

— ¿Qué es difícil de explicar? ¿Qué tu maestro sea un demonio?

— ¿Que?

— Eso exactamente, sabemos que quien te enseño las técnicas lunares fue un demonio

— ¿P-Pero ¿cómo?

— Todos los ex usuarios de la técnica lunar se vuelven demonios, es algo que todos los pilares saben

Pensé por un rato en las palabras que él me dijo, y quede reflexionando en las inolvidables palabras de mi maestro "La luna tiene mala fama" Entonces es esto a lo que se refería, volver a ser rechazado por todos, que me quiten humanidad, de nuevo, simplemente soy malo porque sí ... de nuevo.

No supe que responder y él volvió a recostarse cosa que también hice yo, mientras miraba a mis abejas revoloteando cerca de la flor que estaba encima de la mesita de noche.

5 días pasaron y la cosa no cambio, él seguía distante, molesto y distraído, mientras yo intentaba ser discreto y no hacerlo sentir amenazado para no quedarme con peor fama que la que ya tenía.

Una gran montaña se encontraba frente a nosotros ya al sexto día, no había pueblos ni ningún lugar para quedarse a dormir, por lo que dormiríamos a la intemperie y nos quedaríamos con la comida que recolecté en el camino, porque fui solo yo quien recolecto comida.

Le invité un poco y la noche fue muy tranquila, yo tuve que patrullar esta noche y no vi ningún demonio, lo que me facilito todo.

Ya era el séptimo, estábamos muy cerca y en el camino vimos a una bella mujer, alta, mucho más alta que yo, era rubia y tenía el cabello amarrado en forma de moño, sus ojos eran marrones y rasgados, además de tener labios muy finos, sus prendas eran rojas con blanco, para ser más específicos una falda roja y su camisa blanca al igual que sus sandalias altas y en sus delicados brazos cargaba un pequeño zorro rojo.

En un abrir y cerrar de ojos Muichirou empezó a atacar a la mujer que estaba frente a nosotros. Ella hábilmente esquiva todos los ataques y yo veo como un imbécil la pelea sin darme cuenta de que ni siquiera desenvaine mi espada.

Torpemente intento unirme a la lucha, la mujer parece ser intocable.

En un torpe intento de causarle daño uso la danza del ciempiés y le logro inyectar veneno, mas la mujer solo me mira sonriente sin miedo en su rostro

— Que ingenuo

El muchacho de las avispas (Kimetsu no Yaiba X TÚ) Male readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora