👔CAPÍTULO 7👔

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Después de uno segundos Reborn aparcó su auto a un lado, fuera de una tienda, no pude ver cual, porque él ya había movido su asiento para hacer más espacio y me subió a su regazo, dejando mis piernas encogidas a un lado de su cuerpo, rodeando mi cintura, atrayendome hacia él, eso sin contar la forma en como mi corazón latió con tal fuerza que consideré que se saldría de mi pecho, o como su acto solo ayudó a incrementar las lagrimas que no dejaban de escapar de mis ojos.

-Auron, Auron, princesa, escuchame.

Su voz sonaba tan bien, era música para mis oídos a pesar de aquel tono lleno de tristeza, mis manos apoyadas en su firme pecho y mi cabeza escondida en su cuello, del lado contrario a donde estaba la mancha de lápiz labial, él olía bien de ese lado, no quería ni tocar el otro, sentí que me quemaría encontrarme con el aroma de Reborn combinado con otro de alguna omega bonita, destrozándome el corazón.

-Auron, ya, deja de llorar.

Pero no me detuve, no pare incluso aunque mi omega deseaba callarse para obedecer a Reborn y hacerlo feliz, yo solo me quedé llorando sobre sus piernas, escondiendo cada vez más mi rostro en su cuello, llenandome de él, deseando que el dueño de aquel tan delicioso aroma sea mío para siempre.

Cuando abrí mis ojos, lo primero que observé fue el cristal que me permitía observar las calles oscuras tan conocidas para mí, estábamos en mi vecindario. Quise apartarme para ver mejor todo, pero unos fuertes brazos me continuaron manteniendo cerca, sin permitirme moverme de donde fuera que esté. Mi cabeza giró lo suficiente para observar a quien le pertenecían esos fuertes brazos y entonces me sentí morir cuando me encontré con la mirada avellana de Reborn, admirandome atentamente con una pequeña sonrisa. Mi rostro se encendió seguramente, por el calor que sentía sobre mis mejillas y el leve mareo también, cuando mi olfato despertó lo suficiente, me sentí aún más mareado, las feromonas de Reborn llenaban todo el auto, y no era que me molestara, de hecho sentí mi cuerpo excitarse de solo saber lo mucho que debía de estar oliendo a él para este segundos.

-¿Reborn, qué...?

-¿Estás bien?

Al fin sus brazos me liberaron lo suficiente para apoyar con firmeza mis manos en su pecho y alejarme un poco, admiré todo el panorama, se había hecho de noche y nosotros continuabamos en su auto, el me observaba tan atentamente e incluso pense que no me había bajado de su regazo en todo el camino a casa, aunque eso era imposible, ¿Cómo manejó conmigo inconsciente sobre sus piernas?

Una de sus manos pasó a acariciar mi mejilla y me encogí ante el dulce toque, mi omega ronroneo e instintivamente luego mi rostro se acercó más a su mano, permitiendo que continuara acariciandome, moviendo su pulgar sobre mi piel, mientras yo cerraba lentamente los ojos.

Cuando mi mente hizo clic, me aparté tan rapido que de nuevo sentí aquél ligero mareo, y Reborn tuvo que sostenerme para que no girara la manija del auto y me lanzara contra el suelo.

-Reborn, espera, es que Axozer, él no sabe nada de mí, y Ari se iba a ir temprano y...

Las palabras salían tan atropelladas de mi boca que nisiquiera consideré que yo mismo me entendería, pero antes de decir algo más, Reborn atrajo de nuevo mi cabeza hacia su hombro y mi cuerpo entero de estremeció, gustoso me volví a frotar contra él, cerrando mis ojos suavemente, olvidándome de absolutamente todo.

-Ari está adentro con Axo, ya les avisé que estás aquí. Tranquilo -. Su voz relajada me transmitió aquella seguridad y afirmé con la cabeza, rozando mi nariz con la piel de su cuello. -¿Estás bien ya? No me respondiste.

-Si... Estoy bien.

Recordé mi conversación con Juan y la mancha en su cuello. Definitivamente yo no estaba nada, nada bien.

The Perfect Omega REBORNPLAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora