Pasado Fightmaster (Parte1)

322 41 6
                                    


Me quedo quieta en el sofá mientras veo como Tina y Luiggie se burlan de mí. Honestamente, no los culpo. Esta situación se presta para reírse, porque a donde vaya, el Bipolar siempre aparece.

Conforme se van acercando a la puerta, los gritos de Linda hacia Ryan se mezclan con el llanto de lo que parece ser un bebé.

¡El sobrino de Ryan!

La guapa y muy molesta Linda abrió la puerta, lleva lentes oscuros, pero puedo ver lo sorprendida que esta de vernos ahí, en el sofá de su padre. Se gira para mirar a su hermano, quien aun no se ha dado cuenta, porque un pequeñito de rulos rubios que lleva en brazos, tiene toda su atención.

Me he convertido en chocolate en verano de ver lo lindo que se ve con un bebé en brazos. Él cambia tanto, que por un segundo olvide que era el Bipolar amargado, gruñón y salvaje que conozco.

El Bipolar también lleva lentes oscuros, por lo que el pequeñín quiere quitárselos y él está evitando que el niño los tome. Linda tiene que carraspear para que él pueda darse cuenta de lo que hay frente a él. El pequeño logra arrebatarle los lentes y sonríe de forma adorable, mientras su tío no da crédito al verme.

—¿Qué hacen aquí? —pregunta al ver que no estoy sola. Lo entiendo, esto es tan extraño.

—¿Qué haces tu aquí? —Contraataco.

Linda le quita al pequeño en brazos mientras que el Bipolar mete las maletas. Ella se acerca y me muestra al pequeño, que es mas risueño que nada. —Dylan, ella es tu tía Lía.

—¡Linda! —masculle Ryan, bastante cabreado. Una sola mirada de la rubia y él se ha callado por completo, tragándose el coraje.

Los bonitos y risueños ojos del pequeño Dylan me atrapan, me extiende sus pequeños y delgados brazos para que lo tome y yo lo acepto encantada. Lo pongo en mi regazo y acaricio sus mejillas sonrojadas, mientras sonríe con mucha dulzura.

¡Vuelvo a ser chocolate en verano!

—Muy bonito y todo, pero ¿Qué demonios hacen aquí?

El Bipolar arruinando momentos lindos desde tiempos inmemorables.

—Estamos aquí porque mis abuelos no están. Mi mamá esta con tu papá en la cocina o eso creo.

Agito con mi pierna al pequeño Dylan, que ríe contagiosamente. Y tenerlo así, me ha hecho darme cuenta de lo mucho que me gustaría tener un bebé en un futuro.

El Bipolar se adentra a donde mi madre se ha llevado al señor Maxwell, a los pocos segundos aparecen los tres. Pero Ryan solo ha vuelto para tomar su maleta y subir a donde creo, es su habitación.

—Ignóralo, no ha dormido bien y eso lo tiene de peor humor —Me dice Linda—. Ven, mi amor, vamos a darte un baño.

Me ha costado entregarle a Dylan, pero el nene no duda en irse con su madre. Ambos suben también al segundo piso, perdiéndose en una de las habitaciones principales.

—Bien, ¿pido algo de comer o salimos a comer?

—¿Por qué mejor no haces de comer?

El señor Maxwell ha mirado a mi mamá como si estuviera loca.

—¿Y encender la casa? No, gracias.

Nos ha hecho reír a mis amigos y a mí. Mamá intenta ocultarlo, pero también le causa gracia.

—¿De verdad es el padre de Ryan? —pregunta Tina.

—Yo se que parecemos hermanos, pero si, soy su padre —No se si es la naturalidad con la que habla, pero nos hace reír mucho—, nos llevamos pocos años, de hecho.

El Placer en la Oscuridad [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora