Enamorada

380 43 17
                                    


Me siento abochornada desde hace rato y ni las caricias de Ryan sobre mi pierna me ha ayudado en algo. No se porque hice eso, todos aquí saben que no debí hacerlo. Y por mucho que me gusta estar así con Ryan, debo recordar que él tiene novia, falsa, pero novia.

La campana de la entrada suena de nuevo, Roland y Richard, que tienen mejor vista hacia la puerta, se quedan observando mas de lo normal. Ryan voltea también y lo veo sonreír cuando ve a un señor de estatura mediana y una gorra que le cubre gran parte de la cabeza.

—Disculpe, tenemos una queja —Se apresura a decir Ryan. El hombre se gira tan pronto como lo ha escuchado. Su primera expresión es de terror, pero cuando se acerca y se acomoda los lentes, sonríe y extiende sus brazos hacia Ryan.

Roland y Richard también se levantan y abrazan al señor, que comienzo a sospechar es Lindo, el dueño del restaurante. El hombre se ve inmensamente feliz de ver al Trío R, y ellos de verlo a él.

—No puedo creer que sean ustedes, muchachos. Los he extrañado mucho —dice con un hilo de voz. El hombre debe tener unos años más que mi madre, no es muy mayor. Tienes unos bonitos ojos rasgados pero unos feos lentes que lo ocultan—. Oh, tu...

Volteo hacia Tina, pero el señor me esta viendo a mí.

—¿Yo?

—¿Eres hija de Edna o algo así?

Me ha tomado por sorpresa. —Si, ella es hija de Edna y Fred —responde Ryan por mí.

Al señor se le iluminan los ojos, no se porque, no lo conozco, pero parece que él a mí sí. Los chicos también lucen un poco confundidos.

—Si, tenias que serlo. Eres idéntica a ella —Le sonrío, porque no se que decirle—. Tu estas en la pared de la fama ¿lo sabias? Tus padres venían mucho cuando eran jóvenes, y cuando tu llegaste, ellos te trajeron.

El señor señala una pared blanca al fondo, donde alcanzo a ver un mural lleno de fotos. Me levanto por instinto, disculpándome con la pareja que estaba a lado del mural. Mi vista se encuentra con tantas fotos, y logro encontrar unas de Ryan de años atrás, algunas en el escenario cantando, otras donde se le ve haciendo caras junto a otros chicos de este lugar, también hay de Roland y Richard. Se ven tan pubertos.

Después de dos vistas más, encuentro la foto que estaba buscando: ellos están en una mesa al fondo, mi padre abrazando a mi madre por detrás, apoyando su cabeza sobre el hombre de ella, con una inmensa sonrisa. Y me doy cuenta de que, desde siempre, mi padre miro con mucho amor a mamá.

Atrapado rápido las lagrimas que se me han escapado, las atrapo para que no terminen su camino. Pero es un poco difícil, porque ver esa sonrisa me hace acordar lo mucho que lo extraño y necesito.

Me sobre salto un poco cuando siento unas manos sobre mis hombros. Es Ryan, que ahora me abraza de lado y lo hace con fuerza, haciéndome sentir segura.

—Quién iba a decir que tú y yo, ya habíamos estado aquí antes —Señala una foto en la esquina, donde está mi madre sosteniéndome en sus piernas, junto a la señora Victoria y el pequeño Ryan con un brazo apoyado sobre la pierna de su madre—. Es extraño ¿verdad?

—Definitivamente —Le aseguro—. ¿Cómo crees que sería nuestra relación si nos hubiéramos conocido desde el principio?

Lo veo pensar. Me he dado cuenta de lo atractivo que es cuando él piensa.

—No lo sé, Puberta. Y no quiero pensar en eso.

—Pues yo creo que habría estado enamorada de ti, pero tú nunca me habrías hecho caso, porque me verías como una hermana —Él voltea a verme como si estuviera loca. Pero tenia que sacarlo de mi sistema, porque estoy casi segura de que así habría pasado—. No me mires así, porque sabes que es lo que hubiera pasado.

El Placer en la Oscuridad [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora