—¿entonces no sabes que regalarle? Menudo idiota
El rubio cenizo resumió la larga conversación que mantenía con el de ojos dorados. El chico había estado dando vueltas a su alrededor todo el día con tal de que este le diera una mano a pesar de los múltiples insultos y amenazas.
—es lo que llevo diciendo todo el día, Bakugou de verdad necesito tu ayuda.
—¿y porque la mía? El ojeroso es tu novio no el mío tu sabrás que darle.
Denki hizo un puchero ante la respuesta, quería la ayuda de Bakugo porque sin importar el que, éste era bastante observador todo lo contrario a él.
—como sea, toma tu caja apestosa y ¡largo!
Caja apestosa.
Caja apestosa.
¡Caja apestosa!
La palabra hizo eco demasiadas veces en su cabeza hasta que una idea brilló entre sus alocados pensamientos.
—¡gracias Bakugou! —canturreo emocionado dispuesto a darle un abrazo al contrario pero la mirada asesina que este le dio era una clarisima señal de que no debía.
Salió corriendo a algún sitio de la universidad, no sabía exactamente dónde estaba pero eso era lo de menos, había recorrido el edificio varias horas con tal de encontrar a Bakugou, cumplió su cometido y le daba igual faltar al resto de sus clases además no recordaba del todo bien como volver a su facultad.
Pasó un largo rato armando aquello gracias a un tutorial de YouTube y un poco de la ayuda.
Esa misma tarde corrió hasta la casa de su novio, las piernas se le habían empezado a acalambrar pero la emoción latente en su pecho le daba más que energía suficiente.
Aun recuperando el aire tocó emocionado la puerta, que enseguida fue abierta. Unos ojitos carmín le dieron la bienvenida.
—¡Eri! —la voz de Shinso la hizo respingar— te he dicho que no abras la puerta de esa forma.
—pero es Kaminari, es él único que toca de esa forma.
El ojivioleta suspiró, la niña tenía razón pero no quitaba el echo de que fuera un tanto peligroso aquello ¿y si alguien que no era Denki algún día tocaba así y se la llevaban? Sacudió la cabeza ante el horrible pensamiento.
—¿vas a invitarme a pasar o debo convencerte con unos besos? —inquirió en todo seductor el rubio.
Shinso rodó los ojos.
—delante de Eri no.
Les hizo señas a ambos para que entraran. Eri se fue a su habitación pues esperar a Aizawa en la sala no era un opción ya que los tortolos estaban ocupandola y no quería verlos comerse las caras.
—¿no tienes clases hasta tarde hoy?
—respecto a eso pues...
—¿no deberías estar en clases? —la voz de Aizawa le trajo recuerdos de cuando era su profesor— ¡Eri, baja!
—salí temprano —se mordió el labio intentando no entrar en pánico ante la mentira a su antiguo profesor— lamento importunar.
El pelinegro lo miró de arriba a bajo escéptico, abrió la boca para reprenderlo pero fue interrumpido por unos brazos que lo rodearon.
—déjalos en paz Shota, tu también fuiste joven ¡Eri, cariño ya vamonos!
—como me entere que es mentira, no vuelves a ver a mi hijo Kaminari —amenazó Aizawa.
Ambos chicos se tensaron ante aquello pues sabían que hablaba en serio, lo bastante como para mandar a Shinso al otro lado del mundo y evitar que Kaminari se graduara, o eso era lo que al pelinegro le gustaba hacerles creer.
Finalmente los tres se fueron dejando solos a aquellos dos.
—¡feliz aniversario! —Denki se abalanzó contra el contrario apenas dándole tiempo de reaccionar lo que resultó con ambos tirados sobre la alfombra— te traje un obsequio.
El ojivioleta estuvo tentado a sonreír ante la situación pero había un pequeño detalle en todo aquello y no era que hubiese olvidado algo tan importante, por el contrario en ese día no era su aniversario sino hasta dentro de dos semanas.
—kaminari.
Fue callado por un dedo sobre sus labios.
El rubio, le extendió la cajita.
—ábrelo —pidió emocionado.
Shinso aceptó la petición un tanto desconcertado, con sumo cuidado retiró el listón rojo que envolvía la caja. Al abrirla un atronador sonido lo hizo cerrar los ojos por inercia, al abrirlos un montón de estrellas de papel llovían por toda la sala, las contempló maravillado pero ni todas las estrellas juntas captaron su atención por más tiempo que el chico frente a él, aquel que brillaba como el sol y llenaba de calidez su corazón cada vez con sus ocurrencias.
La bonita sonrisa del rubio fue cambiada por una de preocupacion al mirar en dirección a la caja de la cual brotaba una pequeña llama.
—¡esto no era parte del plan! ¡apagalo Shinshi!
El de cabellos índigos buscó con desespero algo con que apagar la pequeña llama y que no se extendiera creando un incendio pero esta se apagó sola tras unos segundos, ambos suspiraron de alivio hasta que un denso humo color naranja invadió todo a su alrededor, preso del pánico Denki cargó a un Shinso bastante confundido sobre su hombro buscando a tientas la puerta corrediza que daba al patio.
—¡si no sobrevivimos quiero que sepas que eres lo mejor que me pasó en la vida!
Finalmente dio a tientas con la puerta, ambos tosieron al respirar el aire nocturno y fresco.
—¿qué diablos fue eso?
—era una sorpresa pero no tenía que salir así, no vuelvo a pedirle ayuda a Bakugou. ¡Tenía que ser algo romántico no explosivo!
—eres un tonto.
—así me amas.
Ambos se sonrieron cómplices, no tenían que reafirmarse sus sentimientos pues sus acciones hablaban por sí mismas.
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Baúl de recuerdos [Fluffytober]
Fanfic-¿Estás seguro de eso? Aquella pregunta de parte de sus padres no dejaba de atormentar sus pensamientos, no era un secreto que su relación estaba por los suelos. -detente a pensarlo por un momento. Mil vueltas le dio al asunto, la respuesta era un...