ーÁMAMEー

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"Las palabras están llenas de falsedad o de arte , pero las miradas pero es el verdadero del corazón"

                      William Shakespeareー


🚬

Perplejo ante la mirada escarlata, sintió que hasta respirar interrumpía a sus pensamientos, de pronto sus ojos, los cuales aún miraba de hito en hito, temblaban de impaciencia, ilusión, reto. Pero sobretodo, deseo.

- Sherlock.. Yo no.. - Se apresuró a decir William queriendo levantarse pero sin poder hacerlo.

Miró sus rodillas las cuales temblaban y por el miedo al sumo rechazo (aunque Sherlock acabará de confesarse, aún no podía creerlo del todo y no quería arriesgarse) no podía levantarse. Miró hacia Sherlock y sintió el corazón en una depresión profunda, tenía los ojos tan cristalinos que parecía demasiado frágil para haber hecho atrocidades. Quiso mover la mano hacia él pero sólo apretó el puño con fuerza y se mantuvo callado observando al notable destrozo en el interior de Sherlock.

- Lo siento, es cierto, fue demasiado repentino. - Dijo Sherlock echándole una mirada efímera al suelo para luego desviar la de nuevo a William. Se percató de su dolor reflejada en el rostro, no podía pensar con claridad, tenía esas palabras grabadas en la cabeza.

"Yo no.." "Yo no..."

Frunció el ceño y posó las manos en su cabeza con agobio. Lentamente las llevó a sus ojos y limpió las pequeñas lágrimas que aplicaban salir de sus ojos enrojecidos. Miró hacia la puerta de la salida y adiós dos pasos apresurados por llegar a la salida y llorar cuanto quisiese.

- Espera! - William se levantó del sillón y le agarró de la muñeca, como si esas enredadera de los pies se cortarán de un instante a otro.

Sherlock no dijo nada, simplemente mantuvo la cabeza agachada, seguramente para que no vea su dolor, para que no lo vea frágil y derrotado.

- Sherlock.. ¿Qué pone al final de la carta? - Preguntó casi en un susurro.

Apretó los dientes, sabiendo que William jugaría hasta en estos momentos de dolor.. Eso clamaba su corazón pero aún estaba en la oscuridad.

- Ámame. - Respondió con una voz extrañamente perdida.

- Me lo ordenaste, me dijiste que te amara. - Apretó inconscientemente la muñeca de Sherlock provocando en él un estremecimiento.

- Fue hace mucho que escribí eso, soy un egoísta ya déjalo. - Rió se giró hacia él pero aún así sin ver al rostro del rubio.

- Te amo..  Sherlock, ámame. - Ordenó William.

Sin embargo, Sherlock no dijo nada.

- Sherly.. - Susurró notando una caliente lágrima resbalando por sus mejillas. Elevó la mano hacia su rostro y mientras sujetaba con delicadeza el mentón de Sherlock, sonrió. Comenzó a levantar su rostro, él también tenía lágrimas que resbalaban.

- Ámame. - Suplicó Sherlock con los ojos cerrados con fuerza y sus labios que habían estado apretados uno con el otro.

- Lo haré, Sherlock, lo haré. - Puso sus cejas en pena y tras agarrarle el rostro con ambas manos juntó su frente con la suya.

- Liam.. - Con manos temblorosas, abrazó la cintura de William. - Parece que te eh robado el corazón deprisa. - Murmuró con intención de calmar sus pensamiento, desviando la mirada hacia el suelo sonrojado ante la poca distancia.

- ¿Muy rápido? - Preguntó William sonriendo ligeramente.

- Sí, apenas nos conoce- Fue interrumpido.

- Nos conocemos demasiado, Sherly. Cuida bien de mi corazón, un ladrón siempre lo hace con su joya robada. - Comentó William mientras se separaba y acariciaba el torso del peliazul.

- Si me conoces sabras que lo hare. - Sonrió Sherlock.

- Jeje sí. - Apartó las manos del rostro de Sherlock y miró hacia todo el hogar. - Todos tendrán que saberlo, y tendre que presentar a mis hermanos. - Desvió la mirada de nuevo hacia Sherlock.

- En Durham supongo, bueno, me encantaría pero soy un asesino y los asesinos tienen que pagar sus pecados. - Explicó Sherlock mientras comenzaba a caminar a una esquina de la habitación en donde habia en el suelo una fregona y su bote.

Ni si quiera se habia dado cuenta de que estaba ahí aunque haya visto y estudiado la casa al entrar.

- Y oye.. ¿Qué somos técnicamente? - Preguntó William estudiando por milésima vez el cuerpo de Sherlock.

- No soy mucho de amores, pero no se supone que somos novios? - Agarró la fregona y se giró hacia William avergonzado, pronunciar esas palabras lo estremecían.

- Novios.. Suena raro.. - Confesó William.

- Sí, nunca habia hecho esto. - Rió algo incómodo.

- Yo tampoco, mi hermano Louis dice que se siente bien, está con un hombre que lo cuida con cariño. - Comentó William.

- Yo tambien cuido lo mio con cariño. - Murmuró envidioso mientras pegaba la fregona mojada al suelo y lo movía horizontalmente.

- Tuyo? - Preguntó divertido alzando una ceja.

- Bueno, no mio, si no, amm.. Ehh.. ¡No sé, mi novio y punto! - Gritó avergonzado.

Y de repente, escuchó la risa de William que provocó que lo mirara de hito en hito sonrosado.

- Jaja, entiendo entiendo. - Dijo William deteniendo su risa poco a poco y dejando una sonrisa sincera en el rostro. La cual, Sherlock sintió que lo enamoraba más.

La puerta principal fue abierta, ambos miraron hacia esta y se encontraron con Mycroft y una bolsa grande de comida. Se mantuvieron quietos y observandose entre sí.

Mycroft estudió sus rostros rojizos, Sherlock apretaba en mango como si hubiera interrumpido algo y William lo miraba muy avergonzado, seguramente por si habia interrumpido algo inapropiado. Por la distancia que se tenian dedujo que solo estaban hablando.

- ¿Hablaban de un noviazgo en el que los novios sois vosotros? - Preguntó curioso el mayor de los Holmes.

William se ruborizó aun más y desvió la mirada para que no mirara su rostro de hombre enamorado. Sherlock, en cambio, se enfureció ligeramente.

- ¡Claro que no! - Exclamó.

Mycroft rió complacido por la reacción que obviamente afirmaba sus sospechas.

- Sois un buena pareja, pero temo por el bien de William. Tú Sherlock, eres un peligro. - Dijo Mycroft dejando la bolsa sobre la mesa.

- Solo he matado a dos per- Fue interrumpido.

- Dos vidas muy importantes para sus familiares. - Respondió seriamente de inmediato, defendiendo las difuntas personas, víctimas de Sherlock.

- Lo siento. - Murmuró el ojiazul de la fregona, volviendo a fregar más rápido.

William se acercó a Mycroft y observó a Sherlock.

- No creo que vuelva a matar, Mycroft. - Defendió calmado el rubio

- Tengo que estar seguro. - Contestó mirando fijamente a su hermano. - creí que lo conocía, que conocía sus planes y sus pasos. Pero ya no sé en que confiar en mi hermano sea lo correcto. Lo que hago ya es peligroso, no voy a arriesgarme...

ー卯ー卯ー卯ー卯ー卯ー卯ー卯ー卯

holaaa ;)

Espero les haya gustao el cap.

Sayonara¡!

CORAZÓN ROBADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora