ーSHERLOCK HOLMESー

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"Necesitas caos en tu alma para dar a luz a una estrella danzante"

                                        F. Nietzscheー

🚬

Mycroft miró fijamente al encapuchado con la boca abierta junto a sus acompañantes, William miró con una suave sonrisa al encapuchado y alzó la mano para quitarsela y que, ahora, los contrarios quedaron anonaladados.

- ¡Sherlock! - Gritó Mycroft algo ahogado por las futuras lágrimas, soltó el arma y corrió hacia su hermano menor como si no fuera a verlo nunca más. Lo abrazó con fuerza apoyando la cabeza de su hermano en su pecho y apretandolo para que no escapara de ningún modo.

- ¡Mycroft, me aplastas! - Gritó Sherlock algo angustiado.

- Cállate. - Respondió.

- Sherlock... - Esta vez fue llamado por John, se acercó a ellos dos junto a los hermanos Adler y apartó a Mycroft para agarrar del cuello de la chaqueta al antes encapuchado. - ¡Idiota, ¿tienes idea de lo que me has hecho sufrir?! - Gritó, agitandolo con desesperación. Su brazo fue sujeto por William y el otro por Mycroft para así, separarlos.

- ¡Esperen, no se peleen! No es momento.. - Gritó la Adler mientras lagrimeaba.

John (aún sujeto por Mycroft y William) paseó enfurecido, para luego caer rendido al suelo y lloriquear sin control. Sherlock se quedó observandolos.

Irene Adler lloraba en el pecho de su hermano quien la consolaba con besos en la cabeza y sobandole la espalda.

John estaba de rodillas con las manos en el rostro llorando con euforia.

Y Mycroft, oh Mycroft es el que más cambió.

Este estaba de pie observandolo fijamente como si creyese que no era real. Lágrimas caían de sus ojos pero poco le importaba mostrarselo a su hermano, no era del hermano que hacía tal cosa.

- Chicos.. - Murmuró Sherlock, percatandose de que varios de ellos sufrieron por su desaparición durante años, y de que ahora, era un asesino en serie.

Nuestras se quedó un poco alejado de ellos observando la escena estático.

- ¿No te acercaras a saludar a tu amigo? - Preguntó William poniéndose al lado de Lestrade.

- Se a vuelto un asesino.. Ya no se si llamarlo amigo. - Murmuró mientras fruncía el ceño.

- Dijo que lo dejará, no llevo mucho tiempo hablando con él pero sé lo suficiente como para saber que Sherlock necesitará a alguien que lo vigile todo el rato, por si acaso. - Comentó William mientras sonreía.

- Tienes razón.. Harías muy bien de canguro. - Rió Lestrade.

- ¿Eh? ¿Qué? ¿Yo? Hablaba de ti Lestrade. - Se cruzó de brazos y Frunció las cejas mirándolo de reojo.

- Lo harías mejor que yo, Will, tienes un nuevo trabajo, mantenlo vigilado, no quiero más muertes. - Apoyó la mano en el hombro de William y sonrió. - Te lo dejo en tus manos.

William suspiró profundamente, despegaron sus miradas para observar de nuevo la escena que había cambiado. Ahora, todos abrazaban a Sherlock con cariño.

CORAZÓN ROBADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora