Guerra Sangrienta

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Cuando por fin Gaara y el Tsuchikage terminan de sellar al último revivido todos se alegran, ahora sin Zetsus infiltrados ni más enemigos por fin pueden tomar un respiro.

-Tenemos que regresar apoyar al tercer escuadrón – dice Omoi, los espadachines de la niebla son muy poderosos.

-Lo sé – Zulia hace las posiciones de manos para llamar a su lechuza, pero antes de terminar se detiene abriendo los ojos con sorpresa.

-¿Qué pasa? – el moreno se pone en guardia, para verla con esa expresión es seguro sintió algo malo.

-Hay dos revividos más – señala la sima de un enorme pilar de roca – ¿Qué es este chakra? – en esta guerra ha peleado con todo tipo de enemigos, pero de algún modo sus sentidos la alertan del peligro.

-No puede ser... – el Tsuchikage está pálido al reconocer a los revividos – ese es Uchiha Madara.

-¿Qué no era el enmascarado? – pregunta Gaara.

-Definitivamente es el Madara con el que luche en mi juventud – Onoki nunca podría olvidarlo.

-Informen al cuartel general de esto – les ordena Zulia al equipo de comunicación – desde que supieron el supuesto nombre del enmascarado se puso a investigar sobre él y quedo impresionada con la fama de ese sujeto.

No importa que el enmascarado haya tomado ese nombre para llevarlos a la guerra, ahora el real esta frente a ellos.

-¡Todos en alerta! – grita Gaara poniendo orden.

-¡No lo miren a los ojos! – Onoki sabe que tendrán que esforzarse mucho para vencerlo.

El revivido los mira con superioridad, ante sus ojos muertos no son más que simple basura, pero también esta ansioso por pelear, por arrasar con el capo de batalla y poder completar su plan.

La arena del desierto vuelve a mancharse con la sangre de los aliados, Gaara y el Tsuchikage perdieron mucho chakra no pueden hacer nada mientras son atendidos por el equipo médico.

Zulia no espera para saltar al frente y detener la masacre de sus aliados, los de Kumo nuevamente ven con horror como su princesa se pone frente a ellos.

Madara siente como una pared invisible lo empuja hacia atrás, cuando se detiene queda separado de la alianza teniendo a una chiquilla en su camino, su ropa es distinta a cualquier uniforme, así que no sabe de que aldea es, pero no importa, si pudo hacerlo retroceder quizá valga la pena.

-Eres el segundo Uchiha que conozco – dice con todos sus sentidos en alerta – espero que me dejes una mejor impresión que el primero.

-No me compares con nadie, niña – ni siquiera los de su sangre pudieron hacerle frente.

-Un poco creído ¿no? – a levantado un escudo para que los aliados no se acerquen, al menos hasta que tengan un plan o que terminen la curación de los Kages.

-Lo dice quien se atreve a enfrentarme sin apoyo – aunque admira las agallas de la chica.

Zulia sonríe de medio lado, parece que al revivido le gusta hablar con sus enemigos, es obvio que no la ve como una amenaza.

Se lanzan al ataque con movimientos rápidos y fuertes de taijutsu, la peli azul logra conectar un golpe que destroza la roca de alrededor, peleando contra Madara no es bueno contenerse, a estas alturas no importa si alguien descubre que puede utilizar las técnicas de Tsunade.

-Nada mal niña – el Uchiha toma una de las espadas del suelo, pero es detenido por otra espada de color azul brillante, el muerto debe admitir que eso nunca lo había visto.

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