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– Lethe - Dije incrédulo sin dejar de ver ahora al alma de la chica que ya se había salido de su cuerpo en el instante en el que este falleció

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– Lethe - Dije incrédulo sin dejar de ver ahora al alma de la chica que ya se había salido de su cuerpo en el instante en el que este falleció.

– ¿Que pasa? - Con una calma estremecedora para la situación en la que estaba, Lethe me preguntó – ¿Por que... Por que estoy... ahí tirada?

– Díselo - La voz que me recibió tras mi propia muerte me susurró al oido – Díselo si no quieres que su alma quede vagando ¿No quieres acaso que ella descanse en paz, 1122?

– Lethe Nefeli - Con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta dije – Nacida el 15 de Marzo, 17 años, hora de muerte 01:32. C-causa de muerte, trauma craneoencefálico.

Lo único que la chica hizo entonces fue cerrar los ojos tras de que su carita se torciera en pesar y negar tras de que incluso una lágrima más se le escapara.

– Tomaremos esta alma nosotros, 1122 - Uno de mis superiores entonces dijo entonces, entregándole a Lethe un ramo de lirios del valle y tulipanes blancos – A las almas tormentadas les damos... un té más fuerte.

– ¿Puedo al menos despedirme? - Pregunté sin ninguna otra esperanza y ellos miraron a Lethe, dandole la decisión a ella.

– Está bien -

– Normalmente caminamos al salón del té, pero dado a que estamos en la mitad de la nada y no debe retrasarse, señorita Lethe Nefeli, por favor súbase - Dijeron señalando el palanquin blanco y decorado con flores que había salido, como todo, de la nada.

Lethe accedió tras darle una última mirada a su cuerpo sin vida que yacía aun tirado en el agua.

No dijimos nada en el camino, yo solo observé el alma de Lethe y de Mneme siendo llevada como reina en el palanquin por los ángeles de la muerte.

Cuando llegamos de vuelta al hostal, dejaron el palanquin sobre el suelo y le dieron la mano a Lethe para ayudarla a bajar. Uno de ellos abrió la puerta al salon del té y entonces le hicieron paso al alma de ambas para entrar. Apenas cruzó el umbral, su apariencia física se disolvió y entonces la vi como Mneme y Lethe al mismo tiempo.

Era un salón distinto al que yo tenía, con vitrales de lirios blancos que se veían inundados por los rayos del sol como en una tarde veraniega, muebles blancos y un ambiente de tranquilidad y paz suprema mucho más fuerte que el de mi salón de te.

– Tome asiento señorita - Le dijeron sacando la silla para que ella se sentara. Entonces una de los ángeles de la muerte le empezó a colocar flores en el cabello.

– Aquí tiene - Le pusieron en frente una taza de te recientemente servida – Por favor beba del te, borrara los recuerdos de esta vida y la pasada.

– ¿Olvidaré todo? - Ella preguntó y los ángeles asintieron – ¿Voy a nacer de nuevo?

– Eso es información que lamentablemente no le podemos comunicar, señorita - Le dijeron.

– Solo quería saber si podría entonces recordar y olvidar las cosas como una persona normal - Dijo el alma – Verá, he pasado mis últimas dos vidas recordando mucho o olvidando todo.

– En dado caso de que reencarne, en su nueva vida se le dará lo que necesite - Le dijeron.

– Le aseguro que por fin va a tener el descanso que merece - La consoló otro angel – Ya sea que le otorguen el descanso eterno u otra vida.

– Es un alma pura que sufrió mucho - El angel que le estaba poniendo flores en el cabello le dio un beso – Va a ser feliz.

– ¿Y él? - Ella preguntó.

– ¿El? ¿1122? - Preguntaron los ángeles viéndome entonces.

– 1122 - Ella repitió – 22 de noviembre, es la fecha en la que te suicidaste.

– No se preocupe por él - Le dijeron.

– No puedo no preocuparme - Sonriéndome me dijo el alma – Aunque me haya hecho sufrir mucho, yo lo amo.

– Beba del té mientras está tibio aun, o tendremos que calentarlo de nuevo - Le ordenaron y ella hizo caso. Cuando terminó, le indicaron que se levantara y abrieron la puerta del más allá para ella, pero antes de que pudiera irse, ella se devolvió.

– Armin - Dijo parpadeando y yo no pude contestarle – Aunque me hayas lastimado por una decisión que tomaste, yo te perdono.

– ¿Como Mneme o como Lethe? - Pregunté riéndome mientras lloraba y uno de los ángeles me dio un golpe.

– Como ambas, supongo - Me dijo – Yo te perdoné como Mneme porque esa fue mi naturaleza, y aunque no te pude perdonar como Lethe, ahora te perdono.

– Vamos - Le dijeron apurándola.

Ella me miró una última vez más y sonrío, dándose la vuelta para caminar a la puerta.

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the river   - arminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora