Quiero ser Tu Amor...

Capítulo 13: El monstruo de ojos verdes

♣♠♣ Stephano ♣♠♣

Hoy fui después de mediodía a la oficina tenía una reunión con unos clientes de la empresa, al llegar me topé con Ignacio Moraga lo salude por cortesía, pero el tipo no me caía nada bien, desde que invito a mi mujer a cenar, iría a saludar a Roma y de paso a saber a qué vino, puede y no dijera nada pero haría el intento, golpee la puerta y entré sin esperar el típico "pase".

-Hola principessa.

-¡Oye! tienes que esperar el permiso para poder entrar- ahí estaba mi regañada.

-¿Por Qué? ¿Qué cosas haces aquí como para que tenga que esperar el permiso de entrar?

-No hago nada, pero por respeto o educación tienes que esperar que te dejen pasar.

-Ok, tratare para la próxima.

-¿Trataras?- esbozo una ligera sonrisa-al menos eso ya es un avance, ¿te pasa algo?estás raro.

-No, nada- respondí secamente.

-¿Y porque estas de mal genio?

-No estoy de mal genio ¿por qué dices eso?

-Ay Stephano quien no te conozca que te compre ese cuento, mira cuando te muerdes el labio y tus cejas se contraen es porque algo te molesta.

-Mira tú, que bien me conoces- no pude evitar sonreír, me encantaba que notara todos esos pequeños detalles que arman el rompecabezas que es Stephano Ducati.

-No, mmm algo solo me di cuenta de eso, ahora me dirás ¿qué te pasa?

-Roma ¿qué hacía Ignacio Moraga aquí? ¿Vino a verte a ti?- la verdad es que por eso iba, bueno también además de verla, ella era como una droga la necesitaba a diario.

-Es un importador de la empresa ¿por qué vendría especialmente a verme a mí?- frunció las cejas, intento parecer normal, pero era obvio que se había molestado.

-Porque el trata todo lo de las importaciones con tu hermano y Aramis se fue de viaje, no tenía porqué venir.

-Bueno vino por unos papeles que dejó Aramis y yo se los di ¿algún problema con eso?

-No me gusta que venga y menos que trate contigo.

-¿Y por qué ? ¡Estás loco!

-Porque le gustas y no lo quiero cerca de ti- así de simple era, no sé porque ella lo veía tan complicado.

-¡Oye! Primero que nada tú y yo no somos nada y luego yo no le gusto a Ignacio, no digas estupideces- ¿era ciega o solo se hacía? El tal Ignacio no hacía más que arrastrar el ala por ella.

-Si le gustas, ¿no viste como te miro en la comida la otra vez?, además quería que tú te encargaras de todo con lo que respecta a él ¿y porque crees que te invitó a cenar?

-¿Stephano no me digas que tú hiciste que Aramis se hiciera cargo de esos negocios sólo porque crees que le gusto a este tipo?- parecía entre sorprendida e indignada.

-Bueno no lo quiero cerca de ti, ya lo dije- de verdad para mí era algo muy simple de comprender, no entendía que se le dificultaba a ella.

-Sabes eres un imbécil- su cara estaba roja, seña de que estaba furiosa- porque te metes en mi trabajo y en mi vida.

-Porque si, no lo quiero cerca tuyo ya te dije, ahora dime que hablaron, ¿te invito a salir?- sabía que debía callarme para no hacer enfurecer más a Roma, pero no podía, necesitaba saber si ese tipo le importaba, si era rival para mí.

-Y que mierda te importa a ti si me invito a salir, sal de mi oficina.

-No voy a salir hasta que me respondas.