Con todos sus exámenes escritos, finalizados los alumnos de primer año se dejaron caer en sus lugares ya favoritos, habían estudiado como locos, cortando incluso sus horas de sueño, hoy era su primer día libre y todos se veían relajados después de esa primera semana infernal.
Sylvester bajó y miró a su sobrina. Ella estaba como si nada hubiera sucedido con los pobres alumnos de primer grado de su ducado. Él suspiró y se fue a sentar junto a ella, sin embargo, la niña ni lo volteó a ver. Se acomodó el extraño objetó frente a sus ojos sin prestarle atención.
Sylvester no resistió ser ignorado y le pinchó una mejilla. Ella levantó la vista de su libro y lo miró con una sonrisa mortal. En definitiva, su sobrina había adquirido todo lo terrorífico de su hermana mayor.
"Rozemyne, trabajaste a nuestros alumnos de primero hasta los huesos. Los pobres ni durmieron bien en esta semana y tú estás tranquila leyendo un libro. ¿No deberías felicitarles al menos?"
"... No creo que una felicitación les sirva de algo, pero hice que mis chefs cocinaran dulces para ellos como recompensas por su buen trabajo".
Sylvester vio como más de un niño se levantó con energía revitalizada. Su sobrina era aterradora. Había contado una historia una vez sobre un animal que tiraba de un carruaje con su mayor esfuerzo, dijo que con los humanos era lo mismo. ¿Cómo era?
'Para que un caballo tiré del carro, hay que ponerle un Mehren adelante, lo bastante cerca para que crea que la va a alcanzar pero, a su vez, lo suficientemente lejos para que no lo logre. El caballo piensa que alcanzará el mehren y realiza el mayor esfuerzo pero, al final del día y habiendo cumplido su cometido, el mehren aún está frente de sí.'
Bueno, no es tan malvada como en la historia. Su sobrina si recompensaba a los niños, pero él aún se sentía mal porque le parecía una tirana que solo utilizaba cualquier medio para lograr su objetivo.
"En serio te pareces mucho a Georgine, Rozemyne. Nunca te casarás si continúas de esa manera". Dijo Sylvester en tono cansado.
La niña frente a él parpadeó y agregó "Bueno, mamá se casó y es Aub Eisenreich. El que no trabaja, no come. Esa es mi filosofía y lo sabes. Es más, ¿cómo van tus exámenes, tío?"
"No muy bien" confesó Sylvester que estaba en su quinto año.
"Ya veo. No hay postre para ti entonces"
Había caído en la trampa de su sobrina. Él abrió y cerró la boca. Las palabras no le salían. Ella solo se levantó y caminó hacía uno de esos cómodos sillones que había inventado.
"¡¿No te atreverías?!"
Ella solo agitó su mano en el aire sin voltearlo a ver. Era un gesto que toda su familia había adquirido de Rozemyne cuando se cansaban de sus travesuras y lo ignoraban.
.
Tulsneda colocó una taza de té en la mesita de centró y miró de reojo a Sylvester.
"¿De verdad no le darás nada al tío Sylvester?" Preguntó la niña de cabello verde bajo la herramienta anti escuchas que le había dado, teníamos una a juego por cualquier situación.
"Solo bromeaba. Por supuesto que le daré un poco, pero odio que pinche mis mejillas, así que lo dejaré que sufra un poco" respondí sin levantar la vista de mi libro.
"Ya veo. Recuérdame nunca hacerte enojar"
Levanté la vista y acomodé mis anteojos.
"Nunca me enojaría contigo Tuuri. Sylvester es un tonto, ¡me saca de quicio!" dije antes de darle un sorbo a mi té.
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La Flor y el Demonio Libro 2: La Venganza de la Flor (pausada)
FanfictionCamille, ahora Rozemyne llega a la academia Real el lugar donde perdió todo, como una princesa del gran Ducado de Eisenreich se propone vengarse de todos aquellos que una vez la lastimaron. Ferdinand como principe heredero y futuro Zent empieza una...