"¿Entonces, puedo ayudar de algún modo en la biblioteca, por favor?"
Era la tercera campanada de la segunda semana en la Academia Real. La mayor parte de los estudiantes se encontraba en sus clases escritas o prácticas. Yo, por el contrario, estaba de pie en el recibidor de la Biblioteca hablando con los bibliotecarios cuyos rostros parecían confundidos ahora.
"Veamos si comprendo bien, Lady Rozemyne" comentó Lord Sigmund, bibliotecario archinoble principal "¿a usted le gustaría colaborar con la biblioteca clasificando los libros, donando maná y organizando reuniones para los amantes de los libros?"
"Incluso sería feliz recogiendo y reacomodando los libros, pero me parece que Schwartz y Weiss ya se encargan de esa parte, ¿no es verdad?"
Observé a los nueve bibliotecarios mirarse entre sí. Algunos, cómo Lady Solange tenían una sonrisa divertida en el rostro, otros como Lord Sigmund se veían confundidos y luego estaba Lady Willelmina, quién parecía estar teniendo un error de procesamiento.
"No es necesario que me permitan hacer todo lo que he solicitado" me apresuré a corregir "es solo que amo los libros, me encantaría aprender más del trabajo de un bibliotecario para implementar sus mejoras en la pequeña biblioteca del Templo de Eisenreich, la del palacio de Aub y la mía propia".
"¿Qué hay de esas interesantes reuniones que ha mencionado para los amantes de los libros?" preguntó Lady Solange con una sonrisa maternal y brillante.
"Bueno, amo los libros con todo mi ser. Es natural que quiera mantenerme en contacto con cualquiera que comparta mi afecto por el conocimiento, ¿no lo creen?"
Los bibliotecarios se miraron entre sí, hablando en voz baja sobre mi último comentarios y debatiendo sin siquiera alejarse. Yo miré a mi pequeño séquito, ya que la mayor parte de mis vasallos infantiles se encontraban todavía en clases por un motivo u otro. Observé también a los hermosos shumils autómatas pasear para un lado y para otro llevando libros, pergaminos y tablillas. Sus orejas balanceándose al igual que sus cabezas de un modo tan tierno, que no pude disimular un suspiro de admiración. La ternura es justicia, no cabe duda de ello.
Un breve silencio se hizo a mi espalda y volteé a ver al grupo de bibliotecarios, notando las sonrisas de todos y las miradas de aceptación.
"Le daremos permiso para tocar a los shumils solo para que les brinde maná de vez en cuando, Lady Rozemyne" estipuló Lord Sigmund con el asentimiento del resto "también comentaremos con los otros estudiantes por si alguno desea mantenerse en contacto con usted para realizar fiestas de té con nosotros aquí, estamos muy interesados en el intercambio de libros y la divulgación de la lectura recreativa".
'¡Alabados sean los Dioses! Siento que al fin estoy haciéndome un lugar propio en el sitio correcto' pensé emocionada, respirando con calma para no descontrolar mi maná y asintiendo con una sonrisa sincera.
"En cuanto a la clasificación de los libros," dijo el bibliotecario archinoble "¿le parecería bien debatir al respecto en nuestra primera fiesta de té para esta... sociedad estudiantil de biblioteca?"
Podía notar la curiosidad en cada par de ojos mirándome, provocando que mi sonrisa se ensanchara aún más.
"¡Por supuesto! Sería todo un honor para mí debatir con personas tan cultas cómo ustedes".
Estaba feliz, tan feliz, que no pude evitar ajustar mis lentes despacio 'Alessandra, Berniece, he llegado al paraíso terrenal de Yurgensmith. Sería tan magnífico que estuvieran aquí para festejar conmigo en mi habitación' pensé de inmediato, deseando que aquello les llegara a mis amadas madres donde quiera que estuvieran sus espíritus.
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La Flor y el Demonio Libro 2: La Venganza de la Flor (pausada)
Fiksi PenggemarCamille, ahora Rozemyne llega a la academia Real el lugar donde perdió todo, como una princesa del gran Ducado de Eisenreich se propone vengarse de todos aquellos que una vez la lastimaron. Ferdinand como principe heredero y futuro Zent empieza una...