La Dríada

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Iluminaba el sol en lo alto en otro día de tu temprana aventura, lo básico como una casita y recursos ya lo tenías, pero seguías explorando y descubriendo las nuevas áreas del mapa.

En eso llegaste hasta la jungla, te emocionaste pero no por mucho ya que te darías cuenta que no era un lugar para novatos. Escapando de los murciélagos tuviste que meterte en la primera cueva que había, funcionó pero ahora tenías otros nuevos amigos indeseados, avispas. Corriendo de acá por allá, cayendo en espinas, esquivando aguijones, picaste un escape hacia abajo lo más veloz posible, tanto que no notaste que comenzaste a caerte ya que el suelo se había terminado.

Caíste en algo viscoso y de olor dulce, al principio te desesperaste al ver que te costaba salir de ahí, así que pusiste unas antorchas y saltaste a una plataforma cercana. Esa extraña nueva materia era miel y de hecho te estaba restaurando la vida que te bajaron esas avispas, además estaba deliciosa!

Te giraste y casi te caes del susto, una extraña larva de insecto con ojos enormes reposaba cristalizada en el interior de miel endurecida. Temías imaginar qué clase de monstruo saldría de ahí e ibas a destruirlo por si acaso, pero a la vez te daba un poco de lástima porque sólo era una inocente larva. Mientras dudabas, los ojos de la larva se giraron bruscamente hacia tí, clavándote esas negras pupilas y haciéndote sobresaltar tanto que le asestaste un golpe con tu espada.

De inmediato conocerías un nuevo jefe, la Abeja Reina, a quien luego de una larga lucha donde por suerte podías curarte con la miel, derrotaste victorios@, no era tu primer jefe, luego de matar a un ojo volador gigante, una abeja enorme no parecía tan descabellado.

Al llegar a la casa te propusiste ampliarla ya que estaba llena y pensaste que sería bueno tener un espacio extra para tus cofres, hiciste dos habitaciones y te fuiste a descansar. Al día siguiente te sorprendiste al ver que una chica vestida de enfermera salía desde uno de los cuartos recién construídos.

(T/N): Así que... de nuevo, ¿cómo es que llegaste hasta aquí?

Enfermera: Ya te lo dije, hace como mil días encontraste un cristal de vida y lo usaste, pero vine recién ahora porque no tenías un cuarto disponible, aish... -volteó los ojos cansada de explicártelo por tercera vez.

Al menos aún tenías una habitación más para ti, pero al entrar en ésta te encontraste con una mujer de pie casi literalmente desnuda, de no ser por unas enredaderas que cubrían sus partes críticas. Tan impactante fue la sorpresa que no notaste que tu nariz estaba sangrando al mismo tiempo que te estabas babeando.

???: Hermoso día, habitante del planeta. Me presento, mi nombre es Isis y soy una Dríada de la jungla.

(T/N): Mucho gusto, -te limpiaste el rostro y extendiste tu mano hacia ella nervios@- eres muy bella y... ehm... ¿por qué estás.. desnuda?

Isis: ¿Desnuda? Pero... es lo natural, mas bien yo debería preguntar por qué ustedes se empeñan en cubrirse.

A la vista de los demás, no parecían notar nada fuera de lo común en la dríada, tú eras la única persona que encontraba cierta incomodidad y un poco de curiosidad en verla casi al descubierto, no podías sacarle los ojos de encima, su figura era hipnótica.

A pesar de que la convivencia parecía ir bien la notabas un poco distante, siempre en el exterior rodeándose de la propia naturaleza, más que nada de noche. De lejos se veía como si tuviera una mirada melancólica. Querías acercarte a ella y llegar a comprenderla, que se abriera a tí.

NPC!Terraria x Player!Reader -·- Viví tu historia~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora