IV.5:

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Atravesó la puerta encontrándose con un cuarto de cristal, desde adentro aquel gran lago de fuego que se veía a los exteriores parecía solo un lago de agua calmado y reconfortante.

—¿Hola? — entró preocupado, solo observaba desde el interior como más gente salía y caía directamente en aquel lago de fuego.

Nadie contestaba sus múltiples llamados, aún con más insistencia llamó e intentó no perder la cordura porque aquel cuerpo lo estaba ahogando.

—¿Louis? — escuchó una voz masculina muy familiar que helaría cada centímetro de su piel.

—Harry, Harry eres tú amor— corrió hacia el lugar donde escuchó a su amado, al verlo estaba igual que el momento en el que se marchó.

—Louis amor te he esperado tanto tiempo, estás tan hermoso, te he extrañado tanto tanto— aquel abrazo de sentía infinito y único Vámonos Louis, acompáñame.

—¿Dónde tenemos que ir? Amor dónde está Niall, él ... él nos guiará tenemos que hallarlo—

—NO, NO LOUIS, NO TE DEJARÉ IR AHORA QUÉ AL FIN ESTÁS FRENTE A MÍ—. tomó sus mejillas para luego plantar un beso lleno de lujuria y pasión, siguió bajando hacia su cuello para luego tomar entre sus manos su entrepierna, claro que Louis extrañaba eso, pero algo estaba mal.

—VÁMONOS no tenemos tiempo que perder, debemos irnos— mencionó entre cada beso para luego sentir un susurro de la voz de su amado en su oído.

—Vamos Louis ayúdame con esto, extraño sentirte dentro de mí — aquellas palabras fueron suficientes para que el ojiazul cedería a ser llevado.

Ambos caminaban de la mano, el ojiazul embobado en seguir los pasos de su gran amor el cual solo se apresuraba más y más al caminar.

—Harry ¿por qué vamos tan deprisa? Amor ¿estás oyendo? — el rizado solo aceleró más el paso ignorando las preguntas de Louis, además de tomar más fuerte su brazo —Harry qué DEMONIOS TE SUCEDE ESTOY HABLÁNDOTE—

—¡SOLO ESTOY APRESURADO POR TENERTE CERCA LOUIS, SENTIRME BIEN ESTANDO CONTIGO! — el rizado gemía cada una de las palabras además de tomar con fuerza el cuello del ojiazul para dejar marcado el mismo con hileras de saliva de besos.

La olivarda lo estaba llevando al estanque de agua reconfortante, estando tan cerca su agarre fue aún más fuerte que hizo que el ojiazul saliera de sus propios deseos tomando a la olivarda y mirarlo fijamente, esos ojos.

—Espera tú no eres Harry, suéltame ahora mismo— el rizado aumentaba aún más el agarre del brazo volviendo a besar su cuello logrando que Louis cayera en sus encantos, seducido por cada uno de los toques de su amado. Entre jadeos y toques el rizado arrancó del cuello del ojiazul aquel collar con dos anillos.

—Harry escúchame— el rizado lo soltó para tomar aire —Gracias, ahora escúchame, acabas de tirar nuestros anillos, ¿dónde están? —

—No importan Louis solo vámonos de aquí— mencionó.

el ojiazul buscó con la mirada aquel collar por todas partes hasta que vió un pequeño destello entre la nada, corrió hacia él.

—LOUIS VEN ACÁ AHORA MISMO— al no obtener respuesta el rizado corrió hacia donde estaba Louis, veía como el ojiazul recogía el collar con emoción.

El ojiazul tomó el collar en sus manos intentando volver a ponerlo en su cuello, pero estaba roto.

—Harry lo rompiste— le dio una palmada en su pecho. —LO ROMPISTE IDIOTA. —

—Louis amor eso no es importante, solo déjalo— tras esas palabras Louis tomó en sus manos el collar viendo cada una de las gemas y miró a la olivarda que tenía frente a él.

Ese no era Harry, y él ya lo sabía.

—Tú ... tú no eres Harry— el rizado volvió a tomarlo a la fuerza arrastrándolo por aquella habitación. — SUÉLTAME DEMONIO, SUÉLTAME AHORA—.

Nuevamente sujetó la cara del ojiazul robando un beso, pero esta vez no obtuvo respuesta— ALÉJATE ASQUEROSO NO QUIERO ESTAR CONTIGO, TÚ NO ERES MI HARRY— todo a su alrededor se desvanecía y se volvía oscuro, el estanque de agua no era más que el inicial lago de fuego oliendo a azufre.

—VÁMONOS LOUIS ... — dejó de ser la voz de Harry para convertirse en una demoníaca, dejó de tener la apariencia hermosa de su querido amor.

—OH, YA PUEDES VERME COMO SOY – rió tan fuerte, tomó del brazo al ojiazul lanzándolo con fuerza hacia el suelo.

—Soy Simón imbécil, y envío a tipos como tú lujuriosos a arder al infierno. — Tomó al ojiazul del brazo y lo lanzó hacia el lago de fuego.

Infinita Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora