Lillian Salvatore

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*Narra Lillian*

Estaba en el jardín de la casa viendo como mis hijos jugaban, ya que Giuseppe estaba esperando a un hombre para concretar unos negocios y no quería que los molestaramos. A veces pienso en escapar con ellos e irnos lejos de todos los maltratos, pero el miedo a que lo descubra es más grande, es como si estuviera en mi mente y controlara hasta mis pensamientos.

-Buenas tardes señora Salvatore- estaba tan perdida en mis pensamientos que no me di cuenta que a mi lado estaba una mujer que a simple vista parecía de unos 25 años.

-Buenas tardes ¿la conozco?- Mistic Falls era un pueblo pequeño y no era difícil reconocer rostros y a ella nunca la había visto.

-Claro no me he presentado, soy T/n Robbins es un placer conocerla- dice mientras extiende su mano en forma de saludo la cual acepto.

-Lillian Salvatore, aunque creo que eso ya lo sabía- le dedico una ligera sonrisa- y dígame señorita Robbins ¿que la trae a nuestro hogar?

-Por favor solo llámeme por mi nombre. Y sobre que hago aquí, mi hermano vino a hacer unos negocios con su esposo y me pidió que lo acompañara, pero en realidad no es de mi interés sus negocios así que le dije que lo esperaría aquí, espero que no le incomode mi compañía.

-Ooh para nada, es bueno hablar con una persona diferente.

-Tiene unos hermosos hijos- sus ojos se veían con un brillo especial, con un tipo de anhelo- ¿Cuantos años tienen?

-Damon tiene 12 y Stefan tiene 5.

-Se ven encantadores.

-¿Usted no tiene hijos o esposo?

-Por el momento no, soy doctora y la mayoría de los hombres en este tiempo lo ven como una rebeldía o como si por ser mujer no pudiera ejercer esa profesión, pero lo que menos me a importado durante mi vida es lo que piensen de mí.

La veía hablar con tanta seguridad de ella misma que era de cierta forma envidiable y al mismo tiempo admirable, yo solo era una mujer sumisa ante su marido por el miedo a maltratos hacía mi o mis hijos si hacíamos algo más o simplemente si se emborrachaba.

-Es interesante y algo atrevida su forma de pensar.

-Crecí en una familia donde no había amor, que solo se dejaba guiar por las apariencias, mi padre maltrataba a mi madre sin razón alguna y al ver que yo era diferente a mis hermanos empezó a hacer lo mismo conmigo. Un día simplemente decidí escapar y dejar atrás esa vida estuve durante una semana en las calles sola hasta que Julian me encontró, me cuido y me dio cobijo. Tal vez no es mi hermano de sangre, pero me trató mejor que mi propia familia biológica sin siquiera conocerme.

-¿Qué edad tenías?

-18 años, desde aquel día jure que no iba a vivir de lo que la gente diga o piense de mi o que lo recuerdos de mi pasado me atormentaran, al contrario, me harían más fuerte de lo que soy. Esa a sido una de las mejores decisiones que he podido tomar en mi vida.

A pesar de todo por lo que había pasado se notaba que era una mujer que estaba llena de vitalidad y alegría.

-Lamento interrumpir su conversación, señora Salvatore es un gusto conocerla soy Julian- tomo mi mano para dejar un beso en ella- hermana es hora de irnos.

-Lili fue un verdadero placer conocerla, espero que podamos retomar nuestra conversación alguno de estos días.

-Seria un placer, las puertas de nuestra casa están abiertas para ambos.

*Narra T/n*

-Vamos lili no seas aburrida.

-Nos pueden ver T/n.

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