"Aprendizaje y llanto"

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Capítulo 2

Ya solo faltaba esperar los resultados de los exámenes, por mientras, tenía tiempo para ir a la junta mensual con sus amigos del colegio. Siempre se juntaban a un bar a tomarse un par de cervezas para ponerse al día en sus vidas. El grupo estaba compuesto por Charlie, Vaggie, Cherry y Husk, el gran amor de su vida, que lamentablemente era no correspondido. Entró por la puerta y allí estaban esperándole entre carcajadas y cervezas a punto de reventar. Le tocó sentarse al lado del pelinegro huraño que tomaba el alcohol como si fuera agua. Desde el colegio que sentía una gran atracción hacia el pero jamás fue recíproca. El siempre tuvo pareja, la mujer pelirroja de pecas en las mejillas que estaba sentada al otro lado de él, Cherry. Amantes eternos por desgracia y a Anthony le tocaba ser confidente y testigo de aquella relación que, en aquella reunión tenían algo importante que decirles.

-Estamos comprometidos—Cherry no pudo aguantar, habían estado esperando a Anthony para compartir la noticia. El rubio sintió como si su mundo se derrumbaba de a poco ya que siempre albergo en su tonto corazón la esperanza de que algún día Husk voltearía a mirarlo, pero aquel día jamás paso ni pasaría. Fingió una sonrisa y aplaudió por la noticia, tomando de un trago su cerveza, la única que podría pagar aquella noche y aquello lo lamentaba, el quería emborracharse cómo se debía por una vez ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que pudo tomar y salir sin preocupaciones? El tenía la respuesta, desde la muerte de su madre. Aquella mujer mantenía el orden de su hogar y era la mano dura que mantenía a raya a su padre. 

-¿Y tú Anthony, que tienes que contar?—Husk pregunto. Habían estado continuando la conversación mientras el pensaba en otras cosas. Tenía cuatro pares de ojos esperando aquella respuesta, jamás les decía sus problemas no querían que se preocupara en vano.

-Encontré un nuevo trabajo—claramente no le iba a decir de que se trataba pero tampoco les quería ocultar tanta información.

-Eso es genial –hablaba la rubia animada, Charlie siempre era la alegría del grupo.

-Si y me permitirá por fin arrendar un departamento por mi mismo—sonreía tímido. Husk le acaricio y desordeno el cabello como siempre lo hacía, de cariño. Así siguió la reunión. Al terminar todos se despidieron y el pelinegro le pidió al rubio que se quedará un rato más para conversar tranquilos, eran mejores amigos desde hace años y Husk realmente le tenía cariño. Anthony acepto y se quedaron conversando un poco más, así se enteró de lo enamorado que estaba de la pelirroja y la ilusión que tenía de formar una familia con ella.

-Creo que es la indicada ¿Sabes?—y el por supuesto que lo sabía, su amor le decía exactamente lo mismo aunque el no quisiera admitirlo. Le tocó tragarse sus sentimientos y continuar con aquella hiriente conversación porque igualmente eran mejores amigos ¿Qué más iba a hacer?

**

Los exámenes salieron limpios por lo que ahora iba a pasar una capitación, dónde le explicaban el amplio abanico de prácticas sexuales que podía esperar y debía poner en una hoja cuál era la que no quería practicar.

-El puño entero –escribió—y ningún desecho del cuerpo en mi, por favor—tacho aquellas opciones. Después de aquello debía elegir el vestuario. Lucifer llegó con un montón de vestidos, trajes, zapatos y maquillajes para que pudiera elegir su estética. Él era experto en moda y le hizo varias recomendaciones, respecto a su cuerpo.

-Eres delgado y muy alto, puedes ocupar estás botas, estos vestidos y te enseñaré a maquillarte—fue toda una experiencia, jamás había tenido en sus manos un bolso de Chanel o Gucci. Se sentía en el cielo y descubrió lo mucho que amaba arreglarse. Empezo a pintarse los ojos, resaltando el azul cielo de su mirada. Los labios rojo cereza los hizo vibrar con un color fuerte, sus mejillas sonrojadas acentuaban sus pómulos, pestañas abundantes y coquetas danzaban en sus párpados. Se miro al espejo y no podía creer que aquella persona que se reflejaba en el espejo, era él. Tan hermoso y angelical.

-Gracias—sonreía genuinamente.

-Ahora estás listo para tu primer cliente y tranquilo, el sabe que eres nuevo y tendrá paciencia—una sensación de mareo se apoderó de él. Se le había olvidado que su principal trabajo no era verse hermoso si no complacer a un montón de personas ricachonas. Suspiró acepto y se fue al lugar asignado, no sin antes disfrutar de una bella limusina y un vaso de champagne. Nada era menos para sus trabajadores. Lucifer específico que siempre llevara en su muñeca una pulsera de mariposa para que se identificarán rápidamente. Todo era confidencial por lo que tampoco le iba a notificar los nombres de los clientes, solo pseudónimos por lo que no le extraño saber que su primer cliente prueba era el doctor cangrejo. No sabía porque lo llamaban así y tampoco quería averiguarlo, se le apretaba el estómago al pensar que debía acostarse con un viejo decrépito pero no iba a ser la primera vez ni mucho menos. Había tenido un par de encuentro, no era virgen, había descubierto su sexualidad quizás a una edad muy temprana. Ya en el colegio se iba a los love motel con hombres mayores para experimentar un placer que antes no se hubiera imaginado, por lo que tenía experiencia, quizás mucha. Por lo que la charla sobre las prácticas sexuales no fue de mucha ayuda, él ya sabía la mayoría.
Miro por la ventana un amplio edificio y se bajó con la ayuda del piloto, desde ahora empezaba su aventura.

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