"Butterfly"

"Curiosa hiperfijacion"

Capitulo 4

Alastor había nacido en el ceno de una familia millonaria, rodeada de los más grandes lujos, un infancia feliz desde afuera pero nada más lejos de la realidad. Padres estrictos, querían que su hijo fuera el mejor en todo lo que se propusiera. En las clases, con mejores notas. En los deportes, el capitán, en los concursos el primer premio. Todo aquello hizo mella en la personalidad del moreno, siendo un niño perfeccionista hasta rayar lo enfermo. Jamás tenía un pelo salido de lugar, siempre andaba con sus mejores galas y se bañaba unas tres veces al día para estar siempre presentable. Con todo aquello, consiguió entrar a una de las más prestigiosas universidades y conseguir una plaza en la carrera de negocios y finanzas, así consiguió su propio imperio de tecnología. Era exitoso por su propio merito, millonario de su propia fortuna, pero aún debía vivir bajo la sombra de su familia, que seguían asechándolo cuál presa. Pudo desabrochar un poco la correa que le mantenía atado, con la promesa de estar siempre pendiente de ellos y sus objetivos. Ahora vivía en sus oficinas y su penthouse, solo, con su secretaria quien era la persona más cerca a su persona. Niffty era una persona que no se hacía preguntas y cumplía sus órdenes sin chistar, por muy extravagantes que fueran por lo que cuando le pidió que consiguiera el contacto de Butterfly, no le extraño la simpleza con que manejo el asunto.

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Si, estaba solo y un hombre (por mucho que lo odiara admitir) tenía ciertas necesidades que debía satisfacer pero no encontraba la persona correcta. O eran descuidados, sucios o insoportables. La mayoría de las personas le resultaba desagradable por lo que optó por la opción más sensata, llamar a unas prostitutas, pero no cualquiera, no, unas de lujo. Butterfly tenía fama entre las personas ricachonas, una muy buena. Todos alababan a las personas que constituían la empresa, el trato, la confidencialidad y los buenos servicios. Le convencieron con aquellas palabras por lo que solicitó una “dama de compañía”, un hombre hermoso que por sobre todo se viera limpio, eligió el nombre de Angel porque le daba esa vibra. Cuando este llegó con aquel vestido una parte de sus instintos se despertaron, curioso. Le hizo desvestirse para verificar que no tuviera nada en el cuerpo y ver con sus propios ojos su higiene personal. Quedó satisfecho, ahora solo debía probar si era tan buen servicio como decían por lo que el primer encuentro sería uno casual, normal, incluso diría que sencillo. Lo mando a llamar a la oficina e hizo que Niffty le pasará un traje de oficina, quería ver cómo se veía con aquel atuendo. No le decepcionó se veía igual de hermoso que con aquellos vestidos estrafalarios.

-Muy bien, me gusta—sonrió—ahora viene la mejor parte. Harás de mi secretario y tomarás notas al lado mi en la reunión que se viene en unos minutos—

-¿Qué? Pero si yo no soy secretario ni se nada del mundo de las finanzas—

-Tranquilo, será sencillo—le resto importancia al asunto—pero hay un pequeño detalle—Anthony escucho atento la infame petición de su “amo”

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Y allí estaban los dos en la reunión con un montón de hombres de negocios discutiendo algo que Anthony no entendía ni tampoco quería hacerlo. Se revolvía inquieto en su asiento, tenía las mejillas sonrojadas, la mirada agachada y movía las manos nerviosas en su regazo. Alastor hablaba mientras explicaba cosas en una pizarra, al momento que se sentó al lado del rubio, pozo su brazo en las piernas de este y las apretó. Había sido un gesto pequeño pero solo eso faltó para hacer temblar al ojiazul. El moreno sonrió y con la otra mano tomo su celular y subió la intensidad. Anthony suspiro al sentir las vibraciones en su interior más intensas, sabía que estaba dando un espectáculo y que los hombres presentes se preguntaban que era lo que estaba haciendo, pero no le importaba, estaba excitado a más no poder. Alastor seguía con la mano entre las piernas mientras hablaba con sus socios, acariciaba con las puntas de los dedos, paseando arriba y abajo por los muslos prístinos. Subía cada vez más pero pronto retrocedía, el rubio quería sentir las atenciones del castaño, quería que le tocaran pero jamás llegaba la mano más arriba.

-Antes de terminar la reunión me gustaría que mi secretario leyera las últimas anotaciones—Anthony lo miro con desesperación, no había tomado nota alguna en la reunión y el castaño lo sabía, solo miraba de forma sádica.

-Bueno, la reunión de hoy—sentía como la intensidad del vibrador subía a cada frase que pronunciaba. Las mejillas sonrojadas y el pequeño jadeo que casi lo delatan.

-Parece que mi nuevo secretario se puso nervioso, le daré tiempo hasta que pueda acostumbrarse al trabajo—Todos asintieron y siguieron como si nada. Después de un tiempo la reunión termino y Anthony siguió a Alastor a su despacho, le dio la orden de quedarse en medio de la habitación mientras el vibrador seguía dentro del rubio, torturándolo con cada minuto que pasaba.

-Mastúrbate—Alastor se apoyo en el escritorio mientras bebía un vaso de whisky, mirando al rubio parado al medio. Angel obedeció, se sacó los pantalones y la ropa interior, dejando al descubierto un glande erecto que aclamaba por atención. Empezó a tocarse suavemente mientras gemía, aquel juguete lo había llevado al límite y no sabía si podía correrse en aquella costosa alfombra. Seguía moviéndose bajo la escrutadora mirada de Alastor, que no se movía ¿Será un voyerista? Anthony le rogó con la mirada, pidiéndole permiso para correrse. El moreno sonrió aún más, asintiendo, solo así el rubio libero todo el placer que había experimentado en aquella reunión. Había sido excitante, temerosa y curiosa la experiencia—Muy bien, ahora puedes limpiarte en el baño. Te llamaré en otra ocasión—se retiro a su escritorio y actuó como si no existiera, mientras el ojiazul recogía sus prendas y se retiraba al baño a limpiarse. De alguna manera se sentía un poco humillado, el era quien les proporcionaba placer a los clientes no al revés, pero esta vez, el castaño había echo todo lo posible para que el sintiera placer. Que sensación más extraña

"A nadie le importa pero me tomé una semana porque he tenido mucho trabajo, pero ahora vuelvo con un nuevo capítulo, espero que les guste como va desarrollándose la historia"