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• ꒰ care! i am sorry

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─ Ah, la tetera estaba desenchufada.. ─murmuró Riki viendo su ramen frío.

Quizás comer ramen frío no era tan malo después de todo. "Sigue siendo ramen" pensó.

Tomó su ramen y comenzó a comerlo frío. Le importó poco si le daba algo al estómago más tarde, tenía hambre y a la vez no tenía ganas de cocinar algo. Además de que no estaba ningún miembro de su familia porque estos habían ido de viaje a la casa de su tía por unos pocos días, cinco para ser exactos.

Hoy era sábado y eran precisamente las 8:30am.
Algunos trabajaban, otros dormían, habían esos que hacían ejercicio, salían a trotar o desayunaban cosas muy saludables y deliciosas.

¿Él? Él desayunaba ramen frío, mientras tenía su pillama (un pantalón holgado al igual que una camisa cualquiera) puesto aún. Sus ojos hinchados estaban enfocados en un punto cualquiera de su cocina mientras pensaba en el sentido de la existencia humana.

Soltó un bostezo.

El timbre de su casa sonó haciéndolo respingar en su lugar.
Suspiró con pereza y camino con mucha calma y aburrimiento hacia la puerta principal de su casa, abriendo esta y quedando en completo shock.

─ ¿Jungwon hyung? ─preguntó confundido al verlo en su puerta sonriendole en grande.

Lo miró un poco más, notando que este llevaba una mochila en su hombro y unas bolsas en su mano.
¿Su ropa? Traía un jeans negros holgados, a sus pies llevaba unas vans negras. Y volviendo más arriba traía un hoddie amarillo.

"¡Dios Santo, que cosa más linda!" pensó feliz.

No notó que había estado casi un minuto viéndolo embobado, hasta que abrió más sus ojos, dándose cuenta que afuera estaba frío y tenía a Jungwon aún esperando por una invitación a su casa.

Se abofeteó mentalmente así mismo.

─ P-pasé, hyung. Está muy helado y puede agarrar algún resfrío. ─dijo, cerrando la puerta a la espalda del chico que no paraba de sonreír.
Se fijó un poco en el termómetro ambiental, cambiándole los números para que la casa estuviera más cálida.
Con el tiempo que la amistad con Yang se llevó a cabo, descubrió que el mayor tiene las defensas muy bajas y muy, muy poca tolerancia al frío.

Su casa estaba un poco helada, y es que él sí podía aguantar el frío. Pero ahora que estaba con el mayor, debía cambiar de forma inmediata el ambiente. No quería que algo malo le pasará a su hyung.

─ ¿Cómo dormiste anoche, Ni? ─preguntó con dulzura el mayor, acariciando los alborotados cabellos del menor─ Anoche hablamos hasta las dos de la mañana. ─recordó riendo un poco.

Riki sonrió un poco, sonrojandose al mismo tiempo al sentir las suaves manos del mayor aún en su cabecita. Manos que mimaban y mimaban aquellos oscuros cabellos.

─ Dormí bien a pesar de haber dormido tan tarde. ─dijo─ Mi padres y mi hermano se fueron a las siete de la mañana, me levante a las ocho, y aquí estoy. ─sonrió─ Dígame, hyung. ¿Cómo durmió usted? ─preguntó con suavidad.

Jungwon sonrió, para dejar sus caricias y sentarse en la silla a un lado del japonés.

─ Cuándo dijiste que estarías solo tantos días. Me levanté a la misma hora en la que me despedí para arreglar una mochila, y vine para avisarte que voy a dormir aquí. ─avisó sonriendo, confundiendo al menor─ Lo hago para cuidarte, no quiero que estés solo.

Riki sólo se sonrojó.

Okey, le dieron ganas de cocinar.

─ ¿Qué quiere desayunar, hyung? ─preguntó, cambiándole rápidamente el tema.

Yang rió con suavidad.

─ Lo que sea que esté bien para ti, Nini. ─dijo con suavidad.

─ Panqueques... ¿Le gustan los panqueques? ─preguntó con un poco de curiosidad.

Yang asintió frenéticamente.

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Mientras él hacía los panqueques, Jungwon sólo miraba la espalda del menor con gran anhelo.
Apoyaba su rostro con ambas palmas de sus delgadas manos y miraba con gran brillo en sus ojitos al japonés.

Le gustaba tanto la vista.

Acaso si ellos se casaban, ¿Riki cocinaria para él? Qué bonito es pensar eso.
Las galletas que Nishimura le había regalado hace bastante tiempo atrás, lo habían dejado con muchas ganas de probar más cosas hechas por las manos del menor.

Soltó una sonrisita feliz, y a paso lento se acercó a la espalda del contrario. Abrazando con mucha suavidad la cintura de este, y por la diferencia de altura, apoyó su mejilla derecha en el omóplato del japonés.

Sus manos habían pasado con tanta suavidad por su cintura, que al rodearla por completo, le fue inevitable no emocionarse al sentir el abdomen marcado del japonés.

Inhaló con profundidad su suave pero masculino aroma. Ahogando un suave jadeo.

El japonés en su lugar sólo se encontraba nervioso, pero seguía haciendo los panqueques de su hyung.

Por inercia apoyo su cabeza en la del mayor.

El coreano acomodó mejor su cabecita, para que así su nariz quedará en la curvatura del cuello y hombro del más alto. Aspirando aún más su aroma.

Era una situación tan íntima entre ambos.

Se sentían tan en paz. Pero ambos corazones enamorados palpitaban cómo locos.

Dos chicos enamorados que aprovechaban la etiqueta de "amistad", para así intimar aún más en su relación de forma romántica, incluso ambos sin notarlo.

Tan ingenuos en las emociones del otro.

El amor adolescente es tan bonito.

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Clumsy ;; WonKi ;;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora