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En aquel gimnasio se escuchaban los golpes, el Capitán Rogers golpeaba con fuerza aquél saco de boxeo, hasta que la cuerda se rompió y se estrelló contra la pared, soltó un gruñido y volvió a colocar otro saco, llevaban dos meses viviendo en la torre, pero últimamente solo veía a Tony durante las misiones o las veces que el pasaba a su taller, donde se quedaba por horas, quería acercarse y hablarle pero la última vez que lo hizo sintió ese repugnante aroma mezclado con el dulce aroma del castaño y eso lo hacía arder de los celos, se preguntaba quien era el alfa que estaba trás de su omega, dio un fuerte golpe volviendo a romper el saco.

— El saquito no te hizo nada Rogers. —Mencionó Tony mientras se dirigía a aquella puerta que estaba cerca de donde Steve boxeaba.

El rubio solo observó como el castaño colocó su mano en aquel tablero y la puerta se abrió, dio un sorbo a su taza de café para luego guiñarle un ojo y entrar al taller, ¿pero a que estaba jugando Tony? Dio un par de golpes más, pero aun podía sentir el aroma dulzón del castaño, soltó un suspiro y se dirigió a la caminadora para distraerse, solo pasaron diez minutos y se resignó dirigiéndose a la puerta, a pesar de que varias veces había visto al genio entrar ahí nunca se había acercado a la puerta, al observar el tablero se dio cuenta que no podría abrirla al menos que la rompiera, pero aún así por inercia colocó su mano, abrió sus ojos sorprendido en el momento que la puerta se abrió, un poco dudoso entró.

— ¿Se te ofrece algo capipaleta? —Preguntó Tony mientras permanecía de espaldas.

Steve se quedó embelesado observando al castaño, bueno la espalda de este, desde ahí pudo notar que tenía unas marcas de grasa en el borde de las mangas de su camiseta negra, luego otras manchas en el pantalón en el área de sus piernas.

— ¿Vas a hablar, o te quedarás ahí observando mi trasero?

— Yo no... —Steve se quedó callado en el momento que el genio se dio la vuelta y observó aquellos hermosos ojos que lo veían atento.

— ¿Y? —Preguntó un impaciente Tony.

— Pues yo solo... —Steve dio unos pasos adelante acorralando ahora al castaño contra la mesa, el castaño mantenía su mirada neutral pero por dentro se moría de los nervios.— Quiero saber, quien es el alfa con el que estás saliendo. —Dijo manteniendo su mirada fija en el omega.

— ¿Y porque debería decirtelo? —Preguntó arqueando una ceja, las manos de Steve pasaron rápidamente a su cintura, su aroma se intensificó provocando que las piernas del genio temblaran.— S-steve...

— Solo dile a ese alfa... —El capitán se acercó y le dio un beso en el cuello, el omega soltó un jadeo ante tal acción.— ...si vuelvo a sentir su aroma en ti, le arrancaré los colmillos.

Tony no supo que responder aúnque ni tan siquiera tuvo tiempo, ya que sus labios fueron atrapados por los del rubio se sintió derretirse en sus brazos, talves era un cobarde por tratar de huir de esto, pero después de pensarlo unos días, entendió que si las cosas pasaban igual, si Thanos atacaba no sería justo para el rubio, por eso debía distanciarse y por nada en el mundo enlazarse con el alfa, aunque era algo difícil cuando su lobo pedía a gritos dejarse llevar y embriagarse del aroma del Capitán, entregándose por completo.

— No te quedes despierto hasta tarde. —Mencionó el rubio alejándose del omega, con esa sonrisa que dejaba al otro sin palabras.

— Tú... —Tony se mordió los labios y mejor se dio la vuelta, el honorable Capitán América haciendo una amenaza de esa magnitud.— Deberías medir tus palabras Rogers, no olvides quien eres.

— No lo olvido Tony. —Dijo sonriendo.

— Pues... —Se quedó callado en el momento que el ascensor se abrió y el rubio arqueó una ceja.

— Ya estamos listos para empezar. —Mencionó un hombre beta quien venía junto a Bruce.

— Brucie, James... —Murmuro Tony, tenía ganas de golpear a ambos.— ¡Que bueno que ya repararon el ascensor!

— Pero si el ascensor no estaba...

— Fue una tarea sencilla. —Interrumpió Bruce dándole un leve codazo al beta.

Steve no dijo nada solo ocultó su sonrisa y salió del taller, Tony volteó a ver a los otros dos y les dio un leve golpe en la cabeza.

— ¿Pero que hicimos? —Preguntó Rhodes.

— Tony siempre entra por la puerta que está en el gimnasio, para así espiar al capitán mientras hace sus ejercicios.

— Yo no lo espío. —Dijo Tony mientras se dirigía hacia dónde estaban sus armaduras.— Solo me aseguro que no se exceda en su entrenamiento.

— De haberlo sabido habría entrado por ahí. —Mencionó el beta.

— No puedes, esa puerta solo se abre con las huellas digitales de Tony.

— ¿Entonces como entró el Capitán?

— Cierto Tony, ¿cómo entró? —Preguntó Bruce con curiosidad, el beta soltó una risita al ver el nerviosismo de Tony.

— ¡Y he aquí mis bellezas! —Exclamó Tony señalando las armaduras cambiando así de tema.

— Seguramente agregó sus huellas al programa de seguridad. —Comentó el beta.

— Apuesto que lo hizo con todas las puertas de la torre. —Agregó Bruce, luego ambos rieron.

— ¿Podemos cambiar de tema? —Mencionó Tony cruzado de brazos.— No los invité para hablar sobre el Capitán.

— Esta bien. —Contestaron ambos.

— Pero, ¿no crees que son muchas armaduras? —Preguntó Bruce.

— Nunca es mucho Brucie, además... Tú no viste el peligro que hay allá arriba... Podríamos enfrentar enemigos peores que Loki...

— ¿Es por esos peligros, que no quieres enlazarte? —Preguntó esta vez el beta.

— Podemos no hablar sobre ese tema y mejor a lo que venimos, así que James prueba tu nueva armadura.

— Está bien, por cierto un tal Killian preguntó por ti.

Al escuchar aquello Tony se tensó, aún era muy pronto, se supone que Killian tendría que aparecer en unos meses más, pero al parecer no sería así, se dirigió al centro de la habitación y desplazó una pantalla con información, Killian era un beta pero Maya, ella era una alfa, una alfa con la que se había acostado hace algunos años, no quería tener ese reencuentro.

— ¿Tony estás bien? —Preguntó Bruce un poco preocupado.

— Sí, no te preocupes. —Contestó sonriendo, ocultando sus emociones como siempre.

— ¿Y has vuelto a ver a ese cirujano? —Preguntó Rhodes colocandose la armadura y tratando de aligerar el ambiente.

— No desde nuestro último encuentro.

— Dirás desde que casi lo matas. —Comentó Bruce con un poco de burla.

— ¡Oye! ¿Como iba a imaginarme que perdería el control al sentir su aroma?

— Hasta yo que soy beta se que cuando encuentran a su destinado, otro aroma les puede parecer asqueante, repugnante. —Tony solo resopló recordando su encuentro con aquél alfa, ahora sería difícil volver a acercarse a él y tenía que hacerlo.— El pobre doctor Stephen aún ha de estar en cama.

— Imagínate que Steve se entere. —Dijo Bruce, para luego reír junto al beta, Tony solo rodó los ojos.

— Talves ahora le den la gema del tiempo antes. —Murmuró Tony para sí.

Los tres siguieron con las pruebas, sí, talves se estaba obsesionando de nuevo con sus prototipos, pero no podía evitarlo, además ya había ido al lugar donde habían encontrado a los gemelos en aquella realidad, pero ahora estaba vacío, completamente desolado, talves aquí los Maximoff no existían, después de todo no existía ni Peter Parker, desearía que los enemigos tampoco existieran, pero al parecer ya llegaría Killian a joderle la vida, así que debía prepararse, aunque al parecer los sucesos serían diferentes esta vez.

Otra dimensión. (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora